Capítulo 2: Las Primeras Mareas

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El equilibrio comenzó a tambalearse, como si el barco, una vez firme, ahora luchara contra corrientes invisibles. Las primeras grietas, imperceptibles al principio, empezaron a aparecer en los cimientos del amor que Clara había construido con tanto esmero. Las aguas, antes tranquilas, se alzaban con fuerza, y cada golpe resonaba en su pecho, llenándola de inseguridad. Las promesas, tan sólidas en un principio, comenzaron a desvanecerse como espuma sobre las olas, dejando tras de sí un vacío que Clara no sabía cómo llenar. La marea, esa fiel compañera de antaño, ahora la arrastraba hacia lo desconocido.

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