La Gran Ciudad

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Despertar en la tierra del eterno verano por siempre no era una de mis aspiraciones, recorrer las mismas calles, saludar a las mismas personas y sentir las brasas de tan vulgar sol nunca había sido tan abrumador como el dia de hoy, ¿tenía sentido seguir atada a una tierra donde solo existen los pesares que se lanzan al compás de la lluvia a los autobuses que pasan por la carretera, la soledad que decidió ir a dormir con los peces, dos billares y una triste cantina?

Mi sueño yacía en la capital. La gente que venia de aquel lugar aseguraba que los sueños allí podrían cumplirse y yo... Era alguien con muchos sueños. Dejar de vivir de la forma en que siempre se ha vivido es algo que puede hacer incluso que dejemos de vivir, lo desconocido y lo extraño eran ahora mi razón de ser.

Las paredes de mi habitación convertidas en cascadas lloraban mi pronta partida, el papel tapiz que las adornaba se desprendía en fragmentos cada vez más pequeño como si quisiera llamar mi atención, como diciendo, quedate. y aquel perro famelico de la esquina no me ladró por primera vez en años, parece que incluso las plantas de mi triste abuela querían enraizarme a la casa por una eternidad más.

Empaque mi ropa, un amigo y un par de pensamientos viejos del ayer y emprendí mi viaje al lugar de los mil sueños y colores.

Morí.

El frio había congelado mi sentir, los buses pasan cargados de cuerpos sin almas, las personas caminan con prisa para no llegar tarde a sus ejecuciones públicas y de pronto siento que la ciudad me ha absorbido, sus grandes y afilados rascacielos han desgarrado mis entrañas, me han hecho parte de ella y con mi sangre han pintado mil y un atardeceres, pero , no hay color alguno que cure estas heridas, heridas que penetran más y más en mi alma.

Me he hecho una con la tristeza al punto de haber cambiado mi piel, mi expresión triste denota los horrores que por mis ojos han pasado. Parece que he venido a buscar mi propia muerte, al menos, el viento incansable y el insoportable frío evitará que las aves coman mi carne aunque ¿Acaso las aves querrán algo que lleva tanto tiempo muerto?

Respiro.

Vida, aun tengo tiempo, tiempo que significa vida, tiempo que vuelve positiva la ecuación permitiendo así que pueda ganarle esta partida de ajedrez a la mala suerte. Le arrancare los ojos al tiempo y los usaré, así la vida por fin tendrá unos tonos más a mi gusto.

Sentido.

Vuelvo a mi ventana, las luces de la ciudad ya no me cegan, aun con la fuerza  con la intentan atravesarme no pueden herirme, no pueden herirme porque lo he perdido todo y alguien que ha llegado al fondo del vaso solo tiene algo...

Un boleto directo al cima.

A la cima del acantilado.

Muerte.

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⏰ Última actualización: Sep 29 ⏰

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