Apenas desperté, me di cuenta de que ya era hora de ir a la escuela. Mis padres no estaban, solo mi hermano menor y yo.
—Ya es hora —dijo mi hermano pequeño con una voz que sonaba extrañamente tranquila.
—De acuerdo, vamos —respondí, tratando de ignorar esa inquietud en mi pecho.
Ambos nos dirigimos a la escuela, aunque él tenía una clase diferente a la mía. Cada vez que podía, me escabullía entre clases para ver a Miranda, mi amiga que siempre me esperaba con una sonrisa cómplice.
—¿Listo para otro tour, señorita? —dijo en tono burlona.
—Claro que sí, señor —respondí devolviéndole la broma.
Todos los días nos escapábamos a lugares extraños. A veces al bosque, otras a jugar videojuegos en esas viejas máquinas. Afuera todo parecía divertido, pero lo que sucedía por dentro era algo más oscuro. A menudo sentía esa tensión, ese aire pesado que me seguía a todas partes.
Un día, mientras caminaba por el pasillo de la escuela, vi a un matón agarrar a mi hermano menor por el cuello.
—¡Dame tu mochila, niño! —gritó el brabucón, mientras lo sacudía con fuerza.
—¡Suéltalo, Yonatan! —exclamé con una firmeza que no sabía que tenía.
El matón se dio la vuelta, me miró con ojos desafiantes.
—¿Qué me dijiste, gusano? —soltó a mi hermano bruscamente.
—¿Por qué no te metes con alguien de tu edad? —grité, mientras mi voz temblaba de furia.
Yonatan y yo comenzamos a pelear. Mis puños se movían por impulso, pero cuando escuché la voz débil de mi hermano llamándome, algo dentro de mí estalló.
—¡Déjalo ya! —grité, empujando a Yonatan con todas mis fuerzas. Lo aparté bruscamente, corrí hacia mi hermano y lo levanté. Estaba asustado, y yo, cubierto de suciedad y sangre, me apresuré a sacarlo de allí lo más rápido posible.
Cuando llegamos a casa, mis padres estaban en shock.
—¡Dios mío, hijo! —exclamó mi madre mientras atendía a mi hermano menor.
—¿Y tú, Omar? ¿Dónde estabas? —gritó mi padre furioso.
—Yo estaba... —intenté explicar, pero me interrumpió.
—¡Nada de peros! ¡Mírate! Ni siquiera fuiste capaz de defenderte a ti mismo, ¡ni a tu hermano! —su voz retumbó en la casa.
—Pero... —intenté de nuevo, pero mi padre me cortó de inmediato.
—¡A tu habitación, jovencito! —ordenó.
Obedecí sin rechistar, pero mientras la noche avanzaba, el silencio en la casa se volvía denso. Me levanté a las 1:30 de la mañana para buscar algo en el refrigerador, pero al bajar las escaleras, escuché a mi padre discutir violentamente con mi hermanastra mayor.
—¡Quiero que te vayas de esta casa, ahora mismo! —gritaba furioso mientras sostenía una botella en la mano.
Mi madre, aterrada, trataba de calmar la situación. Me acerqué al comedor, pero cuando escuché un fuerte golpe y el llanto de mi madre, corrí hacia ella. Mi padre, con los ojos llenos de furia, levantaba la mano para golpearla de nuevo.
—¡Basta! —grité, interponiéndome entre ellos.
—¡No te metas, mocoso! ¡Yo soy la cabeza de esta casa! —rugió, abalanzándose sobre mí.
—¡No vuelvas a levantarme la mano! —lo miré con seriedad, sintiendo el ardor de su golpe en mi mejilla.
—¿O sino qué? —respondió, con una sonrisa burlona.
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omar-whisper ( darknesspasta)
HorrorLa historia gira en torno a Omar, un joven que enfrenta situaciones difíciles en la escuela y en su vida personal. Después de defender a su amiga Miranda de un grupo de bravucones liderados por Yonatan, ambos desarrollan una relación cercana. A pesa...