* nota Aclaratoria : a partir de aquí los capítulo están sujetos a cambio , corrección de estilo , embellecimiento del lenguaje y maquetación para ofrecerles la mejor de las lecturas.
La Llamada desde el Hospital
El aula estaba llena de murmullos y risas, el sonido del lápiz rasguñando el papel se mezclaba con el eco de las voces. Valentina, sentada en la última fila, apenas podía concentrarse en la lección de historia del arte. Su mente divagaba entre los trazos de un cuadro que había comenzado la noche anterior y la preocupación que la acechaba como una sombra constante.
De repente, el sonido agudo del teléfono de la escuela rompió la atmósfera. La maestra, con una mirada seria, se acercó al escritorio. "Valentina, es para ti", dijo, extendiéndole el teléfono con una mezcla de preocupación y compasión.
Con el corazón latiendo desbocado, Valentina tomó el teléfono. La voz al otro lado era fría y distante, pero las palabras cortaron como un cuchillo: "Es del hospital. Tu madre ha empeorado. Necesitamos que vengas".
El mundo se detuvo. La risa de sus compañeros se desvaneció, y todo lo que podía escuchar era el latido ensordecedor de su corazón. Sin pensarlo dos veces, se levantó de su asiento, las lágrimas ya asomando en sus ojos. Salió corriendo del salón, sintiendo cómo la angustia se apoderaba de ella.
Lucas, su compañero de clase, sintió que algo no estaba bien. Sin dudarlo, salió tras ella, sus pasos resonando en el pasillo vacío. La vio correr hacia el lago, un lugar que solían visitar para escapar del bullicio de la vida cotidiana. Allí, entre los árboles y el murmullo del agua, se detuvo. Se dejó caer al suelo, la hierba fresca contrastando con el calor de sus lágrimas.
"Valentina", dijo Lucas, acercándose con cautela. Se sentó a su lado en la hierba, sintiendo su dolor. "¿Qué pasó?"
Ella no podía hablar. Las palabras se ahogaban en su garganta mientras las lágrimas caían sin control. Finalmente, entre sollozos, comenzó a contarle su historia.
"Mi madre... lleva nueve años luchando contra el cáncer", dijo, su voz quebrada. "Siempre ha sido fuerte, siempre ha luchado. Pero ahora... parece que ya no puede más".
Valentina miró al lago, donde los reflejos del sol danzaban sobre la superficie. "Ella fue quien me obligó a venir a la universidad de arte. Quería que tuviera algo que me distrajera de su enfermedad... porque yo no tengo a nadie más", confesó, sintiendo cómo el peso de sus palabras la aplastaba.
Lucas escuchó en silencio, sintiendo cada palabra como un golpe en su propio corazón. Sabía que Valentina era una artista talentosa, pero también entendía que su vida personal estaba marcada por una tristeza profunda.
"Mi madre es millonaria", continuó Valentina, "pero eso no importa. Ella quiere que yo tenga un futuro, que use ese dinero para algo más que solo sobrevivir. Quiere que me sumerja en el arte, porque sabe que es lo único que me hace feliz".
Lucas tomó su mano entre las suyas, buscando consolarla. "No estás sola, Valentina", murmuró. "Siempre estaré aquí para ti".
Después de unos momentos, Valentina se secó las lágrimas y asintió lentamente. "Gracias, Lucas. No sé qué haría sin ti".
Con un profundo suspiro, ella se puso de pie. "Debo ir al hospital", dijo con determinación. "No puedo dejarla sola".
Lucas la siguió sin dudarlo. El camino al hospital fue silencioso, pero lleno de una conexión profunda entre ellos. Al llegar, Valentina se detuvo frente a la puerta de la habitación de su madre. Su corazón latía con fuerza mientras entraba.
La habitación estaba iluminada por una luz suave y tenue. Su madre yacía en la cama, pálida y frágil, pero aún había un destello de amor en sus ojos cuando vio a su hija entrar.
"Hola, mi vida", dijo su madre con una voz suave y cansada.
"Hola, mamá", respondió Valentina, acercándose con cautela.
"Quiero que conozcas a Lucas", dijo Valentina mientras lo presentaba.
Su madre sonrió débilmente y miró a Lucas con una mezcla de gratitud y cariño. "Gracias por cuidar de mi hija", dijo con voz temblorosa.
Valentina sintió cómo las lágrimas volvían a brotar mientras su madre tomaba su mano. "Valentina", comenzó su madre con un tono serio pero amoroso. "Quiero que sepas algo importante".
Valentina asintió, temiendo lo que pudiera venir.
"Cuida siempre de tu arte", continuó su madre. "El arte tiene la capacidad de cambiar al mundo o llevarte a nuevos mundos. Nunca lo olvides".Las palabras resonaron en la habitación como un eco profundo y significativo. Valentina sintió una mezcla de tristeza y esperanza al mismo tiempo.
"Te prometo que siempre estaré contigo en cada trazo", dijo Valentina entre lágrimas.
Su madre sonrió débilmente y luego pidió un momento a solas con Lucas. Ella asintió y salió al pasillo, dejando a Lucas con su madre .
"Cuida de ella", le pidió la madre con voz temblorosa pero firme. "Ella necesita a alguien que le muestre la belleza del mundo incluso en los momentos más oscuros".
Lucas sintió el peso de esas palabras y asintió solemnemente. "Lo haré", prometió.
Cuando Lucas salió de la habitación, encontró a Valentina esperando por el . Sus ojos estaban llenos de comprensión y apoyo .
"¿Cómo te sientes?", preguntó él suavemente .
"Un poco mejor", respondió Valentina con una pequeña sonrisa entre lágrimas. "Gracias por estar aquí".
Luego Valentina decidió que los últimos días de su madre debían de ser en su casa y decidió que la llevarán a su casa , mientras ella llevaba de vuelta a Lucas a la Universidad .
Ya estando en la Universidad, juntos caminaron hacia el lago nuevamente, donde el sol comenzaba a ocultarse detrás de las montañas , creando un ambiente mágico con una tonalidad tenue de naranja , azul entre nubes empedradas . En ese momento compartido entre el dolor y la esperanza, Valentina supo que aunque el camino sería difícil, nunca estaría sola mientras hubiera arte en su vida y personas como Lucas a su lado , aunque tampoco es de las que piensan que existe un para siempre , o un hasta que la muerte nos separe , pues la vida no es color de rosas , aunque si es cierto que el mejor color se lo das tú .
Y así, entre lamentos y risas apagadas, comenzaron a trazar un nuevo capítulo en sus vidas; uno lleno de colores intensos y sombras profundas, donde cada trazo contaría una historia única e irrepetible . Valentina se despidió de Lucas con un beso mientras apretaba un poco su mano como se esos momentos en el que quieres hablar topando algo o alguien , diciendo con esto , no me abandones nunca . Aún así debía de ir a casa a ver a su madre , lo que no esperaba era que en la noche mientras ella dormía , su madre también empezó a dormir , pero está vez sí sería un para siempre .
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Dulce & Seducción
RomanceDulce Seducción es mucho más que una simple historia. Es un viaje sensorial a través de los laberintos del deseo, un canto a la pasión desenfrenada y un tributo a la magia que se esconde en lo erótico. En estas páginas, el lector encontrará no solo...