Mina era la clase de Omega que cualquier Alfa podría desear. Su belleza era un susurro que corría por los pasillos de la universidad, una presencia sutil que no pasaba desapercibida. De cabellos oscuros y ojos brillantes, su piel de porcelana y su porte elegante la hacían destacar en cualquier habitación, pero era su amabilidad lo que realmente la hacía resplandecer. Atenta, dedicada y siempre dispuesta a ayudar, Mina Myōi se había ganado el respeto y la admiración de colegas y estudiantes por igual.
Su carrera como profesora de historia en la universidad había sido impecable. Ser una Omega en un entorno de Alfas dominantes no siempre era fácil, pero Mina se mantenía firme, navegando su vida profesional con gracia. Sabía que muchos la veían como un objeto de deseo, pero siempre había logrado mantener una línea firme entre su vida personal y su trabajo, rehusándose a ser vista solo a través de su naturaleza Omega. Sin embargo, con el pasar de los años, hubo dos personas en particular que lograron cruzar esa barrera: Nayeon y Chaeyoung.
Nayeon, siempre vivaz y con una sonrisa juguetona en los labios, era una Alfa cuya confianza natural la hacía destacar en cada clase. De cabellos oscuros y una mirada que parecía desarmar a cualquiera, había algo en su forma de moverse, de hablar, que despertaba una chispa de curiosidad en Mina. Aunque Nayeon siempre había sido respetuosa, su mirada, a veces, perdía el foco en las lecciones y se centraba demasiado en su profesora.
Chaeyoung, por otro lado, era más re servada. Más baja de estatura, pero no por ello menos impactante, con su actitud tranquila y su creatividad palpable en cada trabajo que entregaba. Una Alfa de ojos grandes y manos hábiles, Chaeyoung siempre encontraba formas de destacar sin llamar demasiado la atención. Sin embargo, Mina había notado que, al igual que Nayeon, Chaeyoung también la observaba con algo más que simple admiración académica. Había una quieta intensidad en la manera en que la miraba, una tensión oculta bajo la fachada de respeto.
Con el paso del tiempo, ambas Alfas se convirtieron en las favoritas de la profesora. Siempre presentes, siempre atentas, siempre esforzándose más que el resto, y Mina no pudo evitar sentir una creciente atracción hacia ellas. Al principio, lo había descartado como una simple reacción a la dedicación que ambas mostraban en clase. Sin embargo, cada vez que Nayeon y Chaeyoung permanecían después de las clases para hacerle preguntas, sus interacciones empezaban a adquirir un tinte diferente.
Mina intentaba ignorarlo, enfocándose en su trabajo, en las lecciones y en los exámenes, pero la atracción seguía ahí, latente, como una llama que crecía con cada día que pasaba. Se dijo a sí misma que era algo pasajero, un capricho que desaparecería con el tiempo, pero no fue así. Al contrario, las miradas furtivas y los roces casuales durante las discusiones en el aula comenzaron a crear una tensión que no podía ignorar.
Esa tensión, esa chispa de algo prohibido, pronto dejó de ser una simple atracción académica. Mina podía sentir cómo los deseos ocultos de ambas Alfas comenzaban a manifestarse de formas más claras. No eran solo las miradas que compartían con ella, era algo en el aire cuando se acercaban demasiado, cuando sus voces bajaban de tono, cuando sus palabras cargaban un peso que solo las tres comprendían.
Una tarde, después de una larga jornada de clases, Mina se encontraba en el pasillo conversando con Sana, una compañera Omega. Las dos compartían una charla casual sobre los resultados de las evaluaciones cuando la presencia de Nayeon se hizo sentir. La Alfa se acercó con pasos seguros, una sonrisa casi desafiante en los labios, y su mirada oscura se clavó directamente en Mina.
—Profesora Myōi —saludó Nayeon con voz firme, inclinando apenas la cabeza como saludo. Sana, percibiendo el aire de dominancia en Nayeon, se despidió rápidamente, lanzando una mirada de complicidad a Mina antes de alejarse, dejando a las dos Alfas solas con la profesora.
Mina respiró hondo, manteniendo la compostura profesional que siempre había adoptado con sus estudiantes, aunque era innegable que la intensidad en los ojos de Nayeon comenzaba a hacer mella en su calma.
—Señorita Im, ¿qué puedo hacer por ti? —preguntó Mina, usando el apellido de Nayeon como siempre hacía con sus alumnos, un hábito que mantenía para marcar las barreras entre ellos.
Nayeon se acercó un poco más, demasiado para lo que podría considerarse una conversación normal entre una profesora y su alumna, pero Mina no retrocedió. Podía sentir el calor que emanaba de la Alfa, y un sutil temblor recorrió su columna.
—Chaeyoung y yo hemos estado hablando —empezó Nayeon, sus labios curvándose en una sonrisa astuta—. Y creemos que podríamos beneficiarnos de unas tutorías privadas, profesora. Solo nosotras dos, claro. Usted sabe... para profundizar más en algunos temas.
Mina parpadeó, manteniendo su expresión neutra mientras su corazón aceleraba bajo la propuesta. Nayeon no necesitaba tutorías, y sabía perfectamente que Chaeyoung tampoco. Ambas eran estudiantes brillantes. Entonces, ¿por qué esta solicitud? Pero la forma en que Nayeon lo había dicho, el tono bajo de su voz, el brillo en sus ojos... todo sugería que el trasfondo de esa pregunta no tenía nada que ver con los estudios.
A pesar del peligroso matiz de la conversación, Mina se permitió un suave asentimiento, obligando a su voz a mantenerse firme.
—Si creen que necesitan ayuda adicional, será un placer ofrecerles tutorías, señorita Im. Ya sabes que siempre estoy dispuesta a apoyar a mis estudiantes —respondió, dejando abierta la interpretación, y algo en la sonrisa de Nayeon indicaba que la Alfa comprendía perfectamente lo que no estaba siendo dicho.
—Perfecto —murmuró Nayeon, acercándose un poco más, hasta que el aliento cálido de la Alfa rozó la piel de Mina—. Estoy segura de que a Chaeyoung también le encantará la idea.
Nayeon sonrió, una expresión que iluminaba su rostro y que contenía algo más que gratitud. Era un acercamiento, un paso hacia ese abismo de deseos no expresados que Mina había estado evitando. Y en ese instante, la línea entre la profesionalidad y el deseo comenzó a desdibujarse aún más.
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𝗢𝗻𝗲 𝗻𝗶𝗴𝗵𝘁, 𝘁𝘄𝗼 𝘄𝗼𝗺𝗲𝗻 愛 𝗡𝗮𝗺𝗶𝗰𝗵𝗮𝗲𝗻𝗴
Fanfiction暗い地獄. | ❝ God, they are so pretty... ❞ ❝ Mina era una hermosa Omega que daba clases en una universidad, y Nayeon y Chaeyoung eran sus mejores estudiantes. Luego de una noche de copas, mina no pensó terminar con dos alfas en su apartamento y mucho m...