Aveces siento que pido demasiado..
Como si el aire que respiro fuera un lujo, como si necesitar amor puro fuera un capricho de locura. Me desahogo en estas lineas, en el susurro de mis propios anhelos. Busco una mirada que me entienda, un roce que sane, un refugio donde ser. ¿Es mucho pedir que me tomen atención, que el mundo se detenga un instante para sentir que valgo, que existo más allá del ruido, más allá de las palabras vacías?
Me siento egoísta por querer, por desear un poco de calor, por anhelar un corazón que responda, un abrazo que no se disuelva en la indiferencia del día a día. Así, me quito la máscara, revelo mi fragilidad. No soy perfecta, solo busco la conexión, la luz en la oscuridad. Y aunque aveces duden mis pasos, sigo buscando, sigo sintiendo, porque en cada grito ahogado, en cada lágrima derramada, hay un deseo de ser amada inmensamente.
La falta de atención puede ser un peso ligero, pero también puede convertirse en una sombra que se alarga. Anhelo esos momentos de cercanía, donde las palabras fluyen y el silencio se llena de comprensión. Es en esos instantes donde encuentro consuelo, donde mi corazón se siente en casa...Aveces, me encuentro atrapado en un ciclo que me deja una sensación amarga. Es como si mi presencia solo tuviera valor cuando soy útil para los demás, como si mi esencia se desvaneciera en el momento en que ya no soy necesario. Me duele pensar que mis sentimientos y necesidades pasan desapercibidos, que mi compañía se convierte en un recurso más que en una conexión genuina, que poco a poco pierdo aquel valor.
Siento que mis esfuerzos por ser un apoyo, por estar presente, muchas veces ni se lo toman en serio. Me pregunto si alguna vez me verán más allá de lo superficial, si alguna vez se detendrán a considerar lo que realmente soy, lo que siento y no lo que aparento. La soledad se hace más pesada cuando me doy cuenta de que, en lugar de ser valorado, soy solo un medio para un fin, que me ven como algo sexua1, que piensan que no hay problema en eso cuando lo que más valoro son las muestras de cariño, la atención que me toman, lo que les hago sentir..
Anhelo relaciones donde la reciprocidad sea real, donde no sienta que yo soy la que más se arriesga, donde mis emociones cuenten tanto como las de los demás. Quiero ser vista, no solo como un refugio temporal, sino como alguien digno de atención y cuidado. La búsqueda de una conexión única es lo que realmente deseo, y aunque aveces me sienta usada, sigo esperando que llegue el día en que mi valor sea reconocido por lo que soy, no solo por lo que puedo ofrecer.
