Fiesta aristocrata

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Los personajes de Naruto no me pertenecen.

Hinata estaba allí, parada frente un costoso cuadro bordado en oro, contemplando la majestuosa pintura, escuchando la fina melodía de fondo

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Hinata estaba allí, parada frente un costoso cuadro bordado en oro, contemplando la majestuosa pintura, escuchando la fina melodía de fondo.

Estaba totalmente encantada por la hermosa pintura, incluso había recordado el elegante museo que había visitado en Londres con su hermana menor y su instructora.

La pintura era de una persona chica con un hermoso vestido blanco caminando en medio de un dorado arrozal bajo una anaranjada atardecer, era hermoso, tan natural y conmovedor.

Suspirando la joven volteo hacia la gran sala, habia bastante gente hablando entre si, riendo y disfrutando de la fiesta de alta sociedad.
Observando a las hermosas mujeres que parecian coquetar con hombres, accidentalmente su mirada cruzó con la de un hombre de cabellos naranjas, mismo que se aproximaria a pasos lentos.

No parecía un sujeto cualquiera, pues llevaba un costoso traje negro y zapatos del más fino cuero de San Petersburgo, además, si estaba en esa fiesta significaba que era un hombre adinerado como los demas.

Estrechando la mirada el hombre tomaría la mano de la peliazul, misma que se estremeceria levemente ante el toque, la fricción de sus pieles y el dulce aroma que desprendia la joven no hicieron más qué cautivar al hombre, qué sin dudarlo se inclinaría y besaría el dorso de la misma.

— Qué hermosa chica he encontrado, ¡y que ojos tan hermosos tiene! —Exclamó una vez erguido mirando los ojos de la peliazul, misma que bajaría la mirada avergonzada por el halago y la acción.

Al hacerlo aquel hombre la estudio con la mirada logrando ver el majestuoso escote de la joven, uno digno de una mujer adulta, pero regalado por el mismo Dios a una chica como la que tenía enfrente. ¡algo sin duda muy inusual!

Los ojos de Hinata se posaron sobre la mano del hombre, poseía un anillo dorado en el dedo anular, al parecer ese hombre estaba casado.

—Oh, m-muchas gracias. —Agradeció la joven alzando la mirada al sujeto de ojos marrones, este esbozo una sonrisa leve para responder a la delicada y gentil doncella.

— No es nada, ¿qué haces en una fiesta de este tipo?

—Solo quize venir por curiosidad, parece ser un lugar muy agradable.

Confesó la joven con una leve sonrisa, desde que había llegado la habían atendido más que bien, le habían ofrecido varios bocadillos y bebidas procurando su comodidad.

—Eso resulta encantador, ¿qué tal si me dices tu hombre?

Dudando la joven respondería.

—Hinata, —Miró a un costado viendo la gente pasar y mirarlos. — ¿Y usted?

—Hermoso nombre Hinata, yo me llamo Yahiko.

—Es un gusto señor Yahiko.

—¡Oh, no hace falta que me digas señor!
Exclamó soltando una leve risa, su rostro cambió a uno sereno sin dejar de mirarla.

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⏰ Última actualización: 6 hours ago ⏰

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