Prólogo

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Diciembre

Iba conduciendo a través de la larga carretera, resplandecientes charcos por las luces del auto en tonos amarillos, los rayos y truenos se turnaban para hacer su aparición en el aire, el vehículo húmedo por las gotas de lluvia, las pequeñas caían encima del parabrisas, dificultando la visión. En el interior el ambiente era cálido y calmado por la calefacción encendida, y el susurro de una canción puesta en la radio, la tranquilidad se vió interrumpida por el fuerte estruendo y vibración del celular puesto encima del asiento del copiloto.

La rosada tomó en su mano el aparato, sin quitar la vista a la carretera y la mano el volante, contestando la llamada entrante con una dulce voz.

—¿Diga? —preguntó.

—Amy, mamá pregunta si demorás mucho porque quiere poner el pastel en el horno —respondió la voz contraria sin saludar previamente.

—Buenas noches, también me da gusto saludarte. Y sí, aún estoy en la carretera, pueden empezar sin mí, si desean —siguió algo indignada por el contrario.

—Creo que es mejor que hables con ella.

Escuchó el cambió del teléfono y pequeños susurros en la otra línea interrumpidos por el sonido de las gotas de lluvia.

—¿Amy? ¿Estás cerca? —preguntó alterada una nueva voz mayor y femenina.

—Sí mamá, llegaré pronto, gracias por dejarme quedarme en casa. —Agradeció sonriendo al celular, mientras la otra mano daba el cambio en la palanca del automóvil.

—Ni hablar cariño, sabes que eres bienvenida cuando gustes. Supongo que te irás en cuanto terminen las fiestas.

—Sí, desearía quedarme más tiempo pero tengo que entrenar duro si quiero ganarme un lugar en la competencia del próximo año —mencionó emocionada—, Me falta muy poco para sobrepasar a Nora en los entrenamientos.

Hubo un pequeño silencio y luego se oyó un suspiro.

—Amy, hablaremos en casa sobre ello —volvió a decir su madre.

La lluvia subía de intensidad a corde del rumbo de la conversación. La rosada cambió el celular de mano, agarrándolo con más fuerza.

—¿A qué te refieres con "lo hablaremos en casa"? —preguntó nuevamente.

—Ya sé que te gusta mucho el patinaje, pero me gustaría que consideres otras alternativas para tu futuro.

Amy giró los ojos incómoda, chasqueo los labios y alejó el celular de su oído por lo antes escuchado; no era la primera vez que escuchaba a la mujer que le había comprado esos pequeños y caros patines para hielo cuando era pequeña, quejarse y reprocharle que el patinaje artístico no llevaba para nada bueno.

Le molestaba, ella amaba con toda su vida el patinar, la sensación de volar y sentir una brisa en tu rostro mientras realizas con gracia acrobacias y recibes a cambio grandes ovaciones de pie cuando terminas la rutina.

—Mamá, pensé que ya lo habíamos hablado, tomé mi decisión. —Sostuvo el acelerador para sobrepasar a una camioneta lenta.

Ahora lo único que pensaba era ir a casa y hablar frente a frente con ella y demostrarle que no se había equivocado en su elección.

—Amy, solo te pido que lo reconsideres, aún no es tarde, eres joven, puedes...

—Bien mamá solo, déjame conducir hasta casa, ¿esta bien? hablaré contigo ahí —interrumpió colgando la llamada, lanzando el celular al asiento del copiloto.

Se tenso en su asiento poniendo ambas manos en el volante, la neblina se hacía presente mientras más avanzaba por la carretera, la humedad parecía recorrerla poco a poco.

Sintió una sensación de frustración al sentirse presionada por su familia, cómo podrían entenderla, desde la muerte de su padre habían actuado sobreprotectores con ella. Pero no los culpaba, sabía que tenían sus razones, sin embargo eso no evitaba que estuviera enfadada por querer interferir en su vida.

El teléfono en el asiento empezó a vibrar lo alzó poniéndolo boca arriba, alternando su visión entre la pantalla y la carretera, alcanzó a leer el apodo que le había puesto a su hermano mayor, suspiró y lo ignoró.

Sabía que su madre lo había mandado a llamarla, cómo de costumbre.

El sonido de la llamada terminó solo para volver a escucharse, mientras vibraba se movía en todo el asiento.

Cansada alzó el teléfono y contestó rápidamente.

—Shadow, dile a mamá que hablaré en casa con ambos, no me falta mucho pero de verdad me gustaría que...

El violento sonido del claxon del camión de atrás se hizo presente. Volteó la cabeza dejando caer el dispositivo, giró el volante para evitar caerse por el acantilado, pero la velocidad a la que iba le jugó en contra y resbaló por la pendiente.

Sentía la lluvia húmeda caer sobre una de sus mejillas, luego un ruido ensordecedor en la distancia, después de haber caído varios metros abajo, dando saltos y vueltas, no sabía en dónde se encontraba, pensó en su madre, nuevamente en su hermano y por alguna razón en ese chico del que no había sabido nada en más de tres años.

Pero no tuvo tiempo de si quiera pensar en él detalladamente, un dolor agudo en la espalda se intensificaba cada vez que queria moverse.

Luego nada, solo oscuridad.

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✩₊˚.⋆ ριηк ιη му ηιgнт ⋆⁺₊✧

❝𝙰𝚗𝚍 𝙸 𝚔𝚗𝚘𝚠 𝙸'𝚟𝚎 𝚔𝚒𝚜𝚜𝚎𝚍 𝚢𝚘𝚞 𝚋𝚎𝚏𝚘𝚛𝚎, 𝚋𝚞𝚝 𝙸 𝚍𝚒𝚍𝚗'𝚝 𝚍𝚘 𝚒𝚝 𝚛𝚒𝚐𝚑𝚝. ❞

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Después de un tiempo (con la historia mayormente desarrollada) la volví a publicar. Muchas gracias por esperar! Espero que la disfruten tanto cómo me emocionó hacer la idea!!

Pink in MY night | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora