Seiya, fue de regreso a casa a cambiarse una vez que el cuerpo de Souichi se encontraba en la funeraria listo para ser velado y posteriormente cremado.
Entro a la habitación dónde su madre dormía plácidamente como si nada pasara.
—¡Podrías al menos levantarte ya, maldita borracha! —Tomo las sábanas que la cubrían haciendo que el frío la obligará a despertar.
Neherenia, aún aturdida por la resaca no entendía por qué su hijo estaba tan molesto tratándola de esa manera.
—Pero ¿Qué te pasa? ¡Déjame dormir!
—Una cualquiera como tú... no merece dormir tan cómoda. —la expresión molesta de Seiya fue más notoria cuando él se acercó lo suficiente percibiendo aún el olor del alcohol que despedía su cuerpo. —¿O acaso bebías para olvidar lo que le hiciste a mi padre?
Seiya abrió los cortinas y ventanas tratando que el hedor de la habitación desapareciese mientras Neherenia se levantaba a tomar un vaso con agua.
—¿Ya olvidaste que gracias a ti está muerto?
El golpe seco de la jarra golpeando el suelo fue todo lo que se escuchó en la habitación, el rostro aterrado de Neherenia ahora se enfocaba en Seiya
—No... No es cierto... ¡estas mintiendo! —Su grito más de terror que de dolor se dejó escuchar mientras se dejaba caer al suelo. —Eso no... No, no.
—Para mí desgracia es cierto, pero ahora no tengo que soportarte. —Neherenia levantó el rostro cubierto de lágrimas ante las crueles palabras que le decía su hijo. —Por favor deja de fingir que te duele, ¡Te quiero lista para el funeral de papá! ¿Entendido!
—Pero, no fue mi intención hacerle eso a tu papá. —En aquel momento todo el dolor por la resaca se le bajó de inmediato. —Además, soy tu madre.
—¿Mi madre? Solo eres una descarada, que engañaba a mi padre en la misma casa, dónde se encontraba enfermo. ¿No te da vergüenza, reclamarle al hijo, que te vio cómo te revolcabas con otros en Londres?
—Hijo... yo...
—No digas nada, si quieres seguir viviendo la vida que te daba mi padre, más te vale empezar a considerarme como lo que soy... El heredero y dueño de tu futuro, aparentaras ser la esposa dolida, será difícil lo sé, tu reputación esta por el piso, y más en estos momentos. —Seiya se dio la vuelta comenzando su camino hacia la puerta. —Ah y otra cosa, Hotaru no volverá a ese internado... Haré lo que tú no eres capaz...Voy a cuidarla...
Neherenia, se levantó del suelo asimilando todo lo que había pasado la noche anterior, en esta ocasión se había excedido.
Seiya entro al estudio lleno de lágrimas, no podía creer nada de lo que estaba pasándole, su padre no merecía morir de esa manera, mientras su madre viviría disfrutando de todo, como la viuda sufrida.
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Kenji Tsukino, llegó al funeral en compañía de Serena y su cuñada, mientras estaba en el auto no le dirigió la palabra a su hija, así cuándo se estacionó, se bajó dejando a las dos allí.
—¿Sabías que ellos se entendían tía? —Preguntó sin dejar de mirar cómo se retiraba.
—Ya sabes cómo es tu padre, según escuche, está muy bien preparada con una carrera universitaria en negocios internacionales, quizás, por eso tu padre se enamoró de ella.
—Vamos a ver cuánto le dura todo ese amor por ella, pronto se aburrirá y buscará otra.
—Bueno querida, lo mejor es que le dejes ese problema a tu padre. No lo hagas enojar de nuevo, y que sea él quién te dirija la palabra. Ya ves que no son las mejores circunstancias. —Esmeralda le recomendó.
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Entre espinas y rosas.
RomanceRE- EDITANDO LA HISTORIA. Serena es una chica caprichosa de 17 años de edad, hija de un empresario muy bien conocido por tener una gran fortuna, su madre fallecio cuando era muy pequeña quedandose solo con él y su tía. Antes de cumplir los 18 años y...