Capítulo X - Dilema de vida o muerte

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Eda se encontró con algo sumamente aterrador en esa habitación, sentía náuseas y estaba pálida por lo que había ahí. Era muy difícil de describir, su forma era simplemente repulsiva, no era algo que pareciera tener vida, pero evidentemente tenía un cuerpo aunque deforme y de algún modo se movía. Parecía humano, pero eso no sería lo primero que se reconocería de esa clase de monstruo al avistarlo. En el entorno de la habitación había poca iluminación, pero la suficiente como para identificar manchas de sangre en todas partes y el olor era repugnante a más no poder. Eda no quiso saber nada de lo que significaba todo esto, por lo que inmediatamente cerró la puerta sin entrar en un estado de aturdimiento, arqueaba del asco teniendo ganas de vomitar, pero lo retuvo tragándose todo lo que llegara a devolverse de su estómago.

—¡Eda! —exclamó Blark llegando desde la esquina del pasillo—. No... tenías que haber abierto esa puerta.

Ella seguía con una respiración acelerada sin conseguir que se atenuara su palidez, Blark la observaba sin tener idea de qué hacer ahora con ella, sentía miedo de ella por sus anteriores conductas agresivas, pero permaneció ahí de pie mientras que Eda estaba sentada recostada a la puerta.

—¿Qué diablos es esta casa? Esa criatura... ¿Por qué tendrías algo como eso aquí encerrado?

—No es tan fácil de explicar, de todos modos no te debo ninguna explicación. Vas a decirme quiénes son tus familiares ahora, sé que somos familia de alguna forma porque compartimos el mismo gen que da origen a nuestras habilidades.

—No seas imbécil, solo sácame de este lugar si no quieres que te mate aquí mismo. Solo necesito hacer que duermas para después jugar a la cirugía con tu cuerpo inconsciente —amenazó todavía con el cuchillo en su mano.

Blark en su interior sentía terror por lo que significaba estar ante Eda sin conocerla, no sabía nada sobre sus objetivos o su pasado, ni siquiera su origen exacto. Lo único completamente seguro era que formaba parte de alguna rama de su árbol genealógico.

—Soy el único que puede llevarte a la salida, créeme que esta es una zona que ni siquiera a mí me gustaría recorrer por lo peligroso que resulta, tienes suerte de no haberte topado con algo peor a lo que había en esa habitación. En conclusión, no puedes matarme ahora que sufres del destino que conlleva explorar las profundidades más oscuras de este edificio sin fin.

—¡Me niego rotundamente a explicarte nada! Incluso si eso significa quedarme aquí para siempre, excepto que no será así. Resulta que tú también necesitas regresar si quieres seguir cuidando de Faris, nada te asegura que yo no te seguiré en el camino de regreso, y si intentas ponerme un solo dedo encima me encargaré de que recuerdes el porqué deberías temerme a mí y a mi habilidad somnífera. Sea lo que sea que hagas, mi objetivo seguirá en marcha y no hay nada que puedas hacer al respecto.

—¡¿Pero cuál es tu objetivo?! ¿Por qué tratar de lastimar a una niña que nunca en la vida has visto antes? A no ser que...

En ese momento, Blark se dio cuenta de una perturbadora posibilidad que lo dejaba atónito, no estaba seguro al respecto pero era la única explicación que encontraba.

—Has viajado en el tiempo, ¿verdad? No eres de este ahora, sino tal vez de un después o un antes. Es lo único que da lógica al porqué conoces a Faris, la conoces desde otro punto de la línea temporal.

—Me impresiona un poco tu capacidad para imaginar cosas, y si eso fuera verdad tampoco te lo diría de todos modos.

—Debes de tener alguna deformidad en tu cuerpo entonces, si fue un viaje muy largo entonces se trata de una deformidad significativa, pero no veo nada extraño en tu cuerpo.

—¿Sigues con eso? No quiero escuchar más al respecto, más vale que pronto decidas que no tienes ninguna opción más que regresar y yo te seguiré hasta encontrar la salida, o mucho mejor: hasta encontrar a Faris.

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