Después de ingresar a una nueva universidad en un nuevo país, Leyra junto a su antiguo amigo Carlos, al no poder cubrir los gastos de su nuevo hogar, deciden adquirir una nueva compañera de cuarto: Nayah, una chica americana amable y sociable que pa...
En mi adolescencia, siempre he sido el mal tercio del grupo.
Diferentes personas, diferentes edades; pero la misma historia: conozco a un amigo, el se convierte en mi enamorado, y cuando me doy cuenta de mis profundos sentimientos, él ya está completamente enamorado de una de mis mejores amigas. Se vuelven pareja y me terminan incluyendo en su relación. Todo de ahí va cuesta abajo: mis sentimientos los oculto e intento demostrar mi mejor sonrisa. Es mi enamorado, pero ella es mi mejor amiga. Tengo que ser feliz por ellos, por ambos; no obstante, soy humana y también tengo mis propias emociones; es tan doloroso guardarlos en la oscuridad y fingir que no existen así sin más. A pesar de ser las personas que más quiero en este mundo y que quiero lo mejor para ellos, ahí me doy cuenta de que lo mejor para los tres es que me aleje de ellos. No quiero perjudicar su noviazgo; sin embargo, ninguno de los dos me quiere dejar fuera de nuestra amistad. De una cosa lleva a la otra: de unirnos más, rompemos a añicos el fino hilo que nos une. No hay más solución, si no lo harán ellos, lo hago a mi manera: los termino eliminando de mi vida. Los bloqueó de todos lados y ya no vuelvo saber más de ellos.
Me quedó sola.
Aunque conozco a más personas, sucede el mismo relato. Me enamoro, se enamoran, nos unimos, nos peleamos y una vez más, vuelvo a quedarme sin compañía. Diferentes personalidades, mismo patrón. Mi vida se ha vuelto cada vez más miserable. Tanta fue mi decepción sobre el amor y la amistad que me convencí hasta algún punto de que al ser siempre el mal tercio es la peor cosa que me puede suceder. Jamás pensé que sería algo bueno.
Entonces, te preguntarás: ¿Cuál es la razón de relatar esta historia? Porque después de reflexionar mis experiencias vividas y pensar durante el transcurso de esta semana sobre todas las acciones que hemos cometido para llegar a los mismos resultados, quiero demostrar que entre todos los malos tercios que podemos atravesar, existe:
El Mal Tercio Perfecto.
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¡Hola a los pocos lectores!
No se que a rumbo nos dirija esta historia. Pero les aseguró que será una de las más caóticas que escribiré.
