Extra [1]

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Ya habían pasado varios años, para ser exactos, siete años.

Ya había celebrado su matrimonio hace un año cuando cumplieron la mayoría de edad.

Su hermoso par de hijos tenía siete años ya.

Vivían en una acogedora casa con colores tapices azules claros y detalles hechos de madera blanca.
Era una casa espaciosa pero no tan grande.

Del tamaño ideal para su familia.

A los cuatro les encantaba pasear en familia e ir a lugares como el cine, parques de diversiones o incluso los acuarios.

Pasar tiempo en familia era la actividad favorita de los cuatro.

—Papá! Papá! Despierta!— la voz chillona de Sayuri lo había despertado junto con Kenji que le estaba jalando el brazo izquierdo.

Abrió sus ojos y lo primero que vio fue a sus dos hijos junto a su ahora esposo.

Los tres viéndose tan pacíficos y hermosos juntos.

Eran su alegría ahora.

Vió la sonrisa de los tres.

Sonrisa que juraría que era mucho más brillante que el sol.

Sus hijos eran bonitas estrellitas sonrientes.

Pero...

Naruto era su sol.

Esbozó una sonrisa en su rostro y los abrazó a los tres mientras reían.

Haría todo lo posible para poder despertar y tener esa vista todos las mañana.

Todos los días.

De todos los meses.

De todos los años.

Hasta el final.

Cuando ya no pueda ver nada.

Solo quedarse a lado de el.

De su sol.

De Naruto, su amor.

Un juego en casa SasuNaru 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora