Había una vez un pequeño pájaro rojizo, que recién salió del huevo, vivía en el bosque frondoso y extenso en un árbol tan alto que no se alcanzaba a ver el suelo, eso le contaban sus papas, porque el pequeño pájaro rojo tiene prohibido acercarse a la orilla del nido, apenas le están saliendo sus plumas, así que es comprensible, además de que la vista del cielo compensaba su curiosidad por el suelo. El pequeño pájaro rojo observaba con fascinación como por turnos sus papas volaban en diferentes direcciones, como otras aves con hermosos plumajes y diferentes tamaños volaban por ese extenso cielo, día y noche, entre las suaves nubes y debajo de las brillantes estrellas.
El era pequeño todavía, pero esperaba ansiosamente el día en que deje el nido y al igual que las otras aves que todos los días observa vuele tan lejos como sea posible.
Cerca de su nido, había otros nidos, no podía verlos completamente, pero a veces los escuchaba llorar e inmediatamente los padres de los otros nidos llegaban volando cerca de su nido, cuando le pregunto a su madre sobre ellos le dijo que son casi de su misma edad; eso le emociono, eso significaba que no saldría del nido solo.
El pequeño pájaro rojo se alegro cuando por fin pudo ponerse de pie por si solo, ya no tambaleaba al caminar, fue difícil, más porque sus padres nunca lo dejaban caerse, pero aun así estaba feliz por su logro, sus padres estaban felices también, ahora quiere aprender a comer solo, le dijo el pajarito a sus padres, ellos solo sonrieron y lo siguieron alimentando.
Sus padres no lo dejaban comer solo, intento objetar y enojarse, pero ellos solo volvieron a sonreír y le dijeron que no importaba, ellos harían cualquier cosa por él, el pequeño pájaro no pudo discutir más y termino aceptando.
El pequeño pájaro rojo ya tenia todas sus plumas y sus alas pesaban más, se sentía fuerte, listo para enfrentar el mundo, había crecido casi como sus padres, se preguntaba cuando sus padres le enseñarían a volar ,de repente escucho un sonido fuerte que provenía de los otros nidos, y entonces, observo los más hermoso qué jamás había visto, otro pájaro parecido a él pero desconcertantemente un poco más pequeño que él, parado sobre la orilla del nido habría completamente sus alas comenzaba a aletearlas suavemente, para después dejarse caer, el pequeño pájaro se alarmo, no quería que se lastimara, por instinto se acercó a la orilla del nido, pero rápidamente, su madre que se encontraba también en el nido con el mientras su padre buscaba comida, lo detuvo.
Pero antes de cualquier cosa, observo como el pájaro que salto, volaba hacia el cielo sin detenerse, libre.
- Mama, ese pájaro es mas pequeño que yo y voló del nido, ¿Cuándo será mi turno?, ¿por qué no me enseñan a volar? - la madre solo sonrió – aun es muy pronto- su padre llego y ambos lo alimentaron.
El pequeño pájaro rojo ya no era un pequeño pájaro, en todos los nidos ya no quedaba ningún pájaro como el, todos se fueron, avanzaron, se volvieron irreconocibles y solo el seguía igual.
Un día el pequeño pájaro rojo que ya no era pequeño despertó y por primera vez sus dos padres no estaban, se sentía confundido y asustado, jamás había estado solo; el llamo a sus padres pero nadie respondió, entonces tuvo una idea, se acerco a la orilla con miedo, si su padres no respondían del cielo entonces tal vez estén abajo, el pájaro por primera vez en su vida miro más allá del nido, sintió un nudo en la garganta, era hermoso, era tan extenso como el cielo, más colores, más formas, más olores, con mas que conocer. El pájaro recordó cómo tiempo atrás los otros pájaros antes de volar al cielo, se arrojaban hacia abajo, ¿era esta la razón?, ¿por qué sus padres jamás se lo contaron?
El pájaro se paro en la orilla del nido como había observado a los otros pájaros hacer, extendió sus alas, y se dejo caer sin ser consciente de también los peligros.
El aire es su plumaje fue lo ahora más hermoso que jamás sintió, se sentía libre y vivo sin saber que existían esas sensaciones, tan perdido estaba en la sensación que olvido agitar sus alas, o tal vez no lo olvido, simplemente no lo sabía. De repente todo cambio, ya no sentía el aire, sintió otra sensación desconocida de la que tampoco sabía por qué sus padres jamás lo hablaron, el dolor;
El pequeño pájaro rojo que ya no era pequeño yacía inerte en el suelo, sus dos alas en sus primeros pasos por un mundo desconocido sin conocer nada, yacían destrozadas, el pequeño pájaro rojo que ya no era pequeño no sabia que estaba pasando, nunca conoció mas del nido, solo se lamentó – es mi culpa-
El pequeño pájaro escucho unos pasos pesados y una sombra se cernió sobre el -¿qué clase de pájaro es ese? Es gigante y no tiene plumas - se preguntó.
El humano miro al hermoso pájaro, que no podía escapar por que no podía y no sabia que estaba ante un peligro, dócilmente el pájaro rojo se dejo tomar sin protestar. El humano al ver lo dócil que era el pájaro rojo, se lo llevo sin problemas hacia su casa, el pájaro rojo estaba emocionado con todo lo nuevo que observaba que no sintió temor cuando el humano lo metió en un nido extraño, jamás había visto un nido como ese, no quería volver a estar en otro nido, quería volar, tal vez ese extraño pájaro le enseñe. Intento abrir sus alas, pero por alguna razón ese feo sentimiento desconocido que sintió al caer volvió.
Había una vez un pájaro rojizo, que vivía en una jaula, ahora sabia que era una jaula, ahora sabía que significaba el miedo, pero nada de eso importaba, porque el pájaro rojizo ya no tenia alas, sus alas estaban en un cuadro que el humano presumía, presumía como orgullosamente se las arranco al pájaro rojo, ya no importaba, fue su culpa, el salió del nido, ¿por qué sus padres nunca le dijeron que esto podría pasar?.
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Pajaro rojo
RandomLas personas no son frutas para madurar solas. una presión en el pecho y un nudo en la garganta mientras escribí esta historia, un pequeño cuento que escribí hace años, la primera vez que fui consiente de el mundo real y que descubrí que no era co...