Naruto: Haciendo de un Hokage -HIATUS-

Capítulo 29: Inicio

Naruto: Haciendo de un Hokage

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Ch.29 Inicio

Decir que Naruto estaba incómodo sería un eufemismo. Las palabras no podían describir el nivel de nerviosismo y la aceptación sombría con la que viajó de regreso a casa. Si bien sus heridas se curaron en su mayoría, excepto por el dolor en el abdomen y el dolor persistente en el brazo, la sensación de presentimiento lo enfermó visualmente.

La puerta se mantuvo alta en la distancia de una manera casi amenazante. Era extraño cómo antes de que las puertas hubieran sido tan acogedoras, despertaron la sensación de felicidad y recuerdos positivos. Ahora solo servían para contar el tiempo hasta que tuvo que enfrentarse a todos y explicar cómo era que Neji y Kiba murieron.

En aquel entonces, durante su muerte, había estado ocupado asegurando que la misión transcurriera sin problemas. Nadie en su sano juicio culparía él por sus muertes, pero hizo poco para aliviar su sentimiento de culpa, por irracional que sea. El rápido tambor de los latidos de su corazón sonó en sus oídos a un nivel casi ensordecedor cuando se tragó un nudo en la garganta y se dio cuenta, no por primera vez, de que el sentimiento de culpa estaba allí para quedarse.

No había una forma racional de calmarse, había señalado varias razones que le impedían estar allí cuando sus compañeros de equipo murieron para sí mismo, pero no sirvieron para nada. Nadie le culparía, lo sabía por un hecho, pero el miedo todavía estaba allí. El mismo miedo que había sentido hace muchos años cuando estaba solo y odiado por el pueblo. El miedo a ser un paria.

Un pensamiento extraviado de repente pasó por su mente Qué pasa si todos me odian cuando se enteran?'

Todo el color se drenó de su cara y sus pasos se ralentizaron considerablemente. Jiraiya, Tayuya y el clon que llevaba un inconsciente Lee continuaron caminando sin haberlo notado disminuyendo la velocidad.

"Deja de ser un cobarde y muévete... Deja de actuar como un idiota," gruñó a sí mismo mientras aceleraba el ritmo, las puertas de Konoha se acercaban cada vez más con cada segundo que pasaba.

Después de viajar juntos durante tres años, Jiraiya había llegado a conocer muy bien a Naruto. Desde sus peculiaridades y gestos habituales hasta pequeñas contracciones involuntarias en sus manos cada vez que mintió. Un buen maestro debe recoger estas cosas para saber qué funcionó con el estudiante y qué no. Por lo general, nunca fue más allá de ofrecer consejos sobre jutsu o taijutsu, pero el Sapo Sabio no creía que un maestro debía enseñar cómo luchar, sino ofrecer todas sus experiencias y consejos.

Sí, conocía a Naruto como el dorso de su mano.

Es por eso que, aunque no se sorprendió, estaba profundamente preocupado por el comportamiento actual de su estudiante. Konoha estaba a solo unos minutos de distancia ahora, ya podía ver al ninja en la puerta y a los aldeanos caminando por las calles, lo que probablemente fue la causa de la sombría actitud de Naruto.

Para ser honesto, Jiraiya nunca había visto este comportamiento, incluso cuando los dos habían sido testigos de algunas escenas duras durante sus viajes. De una familia que pierde a un ser querido, a un grupo de mercenarios que matan a docenas de personas. Pero ni una sola vez Naruto parecía tan derrotado. Sus hombros estaban desplomados, arrastró los pies y sus ojos azules nublados no mostraban ningún indicio de la chispa que generalmente estaba allí. Era la misma mirada que había visto que había visto en las caras de varios ninjas durante la guerra.

Pero lo que más le preocupaba era el sello del Kyuubi.

El sello había cambiado una vez más. Lo que sea que el viejo Uzumaki le había hecho la primera vez lo había hecho parecer dolorosamente descuidado hasta el punto en que pensó que podría haber sido un trabajo apresurado. Ahora sabía que el anciano había tenido algo en mente al cambiar el sello, era obvio por el hecho de que se convirtió en algo mucho más limpio. El sello de Minato volvió a su yo normal, pero tenía varias marcas a su alrededor, el sello parecía simple pero extraño al mismo tiempo.