UN HEREDERO

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"¿Kim, por qué tenemos que hacer esto?" Ron se quejaba recostado en la barra del hospital.

"Uno, porque es lo correcto. Dos, nos dan calificación, y Ron, créeme que tú la necesitas." Kim sonrió burlonamente al rubio.

Ron levantó un dedo queriendo contestar, pero simplemente se quedó en silencio.

Una enfermera se acercó a Kim y a Ron. "Hola, Kim. Tenemos poco personal en enfermería y quería ver si podrías ayudar."

"Claro." Kim sonrió aceptando su nuevo trabajo.

"Bien, entonces, solecitos, escuchen. Hay un anciano enfermo que necesita felicidad; ya mandó a casa a tres Soles llorando."

Ron alzó su mano con emoción. "Eso parece un trabajo para Ron-man." Se señaló a sí mismo con ego.

"No lo sé, Ron, parece un hombre rudo. ¿Estás seguro de que podrías con esto?" Kim levantó una ceja con intriga.

"O vamos, Kim, venzo a los supervillanos una vez a la semana," Ron sonrió con superioridad.

"¿Vences?" Kim se cruzó de brazos, juzgando a Ron.

"Sabes a lo que me refiero, Kim," Ron sacudió sus manos intentando corregirse.

"Correr y gritar '¡Kim!' no es detener a los villanos."

"Soy el ayudante, Kim, no el héroe. Soy más alivio cómico," Ron giró su mano imitando a Shakespeare.

"Lo que digas, Ron." Kim se alejó de él, dirigiéndose a la zona de enfermería.

"Bueno, ¿a dónde tengo que ir?" se preguntó Ron.

Después de su pequeña discusión con Kim, salió del hospital dirigiéndose a la mansión del anciano. Al llegar, Ron intentó tocar la puerta. "¡HOLA, SEÑOR NORTH!"

Al no obtener respuesta, volvió a intentar. "¡HOLA, BUENAS! SOY RON, VENGO A AYUDARLO." Seguía sin obtener respuesta. "¿NO QUIERE FELICIDAD?" Al darse cuenta de que no había respuesta, simplemente decidió irse. "Viejo engreído, uno que viene a ayudar y no tiene la decencia de ver a uno a la cara."

"Llévate tu felicidad, idiota," una voz sorprendió a Ron, que se dio la vuelta sin ver a nadie. Se extrañó.

"¡Hola!?" Ron preguntó con una voz asustada.

"Lárgate, niño," la misma voz llamó de nuevo la atención de Ron.

"Vengo a ayudar, mi nombre es Ron Imparable."

"¿Ron Detenible? Suena patético. Lárgate."

"Imparable. Y puedo hacer... em, lo que sea. Sí, lo exacto: lo que sea." Ron sonrió. Pocos segundos después, la puerta se abrió y la voz resonó una vez más: "Entra."

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Kim Possible salió del hospital, exhausta después de una larga jornada de ayudar en enfermería y salvar el día. Al llegar a su hogar, se dirigió directamente hacia la puerta principal, abriéndola con un suspiro de alivio.

Al entrar, se descalzó y dejó caer su mochila en el suelo. Se estiró, sintiendo el cansancio en sus músculos, y se dirigió hacia la cocina.

"¡Hola, mamá!" gritó Kim, sabiendo que su madre, Ann Possible, probablemente estaría preparando la cena.

Su madre respondió desde la cocina: "¡Hola, Kim! ¿Cómo fue tu día?"

Kim se sentó en la barra de la cocina, mientras su madre le preparaba un vaso de jugo de frutas. "Fue largo", respondió Kim, "pero logré ayudar en el hospital."

un hurón Imparable Donde viven las historias. Descúbrelo ahora