ONESHOT

2 0 0
                                    

— Han Jisung arréglate ahora si no quieres perder tus clases de canto! —

— Mamá!! Pero no quiero ir a esa fiesta, desde que volví ya no somos cercanos —

— Es por tu culpa y tu "ya soy grande" que ya no hablan, ustedes son primos y debes acompañarla en su fiesta, es un evento importante para ella así que vamos a ir, además de que ya compré tu traje y no hay discusión.. ya sabes a menos que quieras que deje de pagar tus clases —

Con eso dicho, la señora Han dejó el cuarto de su hijo, notando cómo Jisung comenzaba a deshacerse de su pijama para cambiarse, después de todo sabía que no podría negarle nada si sus amadas clases estaban en peligro.

Una vez la familia Han estuvo lista se dirigieron al salón donde sería la fiesta. Era bastante grande y muy bien decorado, si no fuera por la gente que había, Jisung lo hubiera encontrado agradable, pues él siempre tuvo problemas con la multitud, le generaba ansiedad y se ponía tímido de sobre manera. Habían familiares que saludaron y unos cuantos amigos, Jisung solo saludó a su familia, pues sus amistades ya no eran las mismas que las de su prima, él se había ido a estudiar toda su secundaria a Malaysia, apenas regresando y no conociendo a nadie claramente.

Estaba por terminar sus vacaciones y Jisung solo quería disfrutar su última semana antes de volver a ser el chico nuevo en la preparatoria. Ciertamente él y su prima siempre habían sido muy cercanos desde chicos, pero cuando él se fue toda comunicación se perdió, además de que Jisung se había vuelto alguien en extremo inseguro y poco fácil de entablar conversaciones, claro que le mintió a su madre al decirle que ya era grande como para seguir jugando con su prima, pues él era un poco más mayor que ella, pero era una excusa muy tonta incluso para él.

Su prima, Haerin, era lo contrario a él, siempre hablando hasta por los codos y con un optimismo que cualquiera envidiaría. No tenía nada en contra de ella, la quería mucho, pero ya no podía seguir a un lado de alguien que preguntaría demasiado y lo pondría en demasía incómodo. Ella siempre tuvo muchos amigos, pero su mejor amigo siempre fue Han, o eso hasta que él se fue de su lado por largos años, en ese tiempo había decaído un poco su alegría, pero poco a poco fue regresando a ser ella misma, consiguiendo a sus nuevos mejores amigos, aquellos que quizás, se convertirían en los nuevos amigos de su tan amado primo y, tal vez, otra cosa.

Toda la fiesta estuvo agradable, la comida fue del gusto de Jisung quien había creído que sería todo fatídico, pero realmente se la estaba pasando bien. Cuando fue por su sexta bebida fue cuando sintió que debía ir al baño, esa bebida estaba realmente buena y ahora estaba sintiendo la cantidad que había ingerido. Con rapidez se dirigió al baño, parecía que incluso habían arreglado el baño perfectamente, pues no solo era amplio, también llevaba decoración a la par con el salón entero. Una vez terminó de hacer sus necesidades, Jisung salió del baño y lavó sus manos, mojando un poco su cara y cabello. Poco antes de abrir la puerta, esta misma se abrió, ocasionado que Han diera unos pasos hacia atrás y por poco tropezara de no ser por el brazo que lo sujetó de su cintura a tiempo.

— Estás bien? —

Jisung había cerrado sus ojos al creer que caería, poco a poco los fue abriendo, esa voz le había dado escalofríos pues aunque era aguda, tenía un toque grave y serio que lo había dejado mal. Una vez pudo observar al chico frente a él enrojeció por completo, pues parecía una divinidad ante sus ojos, retrocediendo al instante y chocando con uno de los cubículos.

El chico había quedado pasmado de igual forma, al inicio no lo había reconocido pero cuando Jisung abrió sus ojos y se observaron, pudo caer en cuenta de quién era. En pánico, lo había soltado casi al mismo tiempo en el que Han se había hecho para atrás, ocasionado que terminara chocando con más fuerza.

ChambelánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora