final

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El aire entre ellos parecía cargado de algo más que el frío de la noche que comenzaba a caer. La tensión, que alguna vez había sido solo un murmullo inquietante en la mente de Kaito, ahora era una fuerza palpable, tan densa como el océano que se extendía ante ellos. Mientras Ren se apartaba suavemente, el calor de su beso aún vibraba en los labios de Kaito, pero lo que más lo perturbaba era la calma en los ojos de Ren. Como si esto, lo que acababa de suceder, siempre hubiera sido parte del plan, una verdad inevitable.

Kaito, por el contrario, sentía que su mundo tambaleaba. Jamás había imaginado que algo tan sencillo —un beso— pudiera desmoronar todas las barreras que había construido dentro de sí mismo. Era como si, al aceptar a Ren, también hubiera aceptado algo que llevaba mucho tiempo evitando: su propia verdad.

"Kaito..." Ren lo miró con una dulzura que desarmaba cualquier duda. "No tienes que responder ahora. No espero nada de ti que no quieras dar."

Pero eso solo aumentó el torbellino dentro de Kaito. ¿Cómo podía Ren estar tan tranquilo, tan seguro? Cada emoción en el pecho de Kaito era un caos: miedo, deseo, confusión... y una inmensa necesidad de entender lo que realmente sentía. Siempre había visto a Ren como su mejor amigo, su confidente. ¿Cómo habían llegado a este punto?

"No lo entiendes..." Kaito dio un paso atrás, sacudiendo la cabeza como si intentara deshacerse de todo lo que sentía. "Esto es... no sé si puedo con esto, Ren. No es solo tú. Soy yo, y todo lo que... no debería estar sintiendo."

Ren lo observó en silencio, pero esta vez su sonrisa se desvaneció un poco, dejando al descubierto una vulnerabilidad que rara vez mostraba. "Lo sé. No es fácil, pero no tienes que tener todas las respuestas ahora."

Kaito apartó la mirada, el peso de la situación comenzando a abrumarlo. Durante tanto tiempo, había estado escapando de estos sentimientos, de la verdad que no quería enfrentar. Y ahora, en un solo instante, todo estaba frente a él. El océano seguía rompiendo contra las rocas, impasible, pero Kaito sentía que cada ola lo empujaba más cerca del borde de algo desconocido.

"¿Por qué estás tan seguro?" preguntó finalmente, su voz baja y rota.

Ren suspiró, mirándolo como si cada palabra fuera más fácil para él que para Kaito. "Porque siempre he sabido lo que siento por ti. No ha cambiado. Tal vez tú no lo veías, pero para mí, siempre ha sido claro."

El corazón de Kaito se encogió ante la sinceridad de esas palabras. Quería gritar que no estaba listo, que no podía manejarlo, pero no podía negar que, en lo profundo de su ser, había esperado este momento. Quizá no conscientemente, pero en algún rincón escondido de su mente, siempre había sabido que Ren significaba más que cualquier otra persona.

Kaito respiró profundamente, tratando de encontrar el coraje para hablar. "Ren, yo... no sé si puedo corresponderte de la misma manera. No sé qué siento. Es confuso."

Ren asintió lentamente, sus ojos llenos de comprensión. "No espero que lo sepas ahora. Solo quiero que sepas que estoy aquí. No tienes que darme una respuesta inmediata. Pero no huyas de esto, ni de ti mismo."

Las palabras de Ren resonaron en Kaito como una verdad que no podía seguir negando. El miedo que había sentido al principio comenzaba a desvanecerse, reemplazado por una sensación de alivio, de aceptación. No tenía que tener todas las respuestas de inmediato. Ren no lo estaba presionando, y por primera vez en mucho tiempo, se permitió sentir sin el peso de la culpa.

"Gracias", susurró Kaito, mirando de nuevo hacia el horizonte, donde las primeras estrellas comenzaban a brillar en el cielo. "No sé cómo, pero... intentaré entender esto. A nosotros."

Ren sonrió, un destello de esperanza en su mirada. "Eso es todo lo que quiero."

Por un momento, se quedaron en silencio, solo el sonido del viento y el mar acompañándolos. No había más palabras que decir, porque lo que importaba ya se había dicho. Y aunque Kaito aún no tenía todas las respuestas, sentía que el primer paso había sido dado.

Mientras se levantaba la brisa fresca de la noche, Ren se acercó una vez más, esta vez sin la tensión de antes, y colocó una mano suave en el hombro de Kaito. "Vamos. Será mejor que volvamos antes de que se haga muy tarde."

Kaito asintió, permitiendo que Ren lo guiara de regreso por el sendero que los llevaba de vuelta a la ciudad. Esta vez, no se apartó cuando sus manos rozaron brevemente mientras caminaban juntos, bajo el mismo cielo que los había visto cambiar para siempre.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Oct 02 ⏰

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Susurros del OcéanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora