Preámbulos de un magnate titánico

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Sacramento, California, Estados Unidos:

Narración: El nombre de la ciudad es suficiente para encender la emoción en los ojos de cualquiera. Conocida por su historia, su política y su lugar estratégico en el corazón del estado dorado, Sacramento parece tener un poder único. Desde una de las madrigueras exteriores de la ciudad, la vista es un espectáculo imponente: el Westfield Downtown Plaza, la Mansión Stanford y las innumerables torres que se alzan hacia el cielo forman un horizonte moderno y vibrante. En sus calles transitan 528 mil habitantes, cada uno con sus historias y aspiraciones... Pero la "Ciudad de los Arboles" no es tan idílica como se ve desde lejos, porque incluso la más codiciada de las manzanas puede tener un sector podrido.

¿Pero se podría decir de lo mismo de un gran empresario que es muy respetado a nivel internacional? Irónicamente, hasta el más reconocido de los magnates guarda secretos que, de revelarse, podrían sacudir los cimientos de su reputación. Y este caso no es la excepción.

Vayamos a uno de los sectores mas acaudalados de la ciudad de Sacramento (el barrio de Tahoe Park South). Aquí, rodeada por altos muros de piedra y un imponente portón de hierro forjado, se encuentra la mansión del gobernador del estado de California. Es un palacio moderno con líneas elegantes, ventanales que reflejan el cielo estrellado y jardines que parecen haber sido diseñados por la mano de un obrero intraterreno. Pero más allá de su fachada resplandeciente, la mansión guarda un secreto más imponente que su arquitectura: su dueño.

El gobernador de California en cuestión, no es un político común. Se le conoce por su carácter firme, su estoicismo y una presencia que combina carisma con intimidación. Su mera figura basta para atraer a las masas y sofocar a sus adversarios con argumentos calculados y afilados como cuchillas. Su ascenso meteórico en la política lo ha convertido en un fenómeno mediático: programas de televisión y periódicos no escatiman elogios a sus hazañas, celebrándolo como un líder visionario y un empresario de talla mundial. Sus empresas, distribuidas en cada continente, son emblemas de poder y progreso.

Desde el día que se adentró en la política, su fama ha incrementado considerablemente (a tal nivel que los medios de comunicación se han juntado con el y lo han elogiado por sus hazañas) y aún sumando el hecho de que es un gran empresario que tiene prestigio y compañías a lo largo del planeta. Sin embargo, lo que el público no sabe es que detrás de esa máscara de perfección yace una verdad más compleja y oscura. En las sombras, el gobernador mueve hilos invisibles en el mundo del crimen. Pactos, favores y decisiones cuestionables han alimentado su imperio político, tejiendo una red de poder que amenaza con consumir todo lo que toca.

Y hay algo más. Un detalle que lo separa de cualquier otro líder: el gobernador de California no es humano. No es un hombre que se abrió paso desde la pobreza hacia la cima del mundo (por mencionar un ejemplo). Es un kaiju, una bestia primigenia cuyo nombre ha resonado por décadas en la historia. Un ser cuya mera mención evoca imágenes de destrucción y leyenda... Así es, no es otro ni mas ni menos que el propio Godzilla.

En las afueras de Sacramento, bajo el cielo nocturno salpicado de estrellas, una escena poco usual se desarrolla. En un terreno abierto y desolado, la figura de un titán vestido con un traje perfectamente confeccionado se erige con una mezcla de solemnidad y desafío. Su colosal cuerpo, que en otros tiempos sembró caos y pánico en las calles, ahora porta un atuendo humano con una extraña naturalidad. Unos zapatos de diseño, un reloj de lujo en su muñeca adaptada, y una corbata que parece insignificante frente a su tamaño.

De repente, su mirada se alza hacia el cielo. Una chispa azul brillante se enciende recorriéndole su espalda hasta llegar a su garganta y, en un instante, un rayo de su icónico aliento atómico corta la oscuridad, iluminando el paisaje. Es una demostración de poder, una declaración al cosmos: aunque ha adoptado los modos y las reglas del mundo humano, la esencia de Godzilla sigue siendo inquebrantable.

El estruendo reverbera en la distancia mientras una sonrisa, casi imperceptible, se forma en su rostro. Su tiempo en Sacramento, y en el mundo urbano de la humanidad, apenas está comenzando.

Un titán alfa en el poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora