09. ¿Quién es Aarón?

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Hay cosas que la vida se lleva, como un familiar que siempre lo amaste, una amiga que a estado ahí para acompañarte en las malas y en las buenas. Ahora en este caso me arrancaron a mi prometido, al amor de mi vida. A la persona que estuvo ahí en las malas y en las buenas. Me acompaño en mis peores momentos. Es un sentimiento que no se lo deseo a nadie.

Ahora solo quiero morir con Roberto. No sé si quiero encontrar al asesino o simplemente me largue de este pueblo que lo único que me a traído son cosas malas.

Mis manos tiemblan, como puede ser eso posible. Las lágrimas salen por sí sola. El teléfono lo tengo en la mano, mientras el policía habla, pero la verdad es que no lo escucho, mi mente está muy lejos, procesando la información.

Salir corriendo no es la solución a mis problemas, debo enfrentarlos, debo buscar al asesino. No puedo quedarme con los brazos cruzados. Voy a buscar venganza.

Pasan las horas y yo aquí en posición fecal en el suelo. No tengo fuerzas para levantarme e ir a mi habitación, solo lloro.

Ya se hizo de noche, toda la casa esta consumida por la oscuridad.

—Señorita…

Me llama el policía, no contestó. No tengo voz solo lloro en silencio.

Las luces son encendidas por Amber. Cierro mis ojos con fuerza. Los pasos de Amber se dirigen hacia donde yo me encuentro.

Me quita el teléfono de la mano.

—Hola, ¿Quién hablo? —pregunta ella.

Abro los ojos viendo como a Amber se le deslizan las lágrimas. El policía le está dando la noticia.

—Mañana iremos para los tramites, feliz noche —dice con voz rota. Cuelga el teléfono.

Se agacha y peina mi cabello. No habla solo expresamos las cosas con lágrimas. Amber se pega a la pared mientras yo me acuesto en las piernas de ella.

Es doloroso, ya que Roberto fue mi primer amor. Sé que a Amber le duele, él fue su mejor amigo.

Yo lo amo, me iba a casar con él, iba a formar una hermosa familia, pero no la vida me lo arrebata de la peor forma.

Al día siguiente seguíamos tumbadas en el piso, sin ánimos de levantarnos, de ir a prepararme para el funeral. Todavía no asimilo y lo peor es que terminaremos mal si no encontramos una solución.

Amber se mueve, por lo que termino de abrir mis ojos. La espalda me duele.

—No digas nada, horita solo quiero estar sola —me levanto y corro a mi habitación. Me tiro en la cama, agarro las cobijas y me arropo. No me importa que haga calor, la tristeza que siento es más fuerte.

Amber:

Preparo el desayuno. Necesitamos fuerzas para soportar las miradas de la familia de Roberto y la de Kelly. Ya me bañe. Me coloque un vestido negro de mangas, me peine con un moño y un maquilla suave.

Llame a la familia de Roberto, ya viene en camino. El entierro será mañana ya que tiene que preparar el cuerpo, vestirlo y muchas cosas más.

Kelly no a querido salir de la habitación, la llame un montón de veces, incluso por el celular pero no contesta. No se escucha llanto, la habitación esta silenciosa.

Como y salgo a la comisaria. Esto lo debe de hacer Kelly pero no quiere salir, ni siquiera a comido. Me preocupa la situación de mi amiga. No quiero que le pase nada. Su salud tiene que estar bien.

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