4. El Dr. Jekyll Estaba Agusto.

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De casualidad el doctor Jekyll había organizado una de sus gratas cenas, Mr. Utterson se las ingenió para quedarse después de que los demás se hubieran marchado.

No era algo nuevo, cuando alguien apreciaba a Utterson, su aprecio era completo. Los anfitriones siempre les gustaba retener al mordaz abogado. El doctor Jekyll no era exento a esta regla; un hombre de unos cincuenta años, cabello blanco, corpulento, bien afeitado, fuerte, amable y competente...aunque tal vez con un aspecto un tanto malicioso.

— Jekyll, he esperado para hablar contigo — dijo el abogado; acercándose a su amigo — Acerca de tú testamento.

— Mi buen Utterson — dijo el doctor dirigiendo su mirada hacía el contrario — , has sido poco afortunado con un cliente como yo.

— Ya sabes que yo no lo he aprobado — prosiguió Utterson, haciendo caso omiso.

— ¿Te refieres a mi testamento? Desde luego que lo sé — menciono con acritud — Ya me lo has dicho, muchas veces.

— Pues bien, entonces te lo vuelvo a decir — se cruzo un momento de brazos y dio un suspiro — encontré algo relacionado acerca de ese joven Hyde.

Jekyll palidece ante las palabras de Utterson, aclaro su garganta.

— No me apetece oír nada más... — menciono Jekyll —. Creía que habíamos dejado a un lado el asunto.

— Lo que oí era terrible — dijo Utterson.

— No cambia nada. No logras comprender mi posición en este instante — contesto de modo incoherente — Me he encontrado en un trance difícil, Utterson, mi situación...es complicada. No se puede arreglar con solo una charla.

— Jekyll, me conoces: soy un hombre en el que puedes confiar siempre.

— Utterson — interrumpió — eres muy amable, muy amable, no tengo forma de como darte mi más sincero agradecimiento. Eres al primer hombre en el que confiaría, solo para calmar tú corazón te diré una cosa: muy pronto me libraré de Hyde. Te doy mi palabra.

Utterson reflexiono unos segundos mirando el fuego de la chimenea de la mansión.

— De acuerdo. — dijo Utterson.

Utterson estaba en el carruaje, pensando en aquella charla que había tenido con Jekyll, no había logrado conseguir nada

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Utterson estaba en el carruaje, pensando en aquella charla que había tenido con Jekyll, no había logrado conseguir nada...pero ya no podía hablar del tema con él debido al trato que habían echo.

Cuando el carruaje se detuvo frente a su mansión bajo de este, entro y se quito el abrigo, vio que todo estaba silencioso y una vela aún estaba encendida en la sala, supuso que su sobrino la había dejado encendida.

Escuchó un ruido en la segunda planta de la mansión, alzo una ceja y subió a las escaleras para asegurarse de que Alexandre estuviera bien. Camino por el pasillo.

— Alexandre, ¿estás aquí? — llamó Utterson desde el pasillo.

—  Sí, estoy aquí... — respondió su sobrino — ¿cómo le fue?

— Estuvo bien...mañana te contaré todo, por ahora descansa.

— Sí, buenas noches tío — le dijo el menor.

— Buenas noches, Alexandre.

"Si él es Mr

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"Si él es Mr. Hyde, entonces yo seré Mr. Seek".

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⏰ Última actualización: Oct 06 ⏰

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