Una nueva Nakama. One Piece

cap 1

Se escuchaban las gotas del agua cayendo al piso de piedra. La leve ventana a lo más arriba del cuarto indicaba que aún era de día. No se escuchaba nada más, no se podía ver nada más. La puerta principal era también de piedra, como toda la habitación, solo se podía ver hacia afuera a través de una rendija.
Apoyó la cabeza cuando unas cadenas sonaron al fondo de la habitación.

—¿Ya es hora de comer, Shizuku?

Lo volteó a ver con una sonrisa, la espalda le dolía y la niña que tenía en brazos aún no despertaba. Se movió un poco para acomodar sus cadenas y le respondió.

—No, aún no.

—Me siento muy cansado. —le dijo sentándose, como si se fuera a dormir otra vez.

—Lo sé, pero no es por comida Kai, son las cadenas.

—Está bien, solo que de verdad quiero comer. —el niño sollozó.

Vio a su alrededor, la habitación grande ocultaba varios cuerpos casi en inanición. Ella botó unas lágrimas y para aguantar el hambre, durmió.

El cielo estaba despejado, el mar estaba tranquilo, el viento estaba a su favor. El sunny brillaba a la luz del sol. Franky estaba trabajando en el sunny para nuevas actualizaciones. Era horario de almuerzo, así que sanji yacía en la cocina terminando de preparar la comida. Usopp estaba viendo sus plantas, mientras que Chopper estaba abasteciendo sus muebles con preparaciones de medicamentos. Nami trazaba el mapa de la nueva isla. Robin, junto a ella, estaba a su lado sentada mientras leía un libro. Brook estaba mirando al horizonte y Zoro estaba a su lado durmiendo con los brazos cruzados. Por supuesto, Luffy, estaba en la cabeza del sunny. 

Sanjí salió un momento de la cocina, atravesando algunas habitaciones antes de llegar a la habitación de Nami. Bajo la escalera con unos postres pequeños para las damas. 

–Namiiiii, Robiiiiin– Les habló encantado, como siempre- Les traje unos dulces, tan dulces como ustedes.

–Hola sanji –le contestó Nami sonriendo, dejando un lápiz al lado del mapa– Gracias, justo terminé, era buena idea un dulce. 

–Nami, tengo que hablarte –dijo ya un poco más serio, pero sin quitar el tono cariñoso hacia ella. Nami lo vio seriamente y algo preocupada. 

–¿Pasó algo? 

– Se me están terminando los ingredientes, puedo pescar, pero no estoy teniendo nada más. 

–Que problema ¿nos moriremos de hambre? –preguntó Robin mirando hacia arriba. 

–Conmigo, no lo dudes ni por un segundo Robin. 

–Vamos a tener que ir a la isla más próxima antes de nuestro paradero. Iré a hablar con luffy, se nos están terminando las reservas y no solo de comida. 

– Te acompañare, me gustaría salir al sol un rato. –dijo Robin cerrando su libro, pero no soltandolo. 

Salieron al cálido día, golpeándole el viento suave en sus rostros. Sanji se devolvió a la cocina para terminar la comida y Nami se dirigió a la cabeza de Sunny para poder hablar con Luffy. Luffy yacía dormido. estaba tranquilo, una de las pocas veces que se le podía ver en ese estado. Lamentó un poco tener que despertarlo. 

–Luffy, Luffy. 

–Mmhh? ¿Nami? –Giró la cabeza, refregándose los ojos– ¿pasó algo? 

–Tenemos que cambiar un poco de rumbo, Luffy. No estamos quedando sin reservas.

–Ouu ¿nos demorará mucho? –dijo en tono de berrinche. 

–Tal vez algunos días. Pero tenemos que pasar a comprar cosas, si no, no tendremos que comer. Sanji ya me vino a avisar y ayer franky me dijo que se está quedando sin cola. Chopper también está preocupado por los medicamentos. Necesitamos hacer esa parada, Luffy. 

–Está bien. –dijo acomodando el sombrero de paja. 

–¡Franky! Ayúdame con el rumbo, lo cambiamos. –Gritó Nami caminando hacía el centro del barco. 

–¡Suppeer! ¿Iremos por Cola? 

—Si, y por otras cosas que nos faltan. Vamos, gira a la derecha. —Vio su muñeca— No nos debería quedar muy lejos esa isla. 

Luego de varias horas,  la isla se vio completamente al frente del barco de los sombreros de paja. La isla era grandísima, se notaba que era de pescadores, tenía muchas casas en la costa, sin miedo a inundarse, además la parte de tierra tenía grandes lujos. Lo más arriba de un cerro se veía un castillo hecho de madera, tenía una bandera de color lila. Lo demás se decoraba con grandes zonas verdes. Franky dirigió el barco hacia un lugar donde arribar. 

—¡El lugar está precioso!—Exclamó Nami. Viendo más que solo una potencial isla donde quedarse a buscar cosas.

—Creo que hace mucho que no veía una isla tan bonita —dijo Brook.

— ¡Es muy brillante!— Exclamó Luffy, con chopper y Ussop. 

No era un brillante como  oro, sino un blanco. La ciudad se notaba muy limpia y de buen agrado, por lo que se veía brillante. 

—Conozco esta isla—Interrumpió Robin.

—¿Enserio? ¿Es famosa? —preguntó Usopp.

—Si, claro. Su nombre es Pescaria. El cayo de los pescadores. 

—Dicen que aquí venden los mejores ingredientes marinos de todo el mundo. —Dice Sanji contento. 

—Además de tener unas leyendas escalofriantes. —Río Robin. Nami, Usopp y Chopper la vieron asustados.

—¿Y qué hay del Sake? 

—Lamentablemente son buenos en productos marinos, no tienen nada que ver con el Sake, por lo que no encontrarás el mejor en esta zona, marimo..

Los sombreros de paja decidieron dividirse en unos cuantos grupos. Por supuesto, Zoro no iba solo. El que fue solo fue Sanji, ya que el comercio de comida estaba en la costa. Se dividieron así: Chopper fue con Usopp y Luffy, Nami se quedó con Robin y Zoro obligado. Franky se quedó en el barco junto con Brook.

Pasó el rato, la isla era muy tranquila y las gaviotas se escuchaban, no hacía mucho calor. No parecía ser una isla donde predominaba algún clima tropical o excesivo. El mercado estaba no solo cerca del agua, si no que cruzaba la mayoría de la isla. Se veían niños jugar, personas vendiendo sus cosas muy tranquilamente y felices. El mercado, como su clientela era bastante grande. Se olía comida por todos lados. Era un lugar agradable. 

Zona castillo 

—Jefe, Jefe.

—¿Qué pasó, Botan? —preguntó Ren. 

—Jefe, perdone por importunar.

—!Habla rápido Botan! 

—Los sombrero de paja están aquí. 

—!Y que están haciendo! ¡Encierrenlos! ¡No quiero verlos en mi isla! —Golpea la mesa—¡Es mía!