Prólogo.

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Claude se despertó por un grito repentino.

- ¡Duele! ¡Hermano!

Con el corazón en la mano, Claude se levantó de su cama y corrió hacia la habitación posterior a la suya. Abrió la puerta con rapidez, azotando la fina madera contra las paredes de mármol.

- Está bien, Adonis. Está bien, estoy aquí.- El rubio murmuró tomando la mano del más pequeño. Sus manos sangraron por las uñas del menor.- Respira, cálmate.

Claude murmuró sin aflojar su agarré ensangrentado, el dolor no existía cuando se trataba de consular a su amado hermano. Los ojos cuál gemas conectaron con un azul oscuro, casi negro. Un color maldito, sucio, repudiado.

- Uhh, duele...- Sollozo el pequeño soltando las sábanas blancas, revelando su rostro regordete y con marcas. - Hermano, ayúdame.

Los labios temblorosos y agrietados murmuraron hacia Claude. En su desesperación enterró sus uñas, logrando solo el sangrar de ellas. Tenía tanto dolor que simplemente quería arrancarse la carne.

Claude tomo ambas manos y abrazo el cuerpo de Adonis.

- No te lastimes así, Adonis. Mi Adonis...- Claude murmuro en una súplica desesperante, como si aquello pudiera quitar aquellas cicatrices. - No tengas miedo, estoy aquí. Te mantendré en mis brazos por siempre si es necesario, si eso te ayuda, si eso... Te sana.

Claude murmuró apretando su agarre en su hermano menor. Se sentía impotente por no poder hacer más, pero así era esto, ellos dos eran príncipes olvidados por el emperador. No tenían salida, no podían vivir adecuadamente, no tenían amor de nadie.

Pero se tenían entre ellos. Eran niños rotos, indeseados y despreciados.

- Adonis, bajaré el ciele y las estrellas para ti. Solo necesito que estés a mi lado, por siempre.

El susurro anhelante de Claude hizo eco en las frías paredes de la habitación, callando los sollozos de su hermano debido al dolor. Nadie vendría, nadie lo consoloria a excepción de Claude. Las hebras color azulado se movieron tapando parte de su rostro lloroso y ensangrentado.

Adonis solo quería morir. Eso es lo que deseaba desde que nació hace cinco años.

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Los derechos de las respectivas obras "Princesa Encantadora" y "La mucama del Duque" pertenecen a sus respectivos autores.

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