Huevo frito

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El sonido de utensilios de cocina resonaron por toda la sala; las risas se unieron a la Opereta de sonidos rítmicos y huecos.

La cocina era desastroza, llena de manchas de sopas y mezclas y ollas de distintos tamaños sin lavar.

A pesar de la impresión desordenada en ella reinaba un ambiente agradable y confortable.

—Ay, creo que no se me da bien esto, ttebayo... —Naruto se ríe con torpeza nuestras sujeta el cuchillo y una zanahoria a medio partir.

Él mira su canasta de verduras llena y luego al bowl y suspira con tristeza. Los cortes que había realizado eran feos e irregulares, nada comparado a la magnífica serie se cortes diferentes que Sasuke había hecho con sus verduras.

—Esto es ridículo, se supo que soy un ninja, no entiendo porque sale tan mal —dijo e hizo un adorable puchero. 

Si seguía así, sin buenos resultados, terminaría por tirar todo a la basura de nuevo.

—Es porque sujetas mal el cuchillo, tonto.

Sasuke se acerca y se detiene a su lado, cruza los brazos sobre su torso y se ríe, burlándose de la vista tan pintoresca.

Es un sonido rico y profundo, una risa alegre que hace que Naruto se estremezca de pies a cabeza y los vellos de su cuerpo se erizen.

—No sabes ni freír un huevo...

Sasuke mira con decepción el huevo carbonizado en el plato. Era impresionante lo mal que se veía; la clara hecha cenizas pero la yema tan cruda y líquida.

Naruto se sonroja hasta las orejas, avergonzado de sus pésimas habilidades culinarias.

—¡N-no es mi culpa, tteba! ¡El aceite caliente es peligroso! —se defiende, no quería una quemadura en la piel y menos llorar frente a Sasuke.

De hacerlo él se burlaría hasta el extremo de no flatarle aire.

Sasuke niega divertido, amarra su largo cabello negro, lava sus manos y se coloca el delantal naranja.

Naruto lo ve aremangarse la camisa y sujetar un largo cuchillo afilado.

—Observa con atención.

Y comienza a cortar diligente y preciso cada verdura sobre la tabla de picar. 

Naruto mira asombrado cada corte y sus ojos brillan maravillados y le deja la boca abierta al ver la extraordinaria habilidad de su mejor amigo.

—¡Wah! —Naruto aplaude con entusiasmo al ver a Sasuke cortar con precisión el pescado en pequeños bocados—. ¡Eres genial, Sasuke, muy impresionante!

Sasuke hace un ruido con la nariz e infla el pecho con orgullo.

—Tus halagos no me convencerán de cocinar para ti.

Naruto hace un puchero y entrelaza sus dedos en un pedido silencioso, se pone de puntillas y abre grande los ojos, como un cachorro, esperando que Sasuke reconsidere su oferta.

—Naruto...

—Por favor, Sasuke.

Sasuke aparta la cara y coloca de nuevo el cuchillo en la tabla. Naruto no iba a convencerlo, él debía aprender a valerse por si mismo.

A día de hoy se pregunta como diablos Naruto sobrevivió a base de leche y ramen. Ers todo un misterio para él.

No podía seguir permitiendo que su alimentación continuará siendo tan descuidada.

Era un adulto, por el amor de Dios, sí iban a vivir bajo el mismo techo lo mínimo que podría pedir es no encontrarse algún día un cadáver en su hogar.

ChocolattebayoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora