Raspón.

7 1 0
                                    

Era un día soleado en el pequeño pueblo de Valle Verde, un lugar donde la vida parecía transcurrir más despacio. El aroma a tierra húmeda y flores frescas llenaba el aire, mientras los pájaros cantaban alegremente en los árboles. Muichiro, un chico de 14 años con un espíritu sin limites, decidió salir a montar su bicicleta por los senderos que bordeaban el río, pues este era su pasatiempo desde que su hermano le enseñó a hacerlo. Su novio, T/N, prefería quedarse en casa leyendo, pero esa mañana, Muichiro logró convencerlo de que lo acompañara.

Mientras montaban sus bicicletas, el sol brillaba intensamente y la risa de Lucas resonaba en el aire. T/N sonreía, disfrutando del momento, aunque un poco ansioso por las travesuras que Muichiro siempre parecía querer hacer. Sin embargo, sabía que no podía detenerlo. La libertad y la alegría de su novio eran contagiosas.

—¡Vamos, T/N! ¡Acelera! —gritó Muichiro, desafiando a su novio a alcanzar su velocidad. Siemore era tan comptitivo por todo.

T/N se esforzó, sintiendo cómo el viento le acariciaba el rostro. Pero Muichiro siempre había sido un ciclista más audaz. Al llegar a un pequeño claro junto al río, Lucas decidió probar una maniobra que había visto en algún lugar.

—¡Mira esto! —exclamó, mientras se lanzaba hacia un pequeño salto.

Sin embargo, el salto no salió como esperaba. Muichiro perdió el control y, en un instante que pareció eterno, cayó al suelo, rodando por el lado de la ruta. T/N se detuvo en seco, horrorizado. Corrió hacia Muichiro, quien yacía en el suelo, con una expresión de dolor en su rostro.

—¡Muichiro! —gritó T/N, arrodillándose junto a él—. ¿Estás bien?

Muichiro intentó levantarse, pero un agudo dolor atravesó su pierna. Miró hacia abajo y vio que se había lastimado. Una pequeña herida en su rodilla sangraba y su pierna se veía torcida.

—No me siento bien —susurró Muichiro, con los ojos llenos de lágrimas.

T/N sintió un nudo en el estómago. Con cuidado, ayudó a Muichiro a sentarse y examinó la herida. Era evidente que necesitaba atención médica, pero antes que eso, T/N sabía que debía calmarlo.

—Está bien, Muichiro. Solo respira. Estoy aquí —le dijo, acariciando su cabello.

Después de unos minutos, T/N logró convencer a Muichiro de que se quedara quieto mientras él buscaba ayuda. Corrió hasta el pueblo, donde encontró a un vecino, que lo llevó en su auto a un hospital.

En el centro de salud, la enfermera les atendió rápidamente. Mientras tanto, T/N permanecía al lado de Muichiro, quien seguía sintiendo un dolor punzante en la pierna y lloraba cada vez que lo tocaban.

—Voy a ponerle un vendaje y hacer unas radiografías, ¿de acuerdo? —dijo la enfermera con una voz suave—. ¿Te sientes bien?

Muichiro asintió, aunque sabía que el dolor no desaparecería de inmediato. T/N tomó la mano de Muichiro, dándole fuerza en ese momento tan difícil.

La enfermera le limpió la herida, aplicando un desinfectante que hizo que Muichiro se retorciera de dolor.

—¡Ay! —exclamó, apretando la mano de T/N con fuerza.

—Todo estará bien, solo un poco más —le susurró Javier, mirándolo a los ojos—. Eres fuerte, Muichiro.

Después de las radiografías, los resultados mostraron que no había fracturas, pero sí una distensión muscular y varios rasguños. El médico recomendó reposo y una serie de ejercicios de rehabilitación.

Cuando finalmente regresaron a casa, la tarde había caído y el cielo se teñía de tonos anaranjados. Muichiro se acomodó en el sofá, con su pierna elevada y envuelta en una compresa fría. Javier se sentó a su lado, preocupado por el estado de su novio.

—Te prepararé algo de comer —dijo T/N, tratando de distraerlo.

—No tengo hambre —respondió Muichiro, con un tono de voz apagado.

T/N sintió que su corazón se encogía. Muichiro siempre había sido tan activo y lleno de energía, pero por hoy cruzó un límite.

—¿Quieres hablar? —preguntó T/N, sentándose más cerca.

Muichiro suspiró. Sabía que no podía ocultar lo que sentía.

—Me siento tan inútil, T/n... No puedo hacer nada y... no quiero que me cuides todo el tiempo.

—No es que me sientas una carga —respondió T/N con sinceridad—. Estoy aquí porque te amo, y quiero ayudarte. Esto es solo temporal, por lo que obviamente no ere suna carga.

Muichiro lo miró, su expresión cambiando lentamente. A pesar del dolor, las palabras de T/N le dieron un pequeño respiro.

—Gracias por estar aquí. A veces, siento que todo esto es una tontería. Pero no puedo evitarlo.

—No es una tontería. Las lesiones duelen, es normal sentirse así. Pero definitivamente te vas a mejorar. —le aseguró T/N, acariciando la mano de Muichiro.

Los días siguientes fueron algo difíciles. Muichiro tenía que mantenerse en casa, evitando moverse demasiado. T/N se convirtió en su cuidador, siempre atento a sus necesidades, pero también tratando de motivarlo a hacer los ejercicios que el médico había recomendado.

Al principio, Muichiro se frustraba con cada intento de mover su pierna, pues causaba dolor. Aunque quizas Muichiro se estaba autosubestimando.

—¡Mira! —exclamó Muichiro un día, levantandose con un esfuerzo evidente—. ¡Puedo moverme!

—Sigue así. Te prometo que volverás a montar tu bicicleta en un abrir y cerrar de ojos —dijo T/N, mostrandole una sonrisa de labios.

Las tardes se convirtieron en momentos especiales para los dos. T/N le leía libros, y juntos veían sus series favoritas. A veces, simplemente se sentaban en silencio, disfrutando de la compañía del otro. T/N aprendió a hacer su comida favorita, rábanos cocido, intentando llenar su hogar de sabor y calidez.

Después de unas semanas, llegó el día de la revisión médica. Muichiro estaba nervioso, pero T/N lo acompañó para darle ánimo. Cuando entraron en la consulta, el médico revisó su progreso con una sonrisa.

—Veo que has estado trabajando duro —dijo el médico—. Estoy impresionado con tu recuperación. Vamos a hacer una evaluación final.

Muichiro se sintió aliviado cuando le dijeron que podía comenzar a hacer ejercicios más avanzados y que estaba en buen camino para volver a su rutina normal.

—¿Y puedo volver a andar en bicicleta? —preguntó Muichiro con esperanza.

—Sí, pero deberás hacerlo con precaución. Tal vez comenzando con paseos cortos. —respondió el médico.

—Es mejor, no quieri que te vuelvas a lastimar como la última vez. ¿De donde sacaste tal ridiculez?— habló T/N en forma de burla

—Bueno, lo vi por ahí.— Respondió Muichiro riendo un poco.

_________________________________________

Traté de hacer un capitulo algo rápido para que se animen a hacer pedidos, la última vez me dejaron plantado.

Puedo hacer capitulos más largos, lo prometo.

Si ven que dice en alguna partes javier o lucas es porque primero hice un ejemplo con esos nombres, ahora que lo pienso fué un poco menso hacerlo con esos nonbres y no Muichiro y Tn jaja.

1098 palabras

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 04 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tokito twins One-shots. (Pedidos abiertos) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora