Capítulo 16

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Axcel

(El capítulo solo es de sexo, así que se lo pueden saltar)

La miro, si supiera las cosas que me pasan por la mente con solo verla juro que se asustarían.

—Arrodíllate y abre la boca.—le ordenó con la voz grabe.

Ella duda levemente y me mira extrañada con su típica cara de odiosidad.

—No.

—¿No?.—encarco una ceja y me acerco lentamente hacia ella.

—No.— sus hermosos ojos dilatados me dicen que quiere hacer lo contrario.

Me acerco a ella eliminando todo espacio entre nosotros y paso mis manos por sus brazos rozandolos con las llemas de mis dedos, mientras ella tiembla bajo mis tacto.

—No me toques.—dice más no me aleja.

—Te toco cuándo y dónde se me de la gana.—le espeto.

—Idiota.—murmura molesta.

Sonrío macabramente mientras poso mis labios en su cuello ella jadea y sonrío.

—Eso me dice todo lo contrario.—me alejo sonriéndole, tiene los labios entreabiertos tentandome a besarlos.

—Es una respuesta involuntaria, idiota.—conecta su mirada con la mía.

—Entonces involuntariamente te arrodillaras y abrirás esa insolente boca.—le propongo mirando sus labios.

Acerco mi mano a su delicado rostro específicamente a sus labios y paso mi pulgar por la comisira de ellos, todo en ella me tienta a consumirla.

Ella abre los labios para mí y introduzco mi pulgar en su boca, a mí sopresa o beneficio, lo chupa enviando pensamientos intrusivo, demonios queriendo salir a acabarla.

Mientras su lengua hace un remolino en mi pulgar me mira a los ojos, su iris totalmente dilatado, desde que la conocí supe que sería mi perdición y que no habría nada que me impidiera corromperla.

Mi otra mano inconscientemente se va a su cabeza mientras sobo su cabello, poco a poco agarrando su nuca .

Intento controlarme, pero la muy hija de su mamá acaba con todo mi autocontrol cuando enrrosca su lengua en mi pulgar.

—Prepara esa boca, porque la voy a follar.

—Como diga el rey.

Dice ella insolentemente y juro que quiero tomarle un retrato, sus rodillas se doblan callendo en el suelo, dejándome ver una versión de ella que no conocía, se que no le gusta que la toquen y por eso dudo a la hora de hacerlo, ¿Quiero follarle esa grosera boca? Si, claro, pero nunca haría algo sin su consentimiento.

—Hazlo.

Me dice como si leyera mis pensamientos y llevo una manos su cabeza, la entrepierna duele como la mierda, el solo verla en esa posición solo para mí, lo único que hace es querer volverla mi reina.

«Esta es una de las tantas cosas que haré, y es solo el comienzo.»

—Desabrocha el cinturón.—le ordenó con la voz ronca.

—Uy que mandon mi rey.

«Su rey, si, yo quiero hacerla mi reina.»

Me dice divertida y se relame los labios acabando con el poco de autocontrol que me queda, me agachó a su altura y la beso salvajemente metiendo mi lengua en su boca, ella corresponde con la misma fieresa dándome a entender que no se deja dominar de nadie.

Me alejo y ella muerde mi labio.

—Levántese para que su mujer lo complazca, mi rey.

«Su mujer.»

Las pupilas se me dilatan, joder está mujer me va a volver loco, me levanto y ella con sus manos lentamente desabrocha mi pantalón, es una maldición para mí cordura.

Mientras desabrocha el pantalón me mira a los ojos, está maldita me tienta más de lo que quisiera.

Desabrocha el pantalón sacándo el miembro erecto y se relame los labios al mirarlo, cierro los ojos intentando no ser brusco con ella, pero se me es imposible si me mira de esa forma.

—Mírame cuando te complazco.

Hago caso a lo que indica y dirijo mi mirada a su posición, ella sonríe descaradamente y pasa su lengua por toda la longitud sacándome un jadeo, si esto es el puto cielo o el infierno que no me despierten nunca, la muy hija de su madre saborea la punta descaradamente como su probará su paleta favorita.

—O te lo llevas a la boca o te lo meto yo, como quieras.—le espeto y se ríe la muy maldita.

—Que mandon.—se ríe y abre la boca, lentamente mete la polla a su boca sancandome un gemido.

Con una mano sostiene la base y con la otra se aprieta los pechos acabado con todo gramo de consideración, llevo mis manos a su cabeza y hundo mi miembro en su boca de una estocada, coloca sus manos en mis caderas para buscar apoyo y podría jurar que ella disfruta esto más que yo.

Me muevo contra ella con fiereza dandole segundos para respirar hasta volver a hundirme en su boca, los sonidos ahogados, mis gruñidos y gemidos, resuenan contra las paredes, no me importa en este momento si nos escuchan, no estamos dando un mal espectáculo.

Las lágrimas salen de sus ojos, mirándome de una forma sucia y hasta lascivia podria decirse, su cabello echo un puño en mis manos y está imágen juraria que necesito retratarla, para venerarla cada segundo.

No desiste, no me empuja resiste mis embestidas contra su boca con gusto, no doy tregua y me me muevo contra ella con firmesa metiendo hasta el último centímetro probando su resistencia, ella me miran insolentemente, y cuando lo saco por segundos de su cabidad bucal su lengua hace un remolino en la punta robandome un gemido.

Está maldita me va a venir matando, sonríe descaradamente cuando vuelve a hacer el remolino disfruta verme así a su merced y lo peor de todo es que yo también lo hago.

Echo mi cabeza hacia atrás por segundos cerrando los ojos, la odio con todo mi ser por tenerme así como me tiene, es imposible resistirse cuando está ahí arrodillada haciendo maravillas con su lengua, y desde este momento se que no permitiré que nadie tenga esta versión de ella nunca.

—Que rico mi rey.—murmura la muy descarada.

—Solo para ti.—le aseguro y sonríe.

—Eso lo sé.

Vuelvo a tomar su cabello en un puño volviendo a meter toda la longitud en su insolente boca.

—Joder.—murmuró cuando con una mano masajea mis bolas.

Hija de su..... Sin poder resistirlo más el orgasmo me toma por completo nublando mi mente, la muy maldita se traga todo gustosa sin dejar perder ni una gota, jadeo extasiado, no se si me arrepentíre de esto luego pero es lo que menos me interesa.

Amar a MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora