Los chicos se divertían hasta que llegó la noche, dándoles pereza devolverse. Lisa dio la idea de quedarse esa noche ahí, en la casita de madera.
Los chicos, aceptando su propuesta, organizaron algunos conchos para poder dormir cómodamente.
-Lisa, ¿te invitaron a una ceremonia por el regreso de Chaeyeon?
-¿Ceremonia? No, ni sabía sobre Chaeyeon.
-Pues ese día debes venir, no puedes faltar por nada en el mundo.
Bogum terminó diciendo que si seguía relajada, le iban a quitar a su futura esposa, así él, durmiendo cómodamente, dejaba a Lisa peor de lo que estaba ese día.
Al otro día, los chicos ya habían llegado al palacio entre risas, haciendo que todos los que seguían organizando el lugar los miraran de arriba a abajo por no ayudar.
– JA, tan descarados, son sirvientes también y no ayudan en nada por tener confianza en la señorita Jennie —susurró una de las empleadas—. No puedo creer que dejen a estas personas así.
– ¿Tiene algo de malo? Pues estaban acompañando a la futura esposa de la señorita Jennie. ¿Eres ciega? ¿No ves su anillo de compromiso? No la pueden dejar ir sola al bosque o que pase un mal rato sola... —dijo otra empleada, con miedo del regaño de la señorita que estaba frente a ellos.
Lisa, ignorando a las mujeres habladoras, siguió charlando con los chicos, quienes se despidieron al ver cómo Jennie venía hacia ellos.
– ¿Estabas con ellos? Me tenían tan preocupada, niña.
– ¿Acaso si te preocupas por mí o por ellos? Pensé que ya no te acordabas de mi existencia, como hace dos meses no me vas a visitar o hablas.
– No seas exagerada. Ya entiendo por qué Bogum y Susy son así.
– ¿Dónde anda tu madre?
– En el pueblo.
– El piano que solía tocar para que durmieras, ¿qué lo hiciste? Entré a la habitación de música y no había ningún instrumento allí.
– Remodelamos el palacio; se veía tan aburrido y decidimos mejorarlo. ¿No te gusta cómo va quedando? El piano te lo volveré a traer para que me toques.
– Lo haces por Chaeyeon y su ceremonia de bienvenida.
– ¿Qué? ¡Claro que no! ¿Por qué lo haría? Solo quería cambiar de ambiente un rato; tan solo quería darte una sorpresa en la sala musical.
– Grata mi sorpresa de que Chaeyeon siga conservando fotos tuyas y de las dos juntas.
– Olvídala. No voy a cambiar a una celosa hermosa como tú por una chica como ella. Eres lo mejor que ha pasado en la vida de los chicos de aquí y, pues en mi vida, afectas bastante; tu hermosura ilumina el universo. Te amo, Lisa...
– ¿Cómo estoy segura? Sueles ser tan mentirosa y dañina con tus palabras... Haces que crea en ti para luego sabotearme de la peor manera posible. ¿Cómo sabré que dices la verdad?
– Debes creer esta vez; por segunda vez cree en mí... Yo, Jennie Kim, amo a Lisa con toda mi vida, y bajaría el universo entero para ella solita. Pero Lisa es el universo y yo me lo gané; entonces yo seré el cuidador de aquel universo para que nadie se atreva a dañarlo.
Lisa miró sus ojos y juró ver estrellas en ellos; brillaban tanto que parecía tener el grandísimo Sol dentro. Eran... tan bonitas sus palabras que cayó por segunda vez.
– Cuidaré el universo con mi alma; si alguna vez se llega a romper... yo caeré con él.
– Jennie, te amo.
Entonces fue cuando por fin Jennie pudo saltar y sonreír de felicidad.
Los chicos, al presenciar todo eso, lo único que pudieron hacer fue aplaudirles y desearles una vida eterna juntas.
...
– Fueron tan bonitas sus palabras que hasta lloré —decía Bogum, cortando una cebolla que quién sabe para qué la utilizará—. Pero, pues, es mujer, ¿qué te puedo decir?
– No ayudas mucho, bebé.
– Bogum tiene un poco la razón, Susy. Jennie es capaz de volver a mentirme, pero no puedo evitar su afecto hacia mí.
– Pero no porque sea mujer. Él es hombre; a todos los juzgan y dicen cosas, pero mi feito no es ese tipo de persona.
Bogum la señaló con el cuchillo en forma de amenaza.
– Quizás porque una mujer llamada Soojin lo calveó y le dejó su trauma al feo —Lisa no podía faltar con ese momento vergonzoso de Bogum.
– No hay que recordarlo todos los días, Lisa de melocotón.
Jennie llegó al lado haciendo que todos se voltearan y volvieran a sus cosas.
– Ni que los fuera a matar —susurró ésta.
– Es que Bogum piensa que lo dejarán calvo otra vez y le dejarán un trauma de por vida.
– Ryujin piensa que la abandonarán.
Todos quedaron en silencio y se fueron yendo mientras negaban con la cabeza.
– No puede ser; les pondré esta cebolla en los ojos por malditos.
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Sin ideas pues.
03/10/2024
10:11pm
Historia creada: 03/02/2023