Prólogo

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A veces la ayuda puede provenir de los lugares más inesperados.

...

"Licor de manzanas"

La música fuerte y el alcohol inundaban todos sus sentidos. A su alrededor estaba lleno de toda clase de gente, hombres y mujeres que se le pegaban al cuerpo como pulgas chupa sangre en busca de un buen polvo, o tal vez solo estaban buscando la oportunidad para poder presumir a sus amigos que se habían tirado al mismísimo rey del infierno.

Lucifer miro a todos a su alrededor con una ligera mueca de molestia, demasiado pequeña para alejarlos completamente, pero lo suficientemente notorio como para hacerles entender que no le gustaba la atención que le estaban dando. En esos momentos era cuando realmente se arrepentía de haber sucumbido ante la propuesta de sus hermanos. No le gustaba para nada los lugares tan aglomerados y tampoco le gustaba ser el centro de atención, cosa que justamente estaba pasando en ese lugar lleno de gente donde él era la atracción principal.

El monarca dejó escapar un suspiro mientras se deslizaba en su asiento, llamando la atención de uno de sus hermanos.

— ¿Qué sucede, Luci? ¿No te diviertes? — Asmodeo le cuestiono con una sonrisa ladina.

— ¿Divertirme? ¿En este lugar? — Lucifer responde con una mirada de pocos amigos.

— Oh, vamos, no seas un amargado. — Mammon comenta.

A diferencia de él, sus otros dos hermanos parecen estarse divirtiendo mucho. Mammon estaba sentado al extremo opuesto de Lucifer, con una chica diferente sentado en cada una de sus piernas, Asmodeo en cambio se mantenía simplemente sentado con las piernas cruzadas, únicamente lanzando uno que otro coqueteo a cualquier persona que pasara caminando cerca de él.

— Este lugar es agobiante. No entiendo cómo es que ustedes pueden venir tan seguido por aquí.

— No seas aguafiestas, hombre. — Mammon comenta. — Déjate llevar, acabamos de llegar y ya te estás quejando como un anciano amargado.

— Se supone que he venido aquí para relajarme y olvidarme de mis problemas, no para ser el centro de atención y que todos estén pegandose a mi y manchándome de fluidos sospechosos. — Lucifer réplica mientras trata de quitar una mancha de algo que le había caído a su sombrero hacia unos minutos atrás.

— ¡Eres el rey del infierno! ¿Cómo esperabas pasar desapercibido con un estatus así? — Mammon exclama, riendo a carcajadas.

— Si, eres como un jugoso filete entre toda una manada de perros hambrientos. — Asmodeo apoya el comentario de Mammon.

— En ese caso prefiero irme antes de terminar siendo devorado. — Lucifer dice con un gruñido antes de levantarse de su asiento, pero ni siquiera da tres pasos cuando es detenido por sus hermanos y jalado de nuevo a la mesa.

— Eh, ¿A dónde crees que vas, enano? — Mammon cuestiona.

— A donde sea menos aquí...

— Ni creas que te dejaremos ir, apenas logramos sacarte de tu casa. — Asmodeo comenta, obligando a Lucifer a sentarse de nuevo en su asiento.

— Debería haberme quedado. — Se queja. — Este lugar es horrible.

— Eso es porque aun no entras en el ambiente. — Mammon le dice antes de girarse a una de las chicas en sus piernas para pedirle algo. — Querida, ¿Podrías conseguirnos algunas buenas botellas? Que las carguen todas a mi cuenta. — Él ordena a la chica que se va de inmediato.

La mujer se va del lugar y vuelve a los pocos segundos con un par de botellas y un juego de vasos de vidrio.

— Si, justo lo que necesitábamos. — Mammon comenta mientras se inclina para tomar una de las botellas y servirse un vaso lleno hasta el tope. — ¿Qué quieres, Luci? Hay Ron, Tequila y algo de Whisky.

— Nada, solo voy a esperar a que ustedes dos se emborrachen para poder irme. — Lucifer responde de mala gana.

— Eres un malvado, Lucifer. — Mammon llora falsamente con una mano en el pecho. — Nosotros que nos esforzamos tanto por hacerte feliz y tú queriendo abandonarnos.

Lucifer le lanza una mirada de molestia a Mammon, que es olímpicamente ignorada por el más alto quien se encuentra demasiado ocupado tratando de llegar al final de su vaso de alcohol como para prestarle atención al ya demasiado irritado ángel caído.

— Relajate un poco Lucifer. — Asmodeo comenta mientras llena un vaso de alcohol para luego pasarlo a su hermano más bajito. — Bebe algo y veras como te relajaras de inmediato.

Lucifer mira el vaso de alcohol y luego a su hermano. Él no estaba muy seguro si aceptar o no. No quería pasar el resto de la noche ahí, pero sus hermanos no lo iban a dejar salir y de todas maneras no tenía otro lugar al que necesitaba ir, así que...

— Solo una. — Lucifer dijo mientras aceptaba el vaso.

— Bueno, eso depende de ti.

— Solo una. — Lucifer murmura mientras le da un sorbo al vaso.

Solo una...

Dos..

Tres...

Diez...

No sabía cuánto tiempo había pasado o cuántos vasos había bebido, solo sabía que su mente daba demasiada vueltas y que el lugar ya no parecía tan desagradable como pensaba.

Todos a su alrededor le gritaban con emoción, alabandolo y agradeciendo su simple presencia en ese lugar. Lo hacía sentirse como un rey (que ya lo era). Ya ni siquiera recordaba porque había ido ahí o porque había estado tan preocupado, pero sinceramente no le importaba. Se estaba divirtiendo y eso era todo lo que necesitaba en ese momento.

— ¿No crees que deberíamos detenerlo? — Asmodeo le comenta a su hermano.

— Nah, dejalo ahi. Se ve que lo está disfrutando.

Lucifer revoloteó entre el grupo de personas hasta que fue llevado por una de chicas del lugar hacia un pasillo alejado que llevaba a las habitaciones privadas. 

La espalda de la chica chocó contra la cama, Lucifer estaba justo encima de ella. Iba a besarse nuevamente, pero justo en ese momento Lucifer retrocedió mientras niega con la cabeza.

— N-no, yo no... no p-pue... no puedo... — Lucifer dice mientras se aleja de la mujer.

Lucifer cae sentado en el suelo, con un dolor de cabeza infernal y ganas de llorar. Se sentía patético en ese momento. Estaba a punto de tener relaciones con una chica y justo en ese instante tuvo que recordar a su esposa... Ex-esposa en realidad.

El monarca ocultó su cara en sus rodillas para que la chica no pudiera ver sus lágrimas. Seguramente ella estaba pensando en lo patético que era, seguramente se estaba burlando de él, seguramente pensaba que un fracasado, un fallido intento de monarca, un tonto, un...

— Su alteza, ¿Se encuentra bien? — La voz cálida y suave le sorprendió.

Una mano delicada se posó sobre su hombro con un reconfortante apretón.

— ¿Le duele algo? ¿Se siente mal?

¿Ella...? ¿A ella realmente le interesaba saber si estaba bien?

[Fin del prólogo]

Licor de manzanas || Lucifer x T/NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora