ONE-SHOTS

La brisa de invierno -Gustacio

La brisa frasca de la mañana golpeaba mi rostro mientras miraba al resto de personas caminar o correr por el parque, un sentimiento de nostalgia siempre se hacia creciente  en este tipo de mañanas , cuando eran lo suficientemente frías para forzar atenerte que cubrir con varias capas de ropa. Ya se había hecho costumbre o habito el venir al parque antes de que amaneciera para ver como iba despertando lentamente la ciudad.  Una punzada en mi pecho hizo que fuera inevitable soltar una lagrima, era curioso como apenas ayer todo parecía que iba mejorando, podría decir que fue un día alegre, por primera vez en años no había sido triste y desesperante que anunciaba el inminente recuerdo del aniversario de su muerte.

Me sentía un poco culpable por haberla pasado bien, haber salido con volkov de fiesta, ido incluso a cenar con maia, cosas triviales en realidad, haber hecho todo eso me hizo olvidar que al día siguiente, hoy, cumplía tres años de haberse ido. 

Siempre le encantaron las mañanas, todavía recuerdo la primera vez que el me trajo a este parque, ni si quiera había salido el sol todavía, lo recuerdo con una sonrisa enorme en su rostro aun con las evidentes bolsas negras debajo de sus ojos y su pálido rostro que podría parecer enfermizo, su sonrisa era lo que mas amaba de el y lo que mas duele ahora, escuchar lo entusiasmado que sonaba al decirme que le gustaba ver a las personas pasar porque le hacían sentir que pertenecía a algo grande, como en ocasiones venir aquí le ayudaba a sentirse mejor, a olvidar todo lo malo que estuviera pasando, era su forma sobrellevar sus problemas y como le encantaba el frio porque así podía ver como eran en realidad las personas.

Varias lagrimas comenzaron a derramarse por mis mejillas y fue imposible evitar volver a romper en llanto con la cruda realidad, ya no lo volvería a ver, ya no vendríamos juntos y miraríamos el amanecer acostados en el pasto húmedo, ya no estaría a mi lado. 

Lo único que me quedaba de el eran estas mañanas frías y tranquilas que me hacían sentir que todavía estaba a mi lado.