El amor puede ser tu mayor fuerza... o tu peor debilidad.
Isaí, conocido como 'El Flaco', se adentra en un laberinto de traición y secretos, acompañado de un desarrollo psicológico. En un mundo donde nada es lo que parece, debe enfrentar sus demonio...
En una habitación oscura, donde la luz no puede penetrar, ahí se encontraba Isaí, sumergido en lo mas profundo de su ser, la maldad le quema como brea a punto de absorberlo completamente, desnudo, indefenso, herido, hasta que una voz lo saca de la pesadilla. Moviendo la hamaca donde dormía, el arqui casi a susurros le recuerda que tiene obligaciones y después de un largo sueño, la oscuridad, que abraza lentamente la fogata, le da la bienvenida. No
-Mijo, órale, pa arriba, no me haga soltarle un patadon, le toca guardia con el nameku y otro nuevo. Ahí para que me los pongas al pedo de como es aquí.
-¿Qué hora es? Pregunto el somnoliento Isaí, mientras se reponía.
-Las 10 de la noche mijo, ¿ya repuesto? Ahí esta el cafecito en la cocina, nomas a lo que van, ya se la sabe.
Isaí voltea a su alrededor, nota a sus dos compañeros, los cuales estaban parados frente a el, sus vestimentas eran similares, botas cerradas, seguido de jeans azules, camisa manga larga negra y por supuesto, una R15 cada uno.
-Simón arqui ya dijo. Respondió Isaí, listo para tomar su posición junto a ellos. El superior se marcha, mientras que este observa como se pierde en la oscuridad, con cada paso, hasta no ser visible. ahora con la mente mas estable, Isaí se dirige a su dos compañeros.
-¿Un chingo de mosquitos vea? dijo en voz baja, mientras intenta matar los zumbidos desesperantes.
-Nada, se mueren si me pican, jaja, con tanta mierda que me meto uno ya no sabe. Dijo un recién llegado en tono despreocupado y cómico, un hombre de aproximadamente 45 o 50 años, le faltaban algunos dientes, el sobrepeso le hacia visible sin duda.
- A ver, si no me equivoco tu eres el gordo y tu eres el de hace rato ¿Cómo era?. A si, nameku, por cierto gracias por ese gallo, me relajo. Dijo Isaí mientras extendía su puño hacia este ultimo.
-No hay pedo, ahorita prendemos otro. Respondió el sicario chocando puños y mostrando otro enrolado, a la vez que pensaba en la rara forma de hablar del joven.
-Jalo, dale fuego pues. Comento isai, tomando aire. -Aver seré directo, supongo que saben más que yo sobre esto pero bueno, este pedo es sencillo, las guardias son de 3 horas, mismas en la que en todo tiempo se tiene que estar alerta, mantengan tiro arriba...
Mientras Isaí, ponía al corriente a los nuevos, la concentración y seriedad dada en el momento, hacia que por un segundo olvidara sus problemas, pasadas casi 2 horas, decide ir a la cocina por café, intrigado decide pasar donde duermen sus compañeros, ahí esta el lugar donde dormía con ella, el corazón empieza a latir mas profundo, su respiración casi imperceptible deja paso a la mente, quien no para de intentar detenerlo.
"No debería, no lo hagas". Gritaba su instinto, pero la espina clavada debía sacársela, solo necesitaba ver.
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