El Domingo por la tarde, después de comer, la madre de Minho sugirió que salieran a caminar por los alrededores de la casa de campo. El clima era perfecto, el aire fresco y el cielo despejado. La idea sonaba ideal para desconectar un poco, y todos aceptaron con entusiasmo, aunque Jisung notaba la tensión que se cernía sobre él y Minho. La frialdad de Minho desde el beso en el colegio seguía pesándole, aunque intentaba no darle demasiada importancia... pero era difícil ignorar lo que sentía.
Minho, como siempre, actuaba como si nada hubiera pasado, manteniendo esa distancia emocional que frustraba a Jisung, mientras que el resto de la familia parecía ajeno a todo. Jihyo y Chaeyoung caminaban delante, riendo entre ellas, y los padres iban más atrás, conversando sobre algún tema de trabajo que no les interesaba en lo más mínimo.
Jisung caminaba al lado de Minho, aunque el silencio entre ellos se sentía pesado. Los días que habían pasado juntos habían sido una mezcla de momentos de cercanía física que confundían a Jisung, y el muro emocional que Minho había levantado entre ellos. Jisung no quería hablar del tema, no todavía, pero la tensión entre ellos parecía aumentar con cada día que pasaba sin resolver lo que había ocurrido.
El camino los llevó a un pequeño bosque a las afueras de la propiedad, y en algún punto, Jisung y Minho se separaron del grupo, quedándose detrás. Chaeyoung y Jihyo seguían adelante, corriendo y jugando, mientras que los padres ya ni siquiera se veían. Era el primer momento de privacidad que habían tenido en todo el día, y Jisung sentía que la presión en su pecho no le permitía respirar bien.
—Lee —comenzó Jisung en un tono bajo, rompiendo el silencio. Minho siguió caminando, pero giró la cabeza ligeramente para indicar que le escuchaba—. ¿Cuánto tiempo más vas a seguir con esta actitud? —preguntó, sin poder contenerse más.
Minho se detuvo, y al hacerlo, Jisung también. El viento agitaba suavemente las hojas de los árboles, creando un ambiente tranquilo, en contraste con la tormenta que sentía dentro. Minho le lanzó una mirada rápida, sus ojos fríos, y luego suspiró.
—¿A qué te refieres, Han?
—¿De verdad vas a hacer esto? —replicó Jisung, frustrado—. ¿Pretendes actuar como si no hubiera pasado nada? Me besaste, dormimos juntos, y aún sigues comportándote como si todo fuera una coincidencia sin importancia.
Minho bajó la mirada y cruzó los brazos sobre el pecho, una señal clara de que estaba cerrándose de nuevo. El silencio entre ellos se hizo denso.
—No es que no haya pasado nada, Han —dijo Minho con su voz baja, sin mirar directamente a Jisung—. Solo... no quiero hacer esto más complicado de lo que ya es.
—¿Complicado? —Jisung dejó escapar una risa amarga—. Claro, porque los sentimientos siempre son un problema para ti, ¿verdad? Si no puedes controlarlos, simplemente los ignoras.
Minho alzó la vista hacia él, frunciendo el ceño.
—No es que los ignore. Simplemente no quiero arruinar nada. Ya te dije que no busco una relación. Somos hermanos adoptivos, por si lo has olvidado.
El comentario hizo que el corazón de Jisung se encogiera. Lo que más le dolía no era la frialdad de Minho, sino el hecho de que sus palabras implicaban que no había espacio para que algo más ocurriera entre ellos. Pero Jisung no estaba dispuesto a rendirse, no sin obtener respuestas más claras.
—Entonces... ¿fue solo un desliz? ¿Eso es lo que me estás diciendo? —preguntó Jisung, sus palabras cargadas de una mezcla de dolor y desafío.
Minho no respondió de inmediato. El silencio entre ellos parecía alargarse por siglos, hasta que finalmente, Minho suspiró, llevándose una mano a la nuca.
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¡Él no es mi Hermano! | Minsung
Hayran KurguHan Jisung... Era el nombre que Minho detestaba escuchar. ¿Por qué? Minho era el típico chico rico y mimado, que ahora tenga un "hermano" de casi su edad, sólo le complicaba más la vida. Va a tener que aprender a convivir con él, en la misma casa, e...