ଘ ¡Él no es mi Hermano! ▸ 𝙈𝙞𝙣𝙨𝙪𝙣𝙜

Más Leña para el Fuego

La mañana siguiente, los padres de Minho decidieron que era hora de hacer una pequeña excursión. La casa de campo había estado tranquila durante demasiado tiempo, y pensaron que sería bueno que Minho y Jisung se encargaran de buscar leña para la chimenea.

Minho se sintió aliviado de que los adultos no estuvieran allí para presionarlos a hablar sobre lo que había pasado la noche anterior. Sin embargo, al mirar a Jisung mientras se preparaban para salir, una mezcla de nerviosismo y frustración lo invadió. Jisung se veía nervioso también, con sus ojos brillando bajo la luz del sol, pero había algo más en su expresión que lo incomodaba.

—Vamos, Lee. No podemos pasar todo el día aquí sin hacer nada. ¡Levanta ese hacha! —dijo Jisung con una sonrisa burlona, señalando el hacha que estaba al lado de los troncos.

—¿Yo? ¿Cargar el hacha? ¿Acaso estás bromeando? No creo que yo sea lo suficientemente fuerte para eso, Han. —Minho replicó con una sonrisa cínica y sarcástica, mientras tomaba el hacha y la alzaba en un gesto teatral.

—Hey, no soy débil. Solo que no tengo la misma fuerza que tú. ¿Qué quieres que haga? ¿Levantar el hacha con mi mano débil? —Jisung se cruzó de brazos, frunciendo el ceño de manera juguetona.

—Si no puedes cargar un hacha, ¿cómo esperas cargar los troncos? —Minho se burló, disfrutando de la chispa que iluminaba los ojos de Jisung.

—¿Y quién dijo que quería cargar los troncos? ¡Solo vamos a buscar leña! —Jisung respondió, su tono subiendo un poco de intensidad, mientras comenzaba a caminar hacia el bosque.

Minho lo siguió, riéndose mientras ambos se dirigían a la zona de árboles cercanos. Sin embargo, la broma se desvaneció cuando Jisung sacó su teléfono y vio una serie de notificaciones.

—Oh, Hyunjin me está llamando —dijo Jisung, sin pensar en lo que podía desencadenar.

La expresión de Minho se volvió instantáneamente tensa. Aquel nombre lo irritaba, aunque no debería. La mente de Minho estaba llena de pensamientos encontrados, y una ola de celos lo invadió.

—¿Qué quiere ahora? —preguntó, tratando de sonar indiferente, pero su voz tenía un tono de desdén que no podía ocultar.

—No lo sé. Tal vez solo está preocupado por mí. —Jisung encogió los hombros, mirando la pantalla de su teléfono.

—Claro, porque es normal que un chico como Hyunjin te llame tantas veces. ¿Le importas tanto? —Minho lanzó un suspiro, dejando caer el hacha en el suelo con un ruido sordo.

—No es para tanto, Minho. Solo es un amigo —respondió Jisung, notando cómo la tensión crecía entre ellos.

—¿Un amigo? Eso es lo que le llamas ahora. ¿Por qué no le dices que se detenga? —Minho replicó, sintiendo cómo la ira comenzaba a burbujear en su interior.

—¿Por qué debería hacerlo? ¡No eres mi jefe! —Jisung se defendió, incapaz de ocultar la frustración que se acumulaba en su pecho.

Ambos se encontraron a pocos pasos de un pequeño claro. La discusión había ido escalando de una broma ligera a un intercambio de palabras cada vez más hirientes. Jisung, cansado de la actitud celosa de Minho, sintió que su paciencia se agotaba.

—Eres tan inmaduro, Minho. ¡No puedo creer que estés tan celoso de Hyunjin! —exclamó Jisung, dando un paso atrás, como si eso pudiera ayudar a calmar la situación.

—¿Celoso? —replicó Minho, sintiendo que su sangre comenzaba a hervir—. ¡No estoy celoso! Solo estoy tratando de protegerte de alguien que no es lo que parece.

—¿Protegerme? ¿Desde cuándo me necesitas proteger? ¡Soy perfectamente capaz de cuidar de mí mismo! —gritó Jisung, sin darse cuenta de que estaba retrocediendo un poco más, distraído por su propia rabia.