El padre de mis hijos

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—¿Para qué nos llamaste Satoru? —preguntó Shoko mientras llevaba su taza de café a la boca.

—¿No puedo salir con mis chicas? —preguntó Satoru a modo de respuesta.

—Sí que puedes, pero luego de que nos hayas llamado a las tres de la mañana para juntarnos a tomar un café, dudo que sea solo por eso —opinó Utahime mientras arqueaba levemente una ceja.

—Está bien, les diré. ¿Vieron Suguru? —preguntó Satoru.

—Si, tu novio —respondió Shoko.

—Llegas a decir que vieron que mi novio es muy lindo y te tiro mi té —dijo Utahime, mientras rodaba los ojos.

A ver, ella no odia a Suguru, para nada. Le cae más que bien, al que odia es al peliblanco, cansada la tiene ya, todo el tiempo habla sobre lo lindo que es su novio. Aunque realmente no lo odia, solo le molesta muy poco.

—No, no. No es eso —dijo Satoru nervioso.

—¿Y qué es? —preguntó Utahime, con intriga.

—Es...—decía Satoru mientras palpaba los bolsillos de su saco, hasta que metió la mano y sacó una cajita de terciopelo de color azul muy oscuro—,es esto —dijo finalmente para abrir la cajita y dejarla frente a ambas mujeres.

—Mentira —soltó Shoko con los ojos abiertos, mirando lo que contenía la cajita.

—¿Es en serio? —preguntó Utahime igual de sorprendida que su novia.

—Es totalmente serio esto —respondió Satoru algo nervioso porque sus dos amigas no estaban diciendo nada.

—Satoru Gojo, ¿Me estás diciendo que le vas a pedir matrimonio a Suguru? —preguntó Shoko viendo asombrada la cajita.

—Si, hoy a la noche le pediré matrimonio —dijo seguro.

Hoy es el día en el que Satoru Gojo se convierte en hombre, se convierte en el hombre de Suguru Geto. Hoy es el día en el Satoru Gojo le pide la mano al amor de su vida. Después de dos años y medio de relación, él está completamente seguro de que quiere que sea su esposo.

—¿Y los chicos? —preguntó Utahime viendo la cajita, aún asombrada.

—Estarán con Nanami y Yu, les pedí que hoy a la noche los cuide —respondió Satoru.

—¿Están de acuerdo con qué te cases? —preguntó esta vez Shoko.

—No saben que le voy a pedir matrimonio a Suguru pero ellos están tan felices con él, es cómo un padre para ellos —respondió Satoru para sonreírles a ambas mujeres, luego sacó su celular para ver la hora—, debo irme, tengo que buscar a los niños —se levantó y dejó un casto beso en ambas cabezas de las mujeres.

—Ve tranquilo, nosotras invitamos este café —dijo Utahime para luego sacar su billetera.

—Ya pagué yo, tranquilas, las llamo luego —se despidió de ambas mujeres y salió de la cafetería para luego entrar a su auto y salir de ahí.

Su plan para hoy era sencillo, buscaba a sus hijos, los llevaba a la casa de Nanami y Yu, volvía a su casa, cocina la comida favorita de su futuro esposo, decorará toda la habitación con pétalos de rosas y pondrá velas con fragancia a vainilla suave, el favorito de su futuro esposo.

Esbozó una sonrisa, amaba decir y pensar las palabras "futuro esposo", hacía que su corazón latiera como loco. Movió su cabeza en forma de negación, tiene que seguir repasando el plan.

Luego de que ambos cenaran a la luz de las velas, lo llevaría a su habitación, con los ojos vendados claramente, para luego sacarle la venda y arrodillarse ante él y mostrarle el anillo. Era un plan muy sencillo y fácil de llevar.

El maestro de mis hijosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora