El sol se filtraba perezosamente a través de las cortinas entreabiertas, bañando la pequeña mesa con una luz tenue, casi melancólica. El aroma del té recién hecho se mezclaba con la calma habitual de la casa. Tokaku estaba en silencio, sumida en sus propios pensamientos, sus ojos vagando por la ventana pero sin realmente mirar nada. A su lado, Haru bebía lentamente, observándola con una mezcla de curiosidad y preocupación.
—Tokaku, has estado muy callada desde ayer —Haru rompió el silencio con su voz suave, pero cargada de una leve inquietud—. ¿Está todo bien en la academia?
Tokaku desvió la mirada hacia ella, la tensión en sus hombros apenas perceptible, pero suficiente para que Haru notara el peso que cargaba.
—Es... complicado —Tokaku contestó en un tono más bajo de lo habitual—. Mis nuevas alumnas, Byakuren y Yukizaki, no sé por dónde empezar con ellas. Son tan diferentes, y cada una tiene sus propias... complejidades. —Se detuvo, apretando ligeramente la taza en sus manos—. Yukizaki tiene miedo, lo noto. Y Byakuren... es demasiado arrogante. Ambas tienen potencial, pero siento que no logro ver lo que realmente necesitan de mí.
Haru dejó la taza sobre la mesa y la miró con sus ojos siempre llenos de calidez, esa calidez que Tokaku, después de tantos años, aún encontraba reconfortante.
—Tal vez no es solo sobre lo que necesitan en términos de entrenamiento —dijo Haru con suavidad—. Tal vez es más sobre lo que tú puedes enseñarles como persona. —Hizo una pausa, buscando las palabras—. Tú también estabas perdida en algún momento, ¿no? Tal vez puedas guiarlas por ese mismo camino que recorrieron contigo. No solo enseñarles a pelear... sino enseñarles a encontrarse a sí mismas.
Tokaku se quedó en silencio por un momento. Las palabras de Haru resonaban en su mente, despertando algo en su interior que ella misma no había podido poner en palabras. Era cierto. Ella había sido como ellas, luchando por encontrar su lugar en un mundo que parecía hecho solo de violencia y sombras. Tal vez lo que necesitaban no era solo fuerza, sino también un sentido de dirección, algo que Tokaku sabía que solo podía obtenerse a través del tiempo y las decisiones correctas... o equivocadas.
—Tienes razón —murmuró Tokaku, más para sí misma que para Haru.
—Lo sé —respondió Haru con una sonrisa suave, tomando un sorbo más de té—. Pero, Tokaku, también tienes que darte tiempo para pensar en esto. No necesitas tener todas las respuestas de inmediato.
Tokaku asintió ligeramente, permitiéndose relajarse un poco. Justo cuando el ambiente comenzaba a ser menos tenso, sus ojos se posaron sobre el reloj que colgaba en la pared. El tiempo, siempre escurridizo, parecía haberse escapado de nuevo.
—Oh, mierda... —se levantó de golpe, casi derramando el té en el proceso.
—¿Ya es tan tarde? —preguntó Haru, divertida por el repentino cambio de ritmo.
—Kaiba-sensei me mata si llego tarde... otra vez —Tokaku se apresuró hacia la puerta, ajustándose la chaqueta en el proceso—. Nos vemos luego, Haru.
—No te preocupes tanto, Tokaku. Ellas encontrarán su camino... contigo.
La puerta se cerró con un suave clic detrás de Tokaku, y Haru se quedó sentada, su mirada persiguiendo la silueta de su esposa que ya se desvanecía entre las calles. Ella sabía que Tokaku enfrentaba una lucha interna, perdida en un papel que no sentia poder cumplir del todo, pero también confiaba en su fuerza para guiar a aquellas jóvenes que ahora dependían de ella.
La luz en el pasillo era fría, casi artificial, contrastando con la calidez que había dejado atrás en su hogar. Tokaku cruzaba rápidamente los corredores de la academia, su respiración aún estable pero con el tiempo pisándole los talones. Cuando finalmente llegó al salón, las voces dentro se apagaron al instante. Empujó la puerta y entró, sintiendo de inmediato las miradas curiosas de sus alumnos clavadas en ella.
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|Mission Zero| Akuma no Riddle
FanfictionDiez años después de la Clase Negra, Tokaku Azuma, ahora casada con Haru, trabaja como profesora en la Academia Privada N. 17. Su maestro, Kaiba le asigna entrenar a las dos peores alumnas: Byakuren, la hermana menor de Otoya Takechi, y Yukizaki, mi...