Era una noche de verano, y la comunidad estaba celebrando su tradicional fiesta en el parque. Las luces brillantes colgaban de los árboles y la música resonaba en el aire, creando un ambiente festivo. Robin Arellano llegó con su novio, Finney Blake, ambos vestidos con ropa casual, listos para disfrutar de la noche.Al principio, todo parecía perfecto. Finney estaba radiante, riendo y disfrutando de cada momento. Sin embargo, a medida que la noche avanzaba, Robin no pudo evitar notar cuántas miradas se posaban en Finney. Chicos y chicas se acercaban, sonriendo y coqueteando, y eso encendió un fuego de celos en el interior de Robin.
—¿Por qué tienes que hablar con todos? —preguntó Robin, su voz un poco más cortante de lo que pretendía.
Finney se volvió hacia él, sorprendido por el tono.
—Son solo amigos, Robin. No hay nada de qué preocuparse —dijo Finney, pero las palabras no lograron calmar el tumulto en el estómago de Robin.
Mientras Finney se movía entre la multitud, saludando a sus compañeros, Robin se sintió cada vez más abrumado. Era como si el mundo entero estuviera compitiendo por la atención de Finney, y la idea de perderlo le provocaba una ansiedad insoportable. La risa de Finney se sentía lejana, como si estuviera en un lugar donde Robin no podía alcanzarlo.
Finalmente, no pudo más. Se acercó a Finney, quien estaba rodeado de un grupo de chicas, y lo tomó de la mano.
—Vamos a bailar, solo nosotros —dijo Robin, su voz firme, casi posesiva.
Finney lo miró, un poco confundido, pero asintió, dejándose llevar. Una vez en la pista de baile, Robin lo giró hacia él, sus ojos fijos en los de Finney, como si intentara transmitirle un mensaje silencioso: "Eres mío, y nadie más debe acercarse".
Mientras bailaban, Robin sentía cómo el calor de la posesión lo envolvía. No podía soportar ver a otras personas admirando a Finney. Quería marcar su territorio, y lo necesitaba ahora más que nunca.
—¿Por qué tienes que ser tan encantador? —murmuró Robin, acercándose más a Finney, su rostro casi pegado al de él.
Finney lo miró, viendo el destello de celos en sus ojos.
—Robin, solo estoy disfrutando de la fiesta. No te pongas celoso —dijo Finney, intentando mantener la calma.
Pero Robin no podía escuchar. La música seguía sonando, pero para él todo se volvió un ruido de fondo. Solo podía pensar en lo que podría pasar si alguien más lograba llamar la atención de Finney.
—¿Y si esa chica te gusta? —preguntó Robin, su voz cargada de frustración.
Finney frunció el ceño, comenzando a comprender la intensidad de los sentimientos de Robin.
—No hay nadie más que me guste. Te quiero a ti —respondió Finney, pero eso no era suficiente para calmar la tormenta que se desataba en el interior de Robin.
Sin poder contenerse, Robin tomó a Finney por la muñeca y lo llevó a un lugar más apartado, donde la música no resonaba tanto. Allí, en la penumbra, Robin lo empujó suavemente contra la pared, su mirada ardiente.
—Te necesito. No puedo soportar la idea de que alguien más pueda mirarte de esa manera —dijo Robin, su voz un susurro lleno de deseo y posesividad.
Finney, sorprendido por la intensidad de Robin, sintió cómo su corazón latía más rápido.
—Robin, no tienes que hacer esto. No hay razón para que te sientas así —respondió Finney, pero la mirada de Robin no dejaba lugar a dudas.
—No puedo dejar que te miren. Eres solo mío, y lo sabes —dijo Robin, inclinándose para capturar los labios de Finney en un beso apasionado.
Finney se dejó llevar por el fervor de Robin, sintiendo cómo los celos y la posesividad se transformaban en una energía palpable entre ellos. Robin besó a Finney con una intensidad que lo dejó sin aliento, como si quisiera consumirlo por completo.
—Quiero que sepas que eres el único que deseo —murmuró Robin entre besos, sus manos explorando el cuerpo de Finney, sintiendo su calor bajo la tela.
Finney, sintiéndose cada vez más atrapado en el momento, respondió al beso, dejando que su propia pasión se desbordara. La necesidad de Robin lo encendía, y se sintió seguro en sus brazos, a pesar de la intensidad de los celos.
—Solo soy tuyo —dijo Finney, sintiendo cómo la conexión se hacía más fuerte entre ellos.
Robin sintió que el mundo exterior se desvanecía mientras se entregaban a su deseo. La conexión que compartían era innegable, y cada toque, cada beso era un recordatorio de que se pertenecían el uno al otro.
(...)
Con un deseo desenfrenado, Robin llevó a Finney de vuelta a su casa, donde podrían estar solos, lejos de las miradas curiosas de la fiesta. Una vez dentro, Robin cerró la puerta con un golpe y se volvió hacia Finney, su mirada ardiente.
—Quiero que entiendas cuánto significas para mí —dijo Robin, su voz profunda y seria.
Finney sonrió, sintiendo que el amor que compartían era más fuerte que cualquier celosía.
—Sé que me amas, Robin. Y eso es lo que importa —respondió Finney, dando un paso hacia él.
Sin dudarlo, Robin tomó el rostro de Finney entre sus manos y lo besó de nuevo, este beso lleno de una mezcla de ternura y posesión. Finney se rindió ante la intensidad del momento, permitiendo que Robin lo llevara hacia la habitación.
Una vez dentro, Robin comenzó a desabrochar la camisa de Finney, sintiendo cómo la piel suave y caliente se expuso ante él. Cada toque era un recordatorio de que Finney era solo suyo, y no podía dejar que nadie más se interpusiera entre ellos.
Mientras la noche avanzaba, Robin se perdió en la intimidad de su amor, olvidando los celos y enfocándose en la conexión que compartían. Los gemidos de Finney resonaban en la habitación, y Robin sabía que, a pesar de sus inseguridades, siempre había algo más fuerte que los celos: su amor.
Finalmente, cuando la pasión alcanzó su clímax, ambos se encontraron en un abrazo caliente, sintiendo que la conexión entre ellos era inquebrantable.
—Eres mío, Robin —murmuró Finney, sintiendo que su corazón latía con fuerza.
—Y tú eres mío —respondió Robin, su voz llena de ternura mientras se acurrucaban juntos, dejando atrás los celos y celebrando el amor que los unía.
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Palabras: 1054.
Acá les dejo algo Rinney que hice. <3
Tkm. ★
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Celos - Rinney
RomanceDonde en una fiesta, Robin se siente celoso. Esta es una historia alejada de la realidad de Denver, por así decirlo. Solo nombro a Finney y a Robin.