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¿𝐐𝐔𝐄 𝐇𝐀𝐘 𝐃𝐄𝐓𝐑𝐀𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐔𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒?
La noche había caído, el agua estaba en calma, y sobre éste, navegaba un navío amarillo, también conocido como el submarino de los piratas Heart.
Dentro de él, una mujer de ojos fucsia tomaba una limonada en la cocina con tranquilidad, pues se había ofrecido para vigilar el barco. Shachi ya no quería hacer guardia por las noches, y nadie había objetado cuando la chica se ofreció.
Por otro lado, Rusu miraba a un punto fijo mientras jugaba con la pajita que estaba en el vaso. El cansancio inundaba cada facción de su rostro, pues si bien estaba acostumbrada a no dormir mucho, ese día no había dormido su siesta diaria.
Con un suspiro resignado, se levantó y agarró una botella de sake para mezclarlo con su limonada.
—Eso no es sano —le interrumpió una voz, provocando que la mujer se sobresaltara. Al girarse, se encontró a Bepo y a Law. Éste último la miraba apoyado en el marco de la puerta y con el ceño fruncido.
—No dormí siesta y no pienso dormir en toda la noche —revolvió el fuerte contenido que había ahora en el vaso y lo bebió—. Necesito energíasBepo tragó saliva nervioso, sintiendo la tensión en el ambiente. Sabía lo estricto que era Law como médico del barco, y es que el moreno tenía razón: combinar alcohol con limonada no era lo más recomendable, y menos para alguien que necesitaba estar sobrio para hacer vigilancia y defender en caso de una emergencia. La mujer rodeó los ojos, fastidiada. El mink notaba cómo el hombre se tensaba ante el acto de Rusu.
—Si tu problema es el sueño, entonces duerme —dijo, su tono seco y autoritario—. Yo vigilaré.
—Paso —respondió ella, con una simpleza desafiante, mientras se dirigía hacia la puerta donde ambos estaban con la mezcla en su mano.
—Entonces no te quejes —replicó él.
—Entonces no me digas que hacer.
—Soy tu capitán.
—Soy la vigilante y hago lo que se me plazca por la noche —sonrió de forma retadora.
—No me provoques —le advirtió el pelinegro.
—P-por favor, no discutan —intervino Bepo nervioso, agachando la mirada.
—No estamos discutiendo —dijeron ambos a la vez.
—¡Lo siento! —se apresuró a disculparse el pobre oso blanco.
—Oh no, no te preocupes, Bepo —le sonrió la mujer—. Ahora, si me disculpas, captain, me iré afuera a vigilar —miró al pelinegro, esperando a que éste le cediera el paso, y luego de un momento, la dejó pasar.La mujer se retiró y se dirigió hacia la cubierta, Law por su parte entró a la cocina junto con Bepo y su mirada se perdió en la puerta, lugar por el que la mujer se había ido. Law se cuestionaba porqué la chica no dormía por las noches, pero se la pasaba durmiendo durante el día. Además, si no había dormido, ¿por qué no hacerlo por la noche? ¿Qué le había pasado antes que la perturbada tanto ahora?
—¿Captain? —el llamado de Bepo provocó que el moreno disipe sus pensamientos y prestara atención a su peludo amigo.
—Hay que prepararnos para llegar al archipiélago, quiero un mecánico para el submarino.
—Aye —el oso asintió con decisión—. ¿Qué tiene planeado?
—Algo grande, Bepo —el moreno sonrió burlón—. Tengo pensado pescar un pez muy grande.
—¿Puedo saber qué tiene en mente? —la curiosidad que el oso mostraba terminó convenciendo al capitán para revelar su plan.—Tengo planeando algo, pero prefiero esperar antes de realizar mi plan —la sonrisa burlona de Law no tardó en aparecer en su rostro —; y me alivia que Rusu esté con nosotros. Ella nos ayudará.
—¿Y qué crees que le suceda? No duerme nunca de noche.
—¿Nunca? —el moreno arqueó una ceja. Sus instintos de médico empezaban a activarse.
—Mjm —el oso asintió—. Duerme cerca de mi habitación y jamás durmió por las noches. Siempre está su luz encendida —Bepo agarró un poco de té y se lo dio a su capitán—. Una vez, le pregunté qué hacía durante esas horas, ella me contó que estudia las plantas y está practicando su poder.
—¿Por qué no lo hace durante el día?
—No lo sé. Tal vez no tiene tiempo.
—Me parece que sus siestas le quitan tiempo —en su mente pasaron muchas preguntas: ¿por qué esa mujer no duerme? Él lo hace porque tiene que analizar documentos y preparar estrategias por si algún navío enemigo aparece, además de lidiar con sus propias pesadillas.
—Mmm, ¿en qué piensas?
—No lo sé —Law realmente no sabía qué pasaba por su mente, pues ésta siempre estaba ocupada por el rostro de la pelinegra, incluso cuando necesitaba concentrarse para preparar su plan, la cosa más importante que había en su vida, y que también debería ser así en su mente, con ella, había dejado serlo.
El oso pidió amablemente poder retirarse a su habitación, creyendo que era mejor dejar a su capitán solo con sus pensamientos.
Law, por su parte, continuó sumido en sus reflexiones acerca de la mujer de ojos fucsia; había algo en su forma de actuar que lo intrigaba. Desde su manera de caminar hasta cómo sus delicadas manos se movían al hablar, esas manos que se envolvían en un misterioso fuego azúl lo llenaban de curiosidad. Todo en ella despertaba su interés, y se preguntaba por qué deseaba conocerla más a fondo. Cada vez que la veía, anhelaba descubrir sus secretos, su historia, su pasado... pero, ¿por qué?
Law se masajeó la sien, sintiéndose perdido. No sabía en dónde estaba su mente.
Law se masajeó la sien, sintiéndose perdido. Salió de la cocina y se dirigió a la cubierta; todo parecía apacible, el mar estaba en calma y la suave brisa los llevaba hacia el archipiélago Sabaody. El único sonido que acompañaba el ambiente era el murmullo de las olas chocando contra el navío. Pero en ese instante, una melodía suave y femenina llegó a sus oídos; una canción que, al compás del mar, se expresaba en un lenguaje antiguo, casi olvidado, muerto, que hablaba de promesas ocultas y de dioses dictadores, y del llanto de una niña.
"Fight little wolf, fight little wolf"
Siguiendo la melodía, Law ascendió hacia el mástil, donde su vista se posó en la espalda de una mujer de cabello negro: la misma que ocupaba su mente.
"Survive little wolf, survive little wolf.
Believe little wolf, believe little wolf.
Believe in yourself, little wolf."
La canción llegó a su fin, y Law observó cómo Rusu cabeceaba, adormecida. Antes de que pudiera caer, él la sostuvo con firmeza. En algún momento, la canción había logrado arrullarla en un profundo sueño. Con un suspiro cansado, pero con una sonrisa dibujada en su rostro mientras la alzaba, decidiendo llevarla a su habitación.
No a la de Rusu, sino a la suya.
Parece que esa noche, Law no dormiría.
© Sombrerera29999
© smnkiwd
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¿𝐔𝐍 𝐀𝐌𝐎𝐑 𝐏𝐎𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄? | Trafalgar Law x 𝙁𝙀𝙈!Reader
Fiksi PenggemarEn un vasto océano de leyendas y secretos, donde los ecos de antiguas batallas aún resuenan entre las olas, se despliega un mundo de piratas y aventuras que desafían la imaginación. Un reino donde los dioses observan desde lo alto, susurrando destin...