- Prólogo -

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Segunda versión xd

Editor en jefe: Est
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Hay algo que siempre recuerdo vivamente, aquello son las tantas historias fantásticas que me contaba mi padre sobre sus aventuras junto a la legendaria Elfa a la que él tanto quiso.

Peleas hasta el borde del suicidio, momentos de tensión en pisos desconocidos, un ecosistema nunca antes visto donde todo está en perfecta armonía. Aquella belleza que parecía imposible de crear.

La Mazmorra.

Mi padre fue un héroe que exploró y conquistó dos mazmorras junto a sus fieles compañeros y aquella elfa a quien amo antes de mi madre, un hombre tan valiente con un gran legado...

Pero era un idiota...

La Mazmorra, no es un lugar donde puedes vivir con una sonrisa para siempre, lo descubrí a la mala..

Hace seis años fue cuando todo comenzó.

En un pequeño pueblo.

Un día escucharon un gemido dentro del mausoleo, lo abrieron y vieron a un hombre dentro.

Ese hombre era el Rey del Reino de Oro destruido hace más de 1000 años.

Un reino que una vez fue famoso por sus vastas riquezas, este no fue destruido, sino simplemente hundido bajo tierra por un hechicero loco.

"Quien sea capaz de derrotar al hechicero, será recompensado con todo mi reino." -Dijo antes de convertirse en polvo y desaparecer

Desde entonces la exploración en la mazmorra no hizo nada más que aumenta, el pueblo próspero con mas fuerza por las ganancias obtenidas

Entre los grupos que se adentraron a la mazmorra, nosotros somos uno de ellos.

...

¡Roooar!

El dragón rojo, con escamas duras y de un brillante carmesí, rugio pisando con todas sus fuerzas, si cola se zarandeo golpeando todo a su paso mientras el pequeño grupo de seis personas lo atacaban en formación.

- "¡Todos hagan su mejor esfuerzo! ¡El dragón caerá pronto! *jadeo* ¡Vamos!" -el líder del grupo, Laios Touden, un Tall-Man con armadura de acero, cabello rubio ceniza con ojos dorados claro. Apuntó su espada hacia el dragón recargando su escudo contra él mientras avanzaba en primera línea con sus compañeros

 Apuntó su espada hacia el dragón recargando su escudo contra él mientras avanzaba en primera línea con sus compañeros

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