El día estaba soleado, verdaderamente perfecto al igual que ella. Tome su mano y le pregunte si quería un helado. Asintió cabizbaja, se veía triste, no sabía si preguntar qué le pasa o hacerla sentir mejor sin molestar. Decidí recurrir a la segunda opción asique la lleve a las hamacas, ella y yo con nuestros helados en mano caminamos hasta el parque, se sentó en la hamaca más ancha y del medio, por supuesto. Como a ella le gustaba. Tome su cintura y la impulse hacia delante, una y otra vez. Ella reía sin parar, al igual que yo. ¿Por qué su pelo era tan lindo y sedoso? ¿Por qué su risa era tan atrapante? Necesito su voz, la a ella necesito todos los días.
Note que su mirada seguía perdida mientras caminábamos, tome su mano y le sugerí que fuéramos a sentarnos a nuestro banco. Se encontraba casi al final del parque, el tercero a la derecha, justo debajo de un árbol enorme. Cassie se acomodo primero, luego Abi. Se encontraban frente a frente, no podían parar de mirarse. Eran prácticamente iguales, castañas con ojos cafes, Cassie era un poco más alta que Abi. Sus personalidades eran iguales, por eso Cass sabía que la castaña se sentía mal.
- Quiero dejar de ser tu "amiga" y desearte todos los benditos días, ¿okey? - Cassie rompió el silencio.
Abi mordió sus labios cerrando fuertemente sus ojos, pero luego volvió la vista a los ojos de Cass. -Escúchame, yo tampoco quiero, pero esto es una hamartia, no puedo seguir. -volvió su mirada al piso.
Cassie tomo la cara de Abi entre sus manos y la miro fijamente, sus miradas lo decían todo. Verdaderamente deseaba besarla, pero sentía miedo, miedo a vituperar. Miro sus ojos cafes totalmente húmedo, se acerco un poco, Abi imito la acción, un poco más y un poco más y...
-¡CASSIE, TIENES VISITAS! - Cass abrió los ojos sobre saltada, otra vez esa insoportable voz.
Su madre entro por la puerta, como siempre, llorando. Cassie ya no sabía si era una desgracia o si esa mujer vivía todos los días de su vida así.
-¿Qué quieres? - pregunto secamente.
Su madre bajo la mirada pero enseguida volvió a verla. -Te traje a un amigo.
Detrás de la espalda de su madre apareció el. Su ex novio. Cassie se sorprendió, no sabía cómo actuar. ¿Qué demonios hacia este tipo allí? Ese lugar rodeado de cerámicos blancos pero totalmente oscuro. Enloqueció y lo ataco.
Inmediatamente llegaron los médicos, seguro le aumentarían la medicina como cada semana, en cada visita. No la preocupaba, solo quería volver con Abi.
-No te entiendo, hija, necesitas a alguien que te haga bien, ¿Por qué no lo quieres a él? - insistió su madre.
-La tengo a Abi- respondió en voz baja.
-¿Quién?
-Ella.
Su madre se dio vuelta y vio al reflejo de su hija en el espejo, no comprendía.
La señora abandono la habitación y corrió por el pasillo, pidió el diagnostico resiente de su hija. Tomo la carpeta y comenzó a leer. "Bla bla bla, si está loca, si, bla bla bla" continuo pasando las hojas. Paro de repente. "Cassie Philip contiene un enorme afecto hacia ella misma, se la ha visto besando el espejo o abrazandose a ella misma. Habla de noche, con una tal «Abi», se cree que es homosexual y que se ha enamorado de ella misma. Nombre de la enfermedad: no identificado aún."