pusilánime | soojun

trece

"Pasaré por ti a las ocho"

Yeonjun relee el mensaje que le envió Soobin en la mañana antes de revisar la hora en su celular. Son las diez de la mañana, tiene aproximadamente diez horas para prepararse para la dichosa fiesta ostentosa anual de los Park pero aún así siente que no le va a dar tiempo.

—  ¿Hay algo que esté buscando en particular?— La voz amable de una de las trabajadoras llama su atención y Dios, Yeonjun no debería estar en una tienda para bebés si quiere estar listo a tiempo.

Más Kang Hye existe y Choi Yeonjun es débil ante su sobrino postizo. Necesita consentirlo.

— Sí, la verdad es que estaba buscando la sección de peluches. — Responde y tras una amable sonrisa y cortas indicaciones, Yeonjun se encuentra en su destino y sus ojos brillan maravillados ante la variedad de juguetes.

¿Debería vender su alma al diablo y comprárselos todos?

—  ¿Yeonjun-ssi?— Una voz lo llama, provocando que dé un pequeño salto en el lugar. Gira su cabeza hasta donde un curioso aroma a fresas y leche es más intenso, y sus ojos se abren amplios en reconocimiento. —  Oh, sí eres tú. 

— Hola. — El castaño murmura con una sonrisa. — Perdón pero no sé tu nombre.

— Park Sunghoon. No me presenté aquel día en la oficina.— Le extiende una mano en saludo, que pronto es correspondida por Yeonjun. — No me diga que el señor Choi va a ser papá pronto.— Los ojos del castaño se abrieron ampliamente.

— No, no, no. Vine a comprarle unas cosas a mi sobrinito. —Le dice y Sunghoon le sonríe bonito. — No me percaté el día que fui a verlo, pero tú sí que esperas un bebé. ¿Cuánto tiempo tienes?

— Hoy hace dos meses. —Responde feliz.— Vine con unos amigos, ven con nosotros. — Le ofrece y las mejillas de Yeonjun se sonrojan un poco ante la propuesta.

— ¡Sunghoon-ah! ¡Mira que lindo! —Un chillido feliz interrumpe su conversación y pronto dos chicas se acercan a ellos con pequeñas prendas en sus manos y ojos brillantes.— ¡Mira Sunghoon Oppa!¡Es un osito! ¡Oh, hola!— Yeonjun recibe un corto abrazo por parte de una de las chicas, mientras que la otra le dedica una sonrisa y un corto saludo con la mano.

— Jieun, Soyeon. Él es Yeonjun. —Los presenta y ambas chicas le dedican una reverencia.-Nos va a acompañar. —El Omega abre los ojos sorprendido y Sunghoon le dedica una sonrisita. — A ver, ¿qué tienen para mí? —Soyeon se acerca con rapidez, apartando a Jieun, quien deja escapar un quejido.

— Observa este pequeño vestido. —Le muestra la prenda de un tono rosa fresa, con varios encajes en la parte inferior y varias perlas adornando toda la superficie de la tela. —Es hermoso. Hay que comprarlo, voy a comprarlo. Es más, ¿por dónde está la caja?

— Soyeon, no sabemos si va a ser niña o niño. —Sunghoon le dijo con una sonrisa.— Si resulta ser varón, vas a gastar dinero en vano. —Ella arrugó sus cejas ante las palabras del Omega.