Soy lo que una vez llamaron "un instrumento del destino". Mi porcelana , hecha a la perfección, y mis detalles finamente esculpidos me convertían en un símbolo de poder, honor y grandeza en mi época dorada. Pero los siglos pasaron, y me vi relegado al olvido, pasando de mano en mano, hasta que Bruno me encontró. Desde el momento en que me sostuvo, comprendí el peso del vacío que cargaba en su alma.
Bruno, un hombre atrapado en sus propias mentiras, me utilizó como su estandarte. Me colocó en el centro de la mesa de su casa, como un trofeo que pretendía ocultar las grietas de su vida. Los niños corrían a su alrededor, inocentes, mientras él se refugiaba en las ilusiones de poder y control que proyectaba. Marie, su esposa, soportaba en silencio el desmoronamiento de lo que alguna vez pudo haber sido una familia. Pero yo lo sentía, el vacío en cada gesto de Bruno, la frustración reprimida en cada mirada que intercambiaba con Marie.
Había algo en Bruno que me resultaba familiar. Su desesperación por llenar ese abismo interno me recordaba a uno de mis primeros dueños, un hombre poderoso, pero frágil, que también buscaba en mí una especie de consuelo. Pero no fui capaz de ayudar entonces, y ahora, siglos después, me encuentro de nuevo en la misma situación.
Era una noche común cuando todo cambió. Marie, que siempre había sido la fuerza oculta detrás de la familia, finalmente rompió su silencio. Con una mezcla de miedo y determinación, enfrentó a Bruno por su indiferencia, por su dependencia del vino, por todo lo que nunca había hecho por sus hijos. Sentí la tensión crecer en el aire, como si el mismo tiempo se detuviera para observar lo inevitable.
Bruno, como si hubiera esperado este momento durante años, me tomó. Mi peso en sus manos se sintió diferente esta vez. El vacío que lo consumía finalmente encontró una salida, y yo, una vez más, me convertí en un instrumento de tragedia. No pude evitar lo que vino después; una historia de poder, control y autodestrucción que se repite a lo largo del tiempo, con diferentes nombres, en diferentes lugares, pero siempre con el mismo final.
Soy el eco de una historia milenaria, y aunque mi apariencia cambia, siempre regreso al mismo punto: el vacío que los humanos intentan llenar, pero nunca logran dominar.
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EL FLORERO
Short StoryEn "El florero ", un objeto inanimado narra la historia de su largo y azaroso recorrido por diferentes dueños, hasta caer en manos de una familia donde las apariencias y el control dominan la vida cotidiana. Desde su posición privilegiada en la casa...