Omega consentido ¦ Mini fic

01

El avión aterrizó en Madrid, después de un viaje de más se 15 horas, por fin habían llegado. Wooyoung se estirazaba en su asiento, había dormido durante muchas horas y lo había hecho muy bien, se sentía completamente descansado, Yeosang, sentado a su lado, comenzaba a recoger sus cosas.

- Hola dormilón, limpiate la baba - dijo riendo.

Wooyoung sintió como sus mejillas ardían debido a la vergüenza, se limpió la boca con la manga de su sudadera y comenzó a recoger sus cosas de manera rápida.

Todo el grupo iba subido en la furgoneta que los llevaba al hotel, Wooyoung se sentía intranquilo y nervioso, no sabía que le pasaba a su omega, pero éste estaba muy nervioso y hacía que su estómago se revolviese.

- ¿Que te pasa? - preguntó Yunho, que estaba sentado a su lado - tu olor, uhm... - dijo aspirando el aire - ¿Tienes el celo? - preguntó en un susurro.

Entonces Wooyoung lo recordó, su celo llegaba en estos días, sintió como si un cubo de agua fría cayera sobre su cuerpo, se quedó totalmente congelado. Nervioso, empezó a abrir su mochila, buscando sus supresores, rezando para encontrarse con algún blister de pastillas.

- No están, no tengo - dijo agobiado

- ¿Qué pasa? ¿Qué no tienes?

- Supresores... No me he acordado de echar ¡Dios!

- ¿Pero enserio tienes el celo?

- Me tiene que venir, sí...

- Ya sabes que hay que avisarlo.

- Se me ha olvidado.

- Bueno... Luego buscaremos bien en tu maleta, o tal vez yo tenga alguno.

San observaba la escena atento desde uno de los asientos de atrás, mirando a Wooyoung con ternura, desde siempre él se había encargado de cuidarlo durante sus celos pero desde el último, Wooyoung se distanció de él, al menos así lo notaba San. Solo hablaban lo básico, ya casi ni hablaban, él siempre era el que lo buscaba y Wooyoung siempre se alejaba rápido y parecía evitarlo durante los ensayos y durante la convivencia, incluso ahora, había intentado sentarse a su lado durante el viaje pero éste dijo que el asiento de al lado estaba guardado para Yeosang, cuando San lo vio sentado al lado de Yunho. Se sentía triste, su alfa quería estar con él y hoy se sentía aún más triste, después de escuchar la conversación, entendió el por qué...

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Wooyoung llegó a la velocidad de la luz a su habitación asignada, la abrió lo más rápido que pudo y ni se paró a mirarla o hacer una pequeña inspección. Simplemente tiró la maleta al suelo y comenzó a buscar desesperado algún supresor suelto.

- ¡Lo encontré! - dijo a ver una tableta de pastillas entre la multitud de ropa.

La agarró y toda felicidad se esfumó cuando se dio cuenta de que solo le quedaba una pastilla. Tenía ganas de llorar, esto era la primera vez que le pasaba, siempre estaba muy pendiente de su celo y solía estar preparado con supresores de más. Resignado, se echó en la cama, suspiró profundo y se tapó sus ojos con su brazo, dejando libertad a la primera lágrima de frustración.
Unos toques en la puerta lo sacaron de su depresión, esperazando a que fuera Yunho con una caja llena de supresores, saltó de la cama, un olor demasiado conocido llegó a sus orificios nasales  "chocolate, es San" pensó.

Wooyoung pensaba en si abrir la puerta o no, no es que San le hubiera hecho algo malo, al revés, se moría de la vergüenza por lo que pasó en su último celo y ni siquiera podía mirarlo a la cara, tenía miedo de que esté le reprochase por su comportamiento animal. De nuevo unos golpes lo sacaron de su trance, el olor a chocolate seguía detrás de la puerta pero ahora olía un poco más amargo "¿está enfadado?" sus nervios aumentaron, con miedo avanzó hacia la puerta y la abrió despacio y hasta la mitad, enseñando la mitad de su rostro.

- San.

San sonrió y la amargura del olor desapareció por completo, su omega gritó ir a sus brazos, aunque Wooyoung no entendía por qué...

- ¿Estabas dormido?

- No.

- ¿Te pasa algo? ¿Por qué te escondes? - su mirada entristeció y bajó la cabeza.

- San...

- ¿Sí? - sus ojos se iluminaron, esperando la pregunta que recibía todos los meses.

- ¿Que querías?

De nuevo, Wooyoung se alejaba, su lobo quería llorar.

- Es que... Yeosang y yo vamos a salir a comer churros con chocolate ¿Quieres venir?

- Ahh, no, no me apetece salir, estoy cansado.

- Está bien... Descansa.

- San...

- ¿Sí?

- ¿Vais Yeosang y tú solos? - su omega se retorcía de celos en su interior, Wooyoung no sabía que pasaba.

- Sí ¿por qué?

- Uhm... Pero Yeosang es omega - dijo casi en un susurro.

- Lo sé ¿que pasa?

- Uhm... Tu eres alfa - dijo con un puchero.

- Ya...

- Yeosang no es tu omega.

- Lo sé, no es mi omega - dijo sonriendo, Wooyoung estaba celoso y eso lo ponía muy feliz - ¿Vas a venir entonces?

- No...

- Está bien.

San hizo una pequeña reverencia como despedida y cabizbajo, se giró para empezar a caminar mientras Wooyoung cerraba por completo la puerta, pero de repente la abrió por completo y se asomó al pasillo, San aún estaba cerca.

- Espera ¡San!

Su lobo interior saltó enseguida y se giró por completo hasta mirar a su delicado omega. Sí, San sabía que Wooyoung era su omega, lo había confirmado la primera vez que se quedó a cuidarlo en su celo, lo sabía desde la primera vez que lo vio aparecer, su lobo daba vueltas cada vez que este se acercaba, pero, parecía que Wooyoung no lo sabía...

Los celos para San fueron una tortura, tenía que estar con su omega y tenía que controlar sus ganas de marcarlo y de hacerlo suyo para siempre, pero aún así disfrutaba de hacerlo. Él quería cuidar a su hermoso omega, él quería mimarlo y darle todo lo que esté pidiera y lo hacía, siempre le consentía durante sus celos, solo que no le daba lo que más pedía, por que eso lo quería hacer con su omega racional y no con su omega en celo.

- ¿Me podrías traer churros? Por fi.

- Claro que sí.

- Con mucho chocolate, por favor.

San sonrió en grande, que a Wooyoung le gustase tanto el chocolate le hacia pensar que le gustaba su olor.

- Sí, omega.

"¿Omega? ¿Por que le decía así?" el interior de Wooyoung se puso a saltar de felicidad y él, nervioso, no sabía que hacer, así que salió corriendo y se encerró en su habitación, sus mejillas estaban ardiendo, fue corriendo al cuarto de baño y se observó en el espejo. Efectivamente, estaba tan rojo como un tomate.

San rió al ver aquella escena y se sintió satisfecho por haber provocado ese nerviosismo en Wooyoung, feliz se fue a por el capricho de su omega.