Narrador: Era una habitación de un mago relativamente espaciosa y con mesita y baño propio, a diferencia de los alquimistas y los guerreros los magos tenían las mejores habitaciones individuales y con baño propio. En eso suena una alarma mágica, un robot de madera que funcionaba dándole cuerda mágica. Este hizo sonidos de pájaro cómo lo haría un ave real, despertando a la dueña de la habitación.
La dueña intentó agarrar la ave mecánica desde su cama, pero esta daba saltos para esquivar su mano. Molesta y sin querer salir de su sueño, buscó entre la mesita cualquier cosa para lanzar. Lanzando cualquier cosa que encontraba, pero sin parar al bendito robot de madera, haciendo que tome sin darse cuenta y inconscientemente usar un hechizo. Haciendo que el robot estalle, asustando a Camie que cayó de la cama para levantarse desorientada y asustada con su varita en la mano.
Camie: ¿Qué pasó?! (Apenas se calmó su respiración, decidió llevarse su varita para ir a lavarse los dientes). Sip, usó su varita para lavarse los dientes porque no encontraba su cepillo en su mesita de luz. Así que iba a improvisar. (Aunque se sentía algo culpable usando algo que le dio Izuku cómo un objeto trivial, en verdad le tenía en alta estima).
Cuando escuchó cómo alguien entraba a su habitación con una llave (solo pocas personas podían acceder a la habitación de otro estudiante), Rumi, una morena de ojos rojos con orejas de conejo, avisó asustando a Camie. Camie le lanzó su ropa a Rumi para empezar a vestirse con el uniforme típico de bruja. Una vez que se terminó de cambiar, saltó a la espalda de Rumi y empezaron a correr hacia el lugar dónde hoy tendría clases, en el patio escolar.
Rumi: ¿Me recuerdas porque soy tu chofer? - Le preguntó a Camie mientras corría y demostraba sus habilidades evitando a espíritus y cualquier obstáculo que se oponga.
Camie: Hoy tenía clases en el exterior (dijo, alarmada, recordando la anterior vez que tuvo clases al aire libre).
Rumi: No romperás tu varita, ¿verdad? - Cada vez que se rompía una de las varitas de Camie, había un estallido de magia.
Camie: Eso espero (dijo temblando. La anterior vez, mandó a volar al personal de la escuela).
Así llegaron al gran patio de la escuela, donde había hechiceros haciendo gala de sus habilidades lanzando bolas de fuego al aire para caer cual meteoritos.
Camie se sintió mal al ver cómo todos podían hacer cosas increíbles menos ella.
Seguramente se rompería su varita otra vez, ya que no entendía qué pasaba con ella. Cada vez que hacía magia, sus varitas terminaban hechas pedazos antes de ejecutar su hechizo. Eso era un problema, ya que se burlaban de ella cada vez que fallaba y Rumi debía defenderla.
Debido a que los guerreros debían proteger a sus magos designados y sus alquimistas designados, asegurándose de que siempre estén bien. Esto incluía hacer lo impensable por ellos, para entrenarlos cada día de la semana, recibían instrucciones de prioridad de cuidado. Sin embargo, en casos de caos, esa prioridad cambiaba automáticamente a máximo.
Camie: ¿Cómo me veo? - Preguntó mientras Rumi se enojó, para acomodarle la ropa y el pelo, para que esté bien decente para la clase.
Rumi: Justo te tienes que quedar dormida en un día dónde te tengo en prioridad, canciller.
Camie: Jejje... Rumi le dio una barra de comida nutritiva en forma de desayuno.
Rumi: Luego me darás parte de tu almuerzo, esto no es una limosna.
Izuku: Hola. Camie también saludo.
Camie: Oh, hola Izuku. Colócate así.
Rumi: No hay tiempo!
Rumi pasó entre medio del entrenamiento mientras hacía la carrera de obstáculos, y luego de eso agarro una barra y la uso para impulsar un salto y llegar hasta un lugar dónde los profesores daban calificaciones por el salto recibiendo muchos 10 y aplausos de los alumnos.
Loreen: Se que suena raro pero no les parece hipnótico verla humillar a todos en las pruebas físicas?
Rokuta: Lo malo es que todas le miraban por esas hermosas piernas que lleva.
Loreen: Estoy de acuerdo.
Rokuta: Bueno es tu turno, así que buena suerte y intenta enseñar lo que vales a esa chica. Izuku miró a Camie y esta le dio una señal de que él podía hacerlo.
Loreen: Olvidaste decirle que Monoma iba a recibir el alta hoy del hospital de la escuela.
Rokuta: Shhhh, déjalo que se entere solo.
Rumi llegó y le dio un sombrero nuevo que la misma morena confeccionó porque el anterior se hizo cenizas.
Camie: Está lindo Rumi.
Rumi: Gracias. Rio nerviosa para mirar fulminantemente al pecoso después. Si la haces llorar te quiebro las piernas.
Izuku: Lo sé.
Rumi: No quiero ver triste a mi única amiga, eso tú lo sabes.
Izuku pensaba que Rumi no lo quería, aunque era todo lo contrario.
Ella en verdad lo quería, pero en su clan no le enseñaban cosas normales. Aparte de eso, se notaba que lo quería ya que su colita se movía de lado a lado al verlo.
Rumi: Eres mediocre pero no tanto.
Izuku pensaba que era muy malo, pero ella lo decía como elogio.
Izuku: Perdón por ser mediocre, suerte en tus clases supongo.
Y cada uno se fue por su lado.
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Moon Alchemist
Fanfictionhistoria en colaboracion con @Brian_Teorias en una vieja casa abandonada por el tiempo en ruinas mostrando como era un pasado que el tiempo se llevo, objetos antiguos llenos de polvo, oxido y moscas, había una gema que incluso llena de polvo brillab...