capitulo 9

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Era la gran noche, pero el coronel no había llegado. No desde que decidí quedarme con los regalos del elder. ¿Cuántos días más seguiremos así? Él sigue yendo al palacio como si nada, como si lo que ocurre entre nosotros no le afectara. Me siento usada, no me gusta. Es un macho, como todos, sin importar la especie; todos nos utilizan a su antojo...

—¡Mi señora! ¡Ya han llegado con su vestido! ¡Y la señorita Seraphine también! — gritó Kiláz detrás de mi puerta.

Bajé la gran escalera y vi a los sirvientes con varias cosas en las manos. Y ahí estaba Seraphine, tan hermosa como siempre, con un vestido y adornos de color agua que destacaban su cuerpo tonificado. Sus rastas estaban adornadas con detalles dorados.

—¡Seraphine! Estás preciosa —la abracé fuerte, necesitaba ese abrazo más de lo que imaginaba.

—Anya, te traje todo lo que necesitas.sé que mi hermano no ha estado estos días, y lo lamento —me dijo mientras quitaba un mechón de cabello de mi cara—. Pero debes olvidar eso,ahora lo importante es lo que viene.,escogiste un color que te hará muy visible, llamarás la atención más de lo normal, y eso podría traerte problemas.

—¿Por qué dices eso? Solo soy una humana... No puedo compararme con ustedes.

—Las hembras Yautjas pueden ser muy territoriales, y aunque los machos no estarán presentes en el salón, sí lo estarán en los balcones que dan al centr,ellos te verán, como ya has recibido un regalo de otro Yautja, algunos podrían pensar que también pueden cortejarte, lo que no agradará a las demás hembras.

—Pero ustedes tienen permitido estar con más de una pareja...

—Sí, pero eso no significa que les guste compartir —sonrió—. Bueno, aquí tienes tu vestido para esta noche.

Sacó de uno de los baúles un vestido rojo hermoso, ceñido, que dejaría ver muchas partes de mi cuerpo. También me mostró adornos para el cabello, mientras los sirvientes pintaban extraños símbolos en mi piel.

Mientras Seraphine me hablaba sobre los peligros, sentí algo raro en mi ,me empecé a ofuscar , ¿Por qué debía caminar con cuidado en este mundo? ¿Por qué tenía que ser yo la que siempre cedía? La rabia empezó a crecer en mi interior, aunque no lo mostrara.

Ya listas, nos dirigimos en una pequeña nave hacia el lugar.

—¿Él va a estar ahí, Seraphine?

—Tiene que estar. Solk es el coronel del elder, es su obligación acompañarlo. Pero recuerda, no tendrá contacto contigo, solo podrá observar desde los balcones.

—Estoy muy nerviosa...pero tampoco quiero que las demás crean que pueden pasar sobre mi

—Tranquila, yo estaré contigo y no me iré de tu lado en ningún momento.

Le sonreí, aliviada de no tener que enfrentar esto sola.,llegamos a un gran palacio, lúgubre, con decoración rústica y estatuas de Yautjas en la entrada,al bajar de la nave, vi animales extraños, como perros gigantes y criaturas parecidas a caballos,el lugar era magnífico,la entrada estaba adornada con luces y enredaderas.

Al entrar, comprendí que Seraphine tenía razón,llamé la atención de inmediato,las Yautjas en el salón se quedaron en silencio, observándome.,eran altas, atléticas, cada una más imponente que la otra.

—Ven, Anya, te presentaré a algunas Yautjas.

Pasamos mucho tiempo conversando y saludando a diferentes Yautjas.,entonces, escuchamos unas campanas; al girarme, vi que se abrían unas puertas gigantes,ahí estaba él, mi coronel, imponente como siempre, con su semblante serio.,a su lado, supuse, estaba el elder Ragok, solo un poco más alto que Solk, con una capa y numerosos adornos en sus rastas,en un momento, Solk me miró,nuestras miradas se cruzaron y mi corazón comenzó a latir frenéticamente,hacía días que no lo veía, ni lo sentía cerca,pero él no hizo gesto alguno y siguió al elder hacia otro rincón del segundo piso.

the yautja obsession Donde viven las historias. Descúbrelo ahora