𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫 𝐢𝐧 𝐦𝐞 ⠀»
⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ . . . a bill skarsgård fanfiction
Un alma maligna y solitaria vagaba siempre con un mismo objetivo. Hasta que tú, su inesperada perdición, te cruzas por su camino. Tras aquel recóndito lugar, en su esencia, a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗺𝗼𝗻𝘀𝘁𝗲𝗿 𝗶𝗻 𝗺𝗲 | 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟗. "the ruins of the day paintedwith a scar, while he breathesin the dark. But you know that if ithides, it doesn'tgo away"
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los matices cálidos del atardecer pintaron de calma el cielo rosáceo. El auto arrancó suavemente, dejando atrás la biblioteca y sumergiéndose en la tranquilidad de las calles bordeadas de árboles. La puesta de sol envolvía la escena al momento que aún buscabas tras el espejo retrovisor el suspiro de sus ojos, grandes e intensos. Topándote únicamente con parte de tu reflejo, una versión tuya dispersa y desorientada después del día caótico que acababas de tener.
El aire sobrecargado de silencio parecía indicarte que no duraría mucho. Tu madre mantuvo sus manos firmemente sobre el volante, y te fue inevitable captar como te observaba de reojo. La tensión en el aire era palpable, algo estaba por salir a flote.
Hasta que, finalmente, mamá habló. —¿Y bien?— Preguntó, sin apartar la vista de la carretera, pero con el tono curioso que reconocías bien. —¿Me vas a contar quién es ese chico con el que estabas?
Parpadeaste, despertando de tus cavilaciones y girando la cabeza hacia ella. Intentaste mantener la compostura en tu falta de preparación ante la pregunta. —¿A qué te refieres?— Contestaste, casi por inercia, sabiendo que la evasiva no te llevaría muy lejos. Terminas por rendirte frente su mirada severa. —Es... — Empiezas, intentando encontrar las palabras adecuadas. —Solo alguien que conocí hace un tiempo. No es nada serio.
—No parecía ser "nada serio"— Mamá réplica con los rastros discretos de una sonrisa. —Más bien parecía que estabas bastante cómoda con él. Además, el chico no quitaba los ojos de ti. Parecía... cercano.
Un momento de mudez precede sus palabras, cargado de esa tensión incómoda que suele surgir cuando una madre percibe algo más profundo de lo que se le dice. Suspiras, sabiendo que sería difícil desviar la conversación.
