Parte 2

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Dazai sintió que su cuerpo flotaba en un lugar cálido y agradable. Al dormir, jamás había tenido esa sensación de paz y se negó a despertarse. En su mente se proyectaron recuerdos sobre él y Chuuya.

La primera vez que se conocieron fue cuando Chuuya aún estaba con las ovejas. Ese semblante fruncido que parecía estar siempre adornado su rostro. Sin embargo, conforme los recuerdos avanzaban en su mente, observó que los ojos del chico en ocasiones lo veían preocupado, sorprendido, molesto y posteriormente con anhelo y tristeza. Incluso cuando Chuuya creía que no se daba cuenta de cómo lo miraba, él siempre lo tenía presente.

Esos bonitos ojos azules que lo invitaban a ahogarse en ellos y que había ignorado a posta porque no deseaba darle falsas esperanzas de una felicidad que no sabía si podía darle. Era más fácil de ese modo; fingir que no lo sabía, que Chuuya tenía sentimientos por él porque si lo hacía, él tendría que admitir que también tenía sentimientos por Chuuya.

¡Detente!— recordó gritarle a esa versión oscura de su negado amor. Estaba matando a la persona que amaba.

— ¡Chuuya!—gritó y se despertó en medio de una gran nada de color azul, parecía el mar y curiosamente podía respirar en él. Estaba flotando ¿dónde estaba?

Se percató que usaba las ropas que usaba durante su estancia en la port mafia, ese traje oscuro que reflejaba la oscuridad de su alma y por supuesto, sus inseparables vendas. Estaba sumergido en medio del mar pero no se ahogaba.

Miro por debajo de sus pies y solo encontró oscuridad, intentó nadar hacia la superficie pero por mucho que braceo no podía salir de ahí.

"¿Qué es este lugar?" pensó cuando una voz que no pudo ubicar de dónde provenía le habló.

—Te estaba esperando—habló una voz reverberante.

Dazai observó hacia abajo cuando noto que alguien estaba frente a él, era Chuuya pero enseguida se dio cuenta de su error.

— ¿Quién eres?— preguntó Dazai y se percató que su voz sonaba bien a pesar de estar en ese ambiente acuático.

—Así que te diste cuenta— sonrió aquella otra versión de Chuuya que no era la corrupta que había visto en primer lugar. Esta poseía un par de cuernos saliendo de su frente y vestía unos extraños ropajes que consistían en un top y pantalón negro y una amarra de color rojo en su cintura.

—Vamos en el fondo me conoces, tú eres el único al que cuyo toque respondo— explicó aquella versión de Chuuya obsequiándole una sincera sonrisa.

—Vamos en el fondo me conoces, tú eres el único al que cuyo toque respondo— explicó aquella versión de Chuuya obsequiándole una sincera sonrisa

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—Arahabaki— pronunció Dazai sin miedo a equivocarse.

—Así es, sabía que me reconocerías— dijo el hombre flotando hacia él acortando la distancia entre los dos y estiro sus manos para sujetar las manos de Dazai.

—Siempre anhele tenerte así de cerca sin usar el cuerpo de Chuuya sino el mío pero si lo hiciera podría matarte— suspiro tristemente entrelazando sus dedos con los del ex mafioso.

Un día cualquiera en Yokohama (Dazai x Chuuya)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora