Capítulo 3: "Las señales eran obvias pero mal pensadas"

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MinHo suspiró frente a la puerta de la casa de su mejor amigo, ¿Él realmente estaba preparado para esto? No, no lo estaba, pero si estaba preparado para dar cualquier paso adelante para al menos sacarse ese peso del secreto encima.

Se miró por la cámara de su celular, estaba seguro de que se perfumo y baño, solo por si lo besaba.. O lo tocaba o solo por si las dudas, él debía de estar limpio. Dios, en qué pensaba.

Su mano en puño tocó la puerta, ¿Acaso estaba loco o escucho incluso el eco de las pisadas del chico? ¿O solo estaba nervioso y su oído estaba más atento?

Había pasado 2 horas en depilarse (por si acaso) en bañarse (por si acaso) y en ponerse cremas con un olor rico de una mezcla de frambuesa y pimienta rosa, él quería impresionar, de verdad quería al menos verse apetitoso... Por si acaso.

JiSung con una sonrisa de un príncipe azul abrió la puerta dejándolo pasar. MinHo notó en dos segundos que su mejor amigo estaba nervioso, las mejillas estaban rojas y notaba como apretaba sus dedos, ante eso, él también se puso mucho más nervioso.

¿Acaso esta era la noche?

Aún tenía miedo, no quería verse demasiado obvio, sonrió saludando con un suave "hola" mientras observaba lo que llevaba puesto hoy.

—Pensé que llegarías más tarde, son aún las once —dijo JiSung aún con su mirada en MinHo.

Este negó moviendo su cabeza. —Estamos grandes como para madrugar, ¿O no? Tenemos tiempo para comer esto que traje para ti —mostró su mochila.— Y para hablar de lo que quieras...

La mirada del menor brilló ante la propuesta, como si no lo hubieran hablado antes y el corazón del mayor latió como si no lo hubiera hecho nunca.

—Oh si, tenía algo que decirte —sonrió.— Pero vamos a mi cuarto o se hará tarde y el niño quiere madrugar... —vaciló mientras lo abrazaba por los hombros.

MinHo rió. —Respeta a tu hyung, mocoso —reclamó mientras lo codeaba alejándolo.

Algo lo tomó por sorpresa, y fue cuando sintió la mano fría de JiSung agarrando la suya, e chico lo guió a su cuarto mientras subían las escaleras a toda velocidad. Sus mejillas estaban rojas, al igual que sus orejas y su corazón latía mucho más que antes.

¿Acaso le estaba tomando de la mano en un momento totalmente innecesario?

Se estaba ilusionando, lo sabía, pero se sentía tan bien. El ilusionarse era tan lindo, porque hacía bailar a esas mariposas su estómago, sentía que su corazon quería saltar de felicidad y que una sonrisa se posaba en su rostro ante cualquier movimiento o palabras inesperadas.

¿Era una estupidez sobrepensar aquella agarrada de mano? No solia suceder mucho. Aunque sí, ellos eran demasiado cariñosos, con abrazos melosos y miradas profundas, pero había una línea de no sobrepasarse, que Minho suponía que los dos sabían aún si antes haberla hablado.

Y el tomarse de las manos de aquella manera, se sentía tan íntimo, tan ellos.

Al llegar JiSung se tiro a su cama, soltando su mano, ¿Por qué sintió que había sido ese momento tan corto pero su felicidad tan larga? Su sonrisa se fue de su rostro e intento recuperar la compostura.

El menor agarró la mochila de su mejor amigo y la abrió. —Dios, amo estas doritos —Exclamó con alegría mientras las sacaba.

MinHo suspiró asintiendo mientras mostraba una sonrisa tonta, el verlo feliz también le daba esperanzas. ¿Acaso él no era perfecto? Siempre llevaba todo lo que a su chico le gustaba.

Su mejor amigo, corrigió en su mente.

—Lo sé, por algo las traje..

—Ven, hablemos —el menor palmeó el lugar a su lado, mientras se acomodaba y abría los envoltorios de las frituras.

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⏰ Última actualización: Oct 15 ⏰

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Un pez en su pecera | MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora