Capitulo 30

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Fekeli la tomó de cintura y la pegó a su cuerpo, los labios de Fekeli descendieron hasta su cuello, la lengua y la mano atrevida rodeó sus senos haciendo que las puntas se erizarán, ella gemía descaradamente con total libertad de estar a solas, sintiendo y reflejando el placer. Las manos de Ali abandonaron los pechos ahora sensibles, la guió hasta la cama y con cuidado la sentó  sobre esta, para luego empujarla y dejarla completamente acostada, la vio temblar, su mirada estaba dilatada, y miraba con atención su ruta erección, ella relamió sus labios sabiendo que ese impotente miembro pronto estaría dentro de ella. Fekeli sonrió lentamente al ver esa mirada necesitada, no pudo soportarlo más y la tomó de los tobillos jalándola hacia el, abrió sus piernas y sin decir nada de una sola estocada entró en ella.

Hunkar: !Ahhh¡ gimió ella, su cuerpo tembló y su espalda se arqueó, al momento que vio invadida por su gran miembro, están muy complacida y incomoda

Era un dolor placentero, uno que casi la estaba volviendo loca, él dejó las piernas de ella en sus hombros mientras la penetraba con fuerza. Hunkar sentía que en cualquier momento se volvería loca, los gemidos y gritos se escapaban de su boca sin poder evitarlo, el placer está casi doloroso, hasta el punto de no poder  evitar arquear la espalda y mover su cintura buscando más fricción entre sus cuerpos.

Hunkar: ¡Ahh! ¡Si! Ali más, más rápido por favor!
Tomo la cintura de Hunkar mientras se movía con más fuerza aumentando la intensidad de sus movimientos. Sus celos se hicieron evidentes con cada penetración, marcando su posesión con cada movimiento,ella agarró su brazo con la boca entreabierta y los labios ligeramente hinchados. Fekeli chupó el labio inferior de Hunkar y dejo un rastro rojo en su cuello.

Los movimientos se volvían más intensos, Hunkar sujetó su cabello, jadeando y sintiendo que él la penetraba con más fuerza, no fue algo delicado; fue salvaje sus pechos se frotaron con sus pecho desnudo, el sudor de los dos se mezcló, el beso su cuello, marcándola y dejando chupetes extremadamente marcados por todas esas partes, y cada vez hizo que sus movimientos sean más desregulados, con cada embestida la estaba llevando al borde del clímax .

Fekeli: Eres mía, solo mía, recuérdalo....gruño mientas movía sus caderas con dureza, y sus pulgar presionó el pequeño clitoris de ella haciéndola gritar.

La miro a los ojos color esmeralda que lo volvían loco, la estaba poseyendo de una forma bestial, la adoraba y amaba hacerle el amor, con delicadeza y amor, pero jamás la tomo con la fuerza con al que lo estaba haciendo ahora, se podría decir que todo esto se debía ante su instinto posesivo, ese que salió a la luz cuando un hombre intentó seducirla y declararle su amor, lo ponía celoso, sacó ese lado que no creía pensado sacar con ella, ante el miedo de lastimarla, pero verla retorcerse de placer bajo de él lo estaba volviendo loco, deseando más y más de ella.

El jamás se cansaría de hacerle el amor de esta manera, de dejarle en claro a quién le pertenecía, ella es su mujer y de nadie más.

Ella no tardo en llegar a un orgasmo desvastador, su cuerpo temblaba con fuerza y sus mejillas estaba mojadas con lágrimas y sudor, él no pudo evitar gemir cuando ella lo apretó una vez más con sus paredes internas, ella gimió de forma lastimera cuando volvió con su labor, una, dos, tres... dejó de contar y sin separarse de la boca de Hunkar dejó que su semilla se derramara en el apretado interior de su amada. Finalmente, ambos llegaron al extasis total.

Fekeli la besó mientras seguía dentro de ella, sintiendo que estaba llegando a su límite y disfrutando de la mujer que yacía a su lado, ambos jadeando, sudorosos. En ese momento, ninguno de los dos pronunció palabra alguna, permanecieron en un silencio completo, con solo el sonido de su respiración llenando la habitación.

Amor en secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora