Eran las 6 de la mañana, apenas me había despertado y se escuchaban los gritos de mis padres peleando, Lily estaba en mi cuarto y yo estaba consolándola, ella todavía no se logra acostumbrar a las peleas de ellos, me da rabia lo inconscientes que son, no ven el daño que le causan a mi hermana.
-No entiendo por que pelean, ¿Es mi culpa?- Dijo Lily, entre llantos-
-No Lily, no es tu culpa, ya sabes como son ellos, siempre discuten- Dije, limpiándole las lagrimas-
-Supongo...-
-Suspire y me quede en silencio- ¿Qué tal si te arreglas para ir al colegio? Así salimos de acá-
-Bueno...-
Lily salió y yo me arregle rápido, luego, los dos salimos hacía el colegio, nos quedamos en silencio, aunque veía más calmada a Lily, sabía que seguía triste por lo que pasó con mis padres, no sabía como animarla, se que a ella le afectan mucho ese tipo de cosas, pero me preocupa que se sienta culpable con todo, al final es solo una niña y no quiero que empiece a tener esos pensamientos a tan temprana edad.
-Oye Lily-
-¿Si?-
-No es tu culpa-
Lily se quedó en silencio, y de pronto, empezó a llorar de nuevo.
-Ay Lily, lo siento tanto, no mereces pasar por todo esto- Dije, dándole un fuerte abrazo-
-¡Es que no entiendo por que son así! ¡Siento que desde que nací solo traigo problemas!- Dijo entre lagrimas, devolviéndome el abrazo-
-No Lily, tu no traes problemas, ellos siempre han sido así, no es tu culpa-
-No se... No quiero ir a clases, me siento mal-
-Te entiendo Lily, pero no podemos faltar, ya sabes lo que hace mamá si faltamos-
-Si... Tienes razón-
-Yo se que cuesta, pero no te preocupes, yo estoy aquí para ti-
Lily sonrío, lo cual me hizo sentir bien, hace rato que no la veía sonreír. Seguimos caminando hacía el colegio y cuando llegamos, deje a Lily en su salón y fui al mío, cómo siempre, Gabriel suele molestarme con sus amigos, hoy no le di importancia, la verdad que ya me sentía demasiado mal como para prestarle atención a el y su grupo, me senté en mi mesa, que siempre esta rayada con un montón de mensajes diciéndome que me suicide y otras porquerías, la verdad lo voy a hacer, pero no se para que me lo recuerdan. Pensé que mi día estaba hecho mierda, pero llego Laura a hablarme, lo que hizo que me sintiera demasiado bien, pero a la vez, bastante nervioso.
-Hola pelo morado, ¿Hiciste mi tarea de Ciencias?- Dijo, con esa sonrisa encantadora-
-Eh... ¡Si! Acá esta- Dije sacando el cuaderno y dándoselo-
-¡Gracias!- dijo yéndose-
-De nada...-
La verdad, ella no me suele hablar mucho, sin embargo cada mínima interacción que tengo con ella me hace demasiado feliz, probablemente ella no lo note, ya que anda de novia con el idiota de Gabriel. Me quedé leyendo un libro, Cien años de soledad, que libro tan hermoso, el único Gabriel que siempre amaré será Gabriel García Márquez, adoro cada una de sus creaciones. Me quedé leyendo hasta que Madelein, mi profesora, llego, llego con un chico rubio, lo cual me parecía extraño, nunca lo había visto en mi vida, en fin, no le presté mucha atención y seguí leyendo.
-¡Buenos días dulzuras! ¿Cómo les fue en su fin de semana?-
-Bien- dijeron mis compañeros-
-¡Genial! Hoy les traigo un nuevo compañero, por favor preséntate-
ESTÁS LEYENDO
Raro
RomanceConnor es un chico de 15 años, vive una vida relativamente normal, aunque vive en un hogar disfuncional, su madre lo maltrata, tanto como a el como a Lily y su padre es ausente. En su escuela le hacen bullying y el detesta así como la mayoría lo det...