i. - Girasoles

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Al noble guerrero equidna le costó horrores aceptar su situación; desde la negación por sentirse atraído hacia alguien de su mismo género pero diferente especie, hasta la aceptación del asunto.

Era más una cuestión de orgullo que de rechazo, puesto a que, de todos los individuos que lo hacían tartamudear, tenían que ser los más molestos e insoportables seres los que más suspiros le han robado... Sin embargo, pese al atractivo fatal de la despampanante murciélago albina, se inclinaba más por la cercanía y seguridad que le brindaba su rival de tonos azules. Si, Knuckles se ve fuertemente atraído por sus ojos verdes y actitud molesta, amaba su sentido de libertad y admiraba de todo corazón su heroísmo, mientras que él no se atrevía a soltar una responsabilidad por más de cinco minutos.

— Entonces ¿al final lo vas a intentar?

Esta tarde iba a ser la tarde.

Nos encontramos en aquella isla flotante. La morena-albina veía como su ex-rival se acicalaba sus púas caídas que daban la impresión de ser rastas, algunas decoradas con una especie de cuentas dorados y el resto recogido en una coleta. Rouge se vio escéptica, se mordía la lengua para no soltar una broma juguetona de como se quedará congelado a media frase viendo como el equidna se tomaba su tiempo para verse lo mejor posible.

Sin dudas, ese estoico guardián estaba muriendo de nervios. Por más que se volvieron amistosos entre ambos, al punto que simplemente le da igual si es o no un patán con ella, Rouge podía ver su ansiedad bajo esa capa de seriedad y rudeza.

— Si. —responde él mirando su reflejo en un espejo que la misma chica le dió— Creo que ya estoy listo para esto.

Aún temeroso de los resultados, Knuckles se muestra decidido. La cazatesoros sabia que era un todo o nada para el pelirrojo, lo menos que podía hacer era darle apoyo moral.

Ella se acercó, retocando el peinado improvisado del guardián rojo para darle un mejor acabado como una manera de reconfortar al formidable equidna, de calmarlo y animarlo a su modo.

— ¿Viste lo que un baño puede hacer? —o bueno, algo por el estilo— Ya no pareces sacado de la época de los cavernícolas.

El equidna entrecerro los ojos ante el jueguito de la morena, internamente agradeciendo que tomará sus manos el asunto de su cabellera.

— Que graciosa eres. —responde Knuckles, sarcástico, pero luego la ve— ¿Tienes lo que te pedi?

La alada asiente en respuesta. Rouge saca de su bolso un bonito ramo de girasoles perfectamente acomodado en un papel de color azul, decorado con un moño dorado. Ramo el cual Knuckles toma con una delicadeza impropia de él, miro el ramo por un momento, quedándose en un silencio que refleja su incertidumbre y ansiedades. No hablamos de una reunión improvisada sino una declaración, posiblemente el momento más vulnerable que el guardián podría tener en su vida.

Él solto un suspiro, como si buscara valentía, como si ese solo acto fuera suficiente para comerse al mundo entero pero sentía miedo.

— ¿Crees que le guste? —pregunto sin quitar la vista a los girasoles— Las flores.

Rouge en señal de solidaridad asienten, toma sus hombros y los aprieta con suavidad. Le sonrie con calidez y cierta dulzura, otra vez impropia para alguien que emana sensualidad e ingenió, actuando como una dulce hermana mayor y casi maternal.

— Es Sonic, no creo que le importe —responde una Rouge tranquila— pero apreciará el detalle.

Knuckles, otra vez, soltó un suspiro:

Quiero vomitar...

Admite en voz baja, esta vez sonriendo nervioso. Toma una de sus rastas peinadas mientras juguetea con ella, enredandola con su pulgar. Su mirada ansiosa y sus labios fruncidos, inseguro de lo que iba a hacer.

— Es Sonic. Sabes lo mucho que me...

— Knux, solo da ese salto.

Interrumpe la albina. Knuckles solo miraba el borde que parecía llevar a la absoluta nada gracias a las nubes que cubrían la isla.

Metafóricamente hablando si, no podía creer que estaba a punto de hacerlo. Al estar aislado tus habilidades sociales técnicamente son nulas, y aunque ha mejorado con el tiempo, el tema de los sentimientos románticos era más complejo que mantener a flote una relación platónica, era más difícil admitir que lo platónico simplemente mutó a algo más fuerte.

No le quedaba más que aferrarse a esa esperanza de un “Sí, si quiero ser tu novio.”

De un beso que tal vez nunca llegue, un abrazo que no se sienta como los que se habían dado o una toma de manos que se sienta más que un simple apretón.

Pero Knuckles era un guerrero, un guerrero valiente que se iba a dejar vencer por el miedo.

Bueno, es ahora o nunca.

Anunció. Rouge abre los ojos; ella esperaba que no se tomará lo del salto en serio.

— Knuxie, no creo que deberi-

El hombre ignoro a la murcielago de forma profesional, ni siquiera la dejó terminar cuando se lanzó a las orillas de la isla. De ahí, comenzó a planear. Rogue se quejó, dando un pisotón al suelo porque tu arduo trabajo de hacerlo ver presentable se tiró a la basura.

El día en el que Knuckles confesaría parecía perfecto, aun con las fallas: llegaría a tierra firme, iria hacia el parque del pueblo a buscar Sonic, se declara e irían por esos chillidogs que tanto amaba.

Un plan aprueba de fallas aún cuando su aspecto se desmejoro con el planeo, pero ya no había vuelta atrás. Aterrizó y se arreglo lo mejor que pudo el desastre de rastas que se volvió su cabeza, para ir apresurandose a ver a su enamorado.

— Sonic! hey Sonic! —llamaba por todo el parque, el cual era opacado por los gritos y risas de los niños que jugaban— Soni-

Sin embargo, no esperaba encontrarse con una una imagen desde su propia perspectiva al tocar tierra.

Y es que ver cómo alguien más ya había ganado el corazón del erizo que le robaba los suspiros era doloroso. Jamás pensó que el enigmático Shadow sería aquél que tuviese su corazón, mucho menos que ya tenían más cercanía que simples bromas no correspondidas.

No eran simples modos de burla, sino pequeños besos que se daban con la idea de que nadie los estaba viendo, todo en una burbuja de cariño poco habitual y risas cómplices... Eso llevaba tiempo.

Tal vez pensando que Knuckles de una a tardar en llegar, o porque se topó con el por ahí y no perdió la oportunidad, pero simplemente eso rompió su corazón.

— ¿Sabes por qué te llamo? —logró escuchar, o mejor dicho, leer en los labios del erizo carboncillo.

— Honestamente no.  —por otro lado, Sonic se veía ajeno a la situación, sin ser conciente de los sentimientos del edquina por él. Le otorga a Shadow esa característica sonrisa suya— Pero me dijo que era muy importante.

Lo era... Sumamente importante. Pero aquello estropeó sus planes.

¿Que tan insensible puede ser alguien como para seguir sonriendo? ¿Como se atreve a ser felíz?

Echado. Derrotado de retira sin siquiera aparecerse ante Sonic.

Knuckles se dio la vuelta, tirando a la basura lo poco que sobrevivió de aquel hermoso ramo, ira a casa para lamer sus heridas...

Si... Heridas, enfermedad, sería una buena excusa para no verle la cara.

{ . . . }

les adelanto que no, no se va a romper una ship para hacer canon el sonknux, simplemente quise experimentar con una idea que tengo desde siempre.

y datito curioso, la quería hacer con shadails, pero se que los tengo cansados con el shadails y quise salir de mi zona de confort, así que será knuckles el que tiene el corazoncito roto 👀

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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