Una vez que te conviertes en padre, no puedes evitar prestar atención a la vida de tus hijos.
Gakuhou, que solía ignorar sus responsabilidades como padre, ahora no podía evitar recordar todas las partes importantes de la vida de su hijo, ya que esos...
Era un día cálido y soleado de mediados de agosto cuando su hijo trajo a casa a su amante por primera vez.
Sin embargo, no fue una sorpresa para Asano Gakuhou.
De hecho, había esperado esto desde el momento en que vio la sonrisa amorosa y esa expresión de amor en el rostro de su hijo.
Había estado esperando pacientemente que llegara el momento.
No dijo nada y actuó como si no supiera nada. Simplemente siguió esperando.
Aunque de vez en cuando no podía evitar imaginar qué tipo de persona había hecho que su hijo se enamorara de él.
¿Sería una chica menuda con una sonrisa tan brillante que iluminaría toda la habitación? ¿O sería una chica inteligente con una belleza exquisita? Tal vez, incluso, un chico amable con una característica refrescante que llenaría cada parte faltante en el corazón de su hijo.
Pero, una cosa era segura, no esperaba que esa persona fuera cierto delincuente pelirrojo que conocía tan bien.
Y cuando su hijo le presentó (oficialmente) a su amante, el ex presidente se limitó a mirar a los dos jóvenes que tenía delante.
Él debería haberlo sabido, ¿verdad? Ambos chicos siempre se habían sentido atraídos el uno por el otro desde la escuela secundaria.
Toda la competencia, todos los comentarios inteligentes, todas las miradas desafiantes, todo era para hacer que uno se fijara en el otro.
Él debería haberlo sabido cuando vio a su hijo haciendo chocolate con una nota pegada en la caja que decía "Espero que te ahogues con ellos y mueras".
Él debería haberlo sabido cuando se escucharon ruidos extraños desde la ventana a las tres de la mañana.
Él debería haberlo sabido cuando un pastel con un "Feliz cumpleaños, Segundo Lugar-kun" escrito en él fue enviado a su puerta principal.
Qué tonto fue al no reconocer todas las pistas que le dieron.
Aunque tenía que admitirlo, al menos el pelirrojo era inteligente, guapo y astuto como un zorro. El chico definitivamente le haría pasar a su hijo el peor momento de su vida.
Una media sonrisa apareció en su rostro mientras ese pensamiento cruzaba por su cabeza.
Mientras tanto, la pareja que había estado bajo su mirada escrutadora todo este tiempo estaba realmente nerviosa, especialmente cuando vieron esa sonrisa espeluznante en los labios del ex presidente.
Observaron cada movimiento que hacía y se prepararon para lo peor (aunque no sabían exactamente qué significaba lo peor).
De repente, la voz profunda y suave del presidente rompió la atmósfera tensa.
"Tienes una forma muy particular de cortejar, Akabane-kun".
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