XLI

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Monstruo

-black, sal de tu cueva maldita rata- grite aún dando cortos pasos por el bosque.

Sentí una ligera corriente de aire cerca de mi hombro, era más fría de lo habitual y eso me hizo quedarme totalmente estático, miedo es una palabra que no conocía pero creo que por primera vez la sentí en toda la expresión de la palabra, una parte de mí quería voltear y otra me lo impedía.

Todo pasó tan rápido, al dar la vuelta caí rápidamente al suelo de forma inconsciente, solo sentía la tierra húmeda en mis manos y mi vista era borrosa pero apesar de eso puede reconocer esos ojos rojos enorme frente a mi, los mismo ojos del monstruo que veíamos desde la habitación y vivía en el lago, era realmente grande,totalmente negro o al menos asi lo veía yo por el estado en que estaba pero mis pensamientos de pausaron el momento que sentí algo clavarse cerca de mi costilla, sentí una enorme garra clavarse y atravesar mi piel, siento la sangre salir de mi cuerpo y el gran dolor que comenzaba a producir, fue imposible no gritar pero los según se hacían eternos y mi grito cada vez se ahogaba mas, mi vista era totalmente borrosa pero vi como esa enorme garra estaba frente a mí derrochando mi sangre.

Mi presión comenzaba a aumentar, trataba de moverme desesperadamente y mi visión era casi nula, mi ritmo aumentó cuando vi como ese enorme monstruo caminaba nuevamente hacia mi, la poca luz de la luna y mi mala visión no me dejaban identificarlo pero solo sentí como me levantó con lo que parecía ser una de sus enormes garras, me alzó hacia él y sentí su fétido aliento rosando mi piel, el dolor ya era insoportable y cuando sentí que estaba apunto de morir tragado por esa bestia escuché un "crucio" , de inmediato caí al suelo y apenas pude notar a la bestia retorcerse del dolor por el hechizo, no sabía quién lo había lanzado pero me acababa de salvar.

Mi vista se estaba apagando cuando vi acercarse a la persona que lanzó el hechizo, parecía tener la capucha de una sudadera sobre su cabeza, solo noté como con mucha fuerza lanzó el cuerpo del monstruo derrumbando un par de árboles pero había algo curioso en esta persona, no usaba varita, lo hizo con un movimiento de manos acompañado de una pequeña aura azul con blanco a su alrededor, no sé si estaba alucinando o era real pero era algo que jamás había visto.

Aurora grindelwald

Nadie tenía que saber que yo fui quien salvó a theo de esa desagradable bestia, claramente había sido dirigida por regulus para atacarlo, de eso no me cabía duda y hablaría de esto con el, es una maldita rata rastrera que no tiene palabra.

Theo estaba totalmente inconsciente, de inmediato llame al profesor snape y lo llevaron a enfermería, estaba segura de que él no me había reconocido y eso me daba paz, creo que al final ambos estábamos asalvo sin el otro.

Entré a la enfermería con una sensación rara corriendo en mi, no sé si era culpa o miedo pero aún así me acerqué a la camilla de nott, no me atrevía a acercarme más o tocarlo, solo quería asegurarme que estuviera bien, si me veían cerca de él sería algo muy malo.

-eres un maldito necio...- dije entre diente.

-es una característica muy popular en el joven nott, usted mejor que nadie lo sabe-

La voz del profesor albus me hizo sobre saltar, sentí como si mi cuerpo y mi alma se separaran y él lo notó.

-lo siento, no quería asustarla y no se preocupe esto es un secreto entre usted y yo-

Se frente a mí con ese semblante tranquilo y seguro de siempre.

-secreto ?- frunci el ceño.

-no sé el contexto sobre lo del joven black y usted, pero estoy seguro de que no lo ama ni la mitad de lo que ama a nott-

El profesor albus tenía toda la razón pero no era algo que yo podría admitir abiertamente, él era muy sincero, directo y leía a la gente fácilmente pero sus palabras podría cambiar muchas cosas si las escuchaban las personas equivocadas.

-solo alguien como usted lo podría salvar de lo que vivió esta noche, pero si usted no quiere que él lo sepa entonces así será-

-como...como sabe que fui yo ?- pregunté con los ojos abiertos de par en par.

-por qué nadie arriesgaría así su vida por otra persona si no hay amor-

Camino hacia nott quedando parado junto a la camilla donde estaba recostado y totalmente dormido.

-y por qué solo usted vaga por los exteriores del castillo en la madrugada como si nada- agregó con una leve sonrisa de lado.

-prefiero que no lo sepa- suspire.

Di unos pasos hasta quedar frente a los pies de la cama, no me atrevía a dar un paso más, si él estaba así era mi culpa,lo mínimo que podía hacer era salvarlo y para eso tenía que estar lejos de él.

Lo mire por un par de segundo,sus largas pestañas claras totalmente caídas y su cabello alborotado, dormía con mucha paz que me resultaba algo tierno.

-esta bien, entiendo sus motivos- asintió el profesor para después alejarse de la camilla y salir.

Segundos después camine hacia la puerta, antes de salir eche un ligero vistazo a theo y si una sonrisa de lado para después salir de la enfermería.

Después de ver que theo estaba bien solo quedaba algo por hacer, hablar con black.

El castillo estaba totalmente oscuro y vacío, suponía que black estaba dormido en la mañana podría hablar de lo sucedido con el.

Al entrar a la sala común lo vi sentado viendo perdidamente al fuego, notó mi presencia pero parecía desinteresado y tratando de ignorarme, él sabía perfectamente lo que le diría.

-eres un animal lo sabes ?-

Su indiferencia me hizo molestar y no tolero que ni él ni nadie me ignoren de esa forma,rápidamente tomé un vaso de agua de la mesa de centro y tiré el agua con fuerza en la fogata provocando que se apagara.

-ya me pones un poco de tu valiosa atención?- pregunté  con un tono irónico parándome frente a la chimenea apagada.

-solo espero que nunca se vuela a levantar de esa maldita cama-

Sus palabras tenían la clara intención de herirme, se levantó de golpe acercándose a mí lo cual le era imposible ya que la mesa de centro se lo impedía.

El uno al otro nos matábamos con la mirada de forma fría, esto sería una guerra de nunca acabar pero él no lograría salir ganando, no otra vez.

Hidden blood - Theo nottDonde viven las historias. Descúbrelo ahora